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El coro universal: ¡Tercer Strike!

En la Noche Inaugural de la temporada del 2013, los Astros se poncharon en 13 ocasiones… y ganaron. El próximo día, los Angelinos y los Rojos se combinaron para 30 ponches, la mayor cantidad acumulada por dos equipos en un partido de apertura en la historia del béisbol. Dos días más tarde y el espectáculo de ponches continuaría. De nuevo.

El comienzo de la locura de los ponches vino en el 1986-87 cuando Rob Deer, Pete Incaviglia, Cory Snyder, Bo Jackson y Jim Presley empezaron a jugar a diario. Cada uno se ponchó 150 veces al año pero conectaron de 25 a 30 cuadrangulares; y tan rápido como un jonrón de Bryce Harper abandonara el parque, estaba bien si te ponchabas. Desde entonces, el promedio de ponches ha subido constantemente a donde se encuentra ahora: a un ritmo que hará que el 2013 sea la temporada más grande de ponchetes. A través de mayo, los meses más grandes de ponchetes en la historia han sido los últimos nueve. En abril, se acumularon 15.29 ponchetes por partido, cinco más por juego que el promedio en los 1980s. En mayo (14.98 por juego) y la primera mitad de junio (15.01) estuvieron apenas mejor. Es una epidemia que, a este paso, no tiene cura.

"Lo odio", dijo el dirigente de los Rojos, Dusty Baker.

Afecta a casi todos los jugadores y a cada equipo. Los Bravos han ganado tres partidos en los cuales se han ponchado 15 veces. Ningún otro equipo en la historia ha hecho eso en una temporada; los Bravos lo hicieron para el 6 de mayo. Cuatro jugadores en la historia se han ponchado 40 veces en abril: Preston Wilson en el 2000, y Chris Carter, Jay Bruce y Mike Napoli esta temporada. Así que, tres jugadores se han ponchado más este año en un mes truncado que lo que Joe DiMaggio hizo en cualquier temporada de su carrera.

"Es bochornoso", dijo Baker.

Pero, no lo es. O, al menos, no es aparentemente lo suficientemente bochornoso.

"Años atrás, poncharse era la Letra Escarlata", dijo el dirigente de los Rays, Joe Maddon. "Ahora no importa".

El integrante del Salón de la Fama, Frank Robinson, dijo que el peor año de su carrera (1965) fue el único año en el que se ponchó 100 veces. (Bateó para un promedio de .296 con 33 cuadrangulares y 113 carreras impulsadas, y fue cambiado de equipo después de la temporada). Lou Brock se mantuvo sentado el último día de la temporada del 1970 porque se ponchó en 99 ocasiones y no quería poncharse 100 veces de nuevo. En la temporada pasada, una marca récord de 109 jugadores se poncharon en 100 ocasiones, y no han habido 109 con 100 ponches por temporada desde 1900 al 1963 combinados. Catorce de esos 109 ni siquiera pegaron 10 jonrones. El campocorto de los Padres Everth Cabrera se ponchó en 100 ocasiones y conectó dos cuadrangulares.

Por lo menos la marca de Manny Lee del 1991 se mantiene intacta: Es el único jugador en poncharse 100 veces en una temporada sin pegar un solo jonrón.

El gran Babe Ruth nunca se ponchó 100 veces en una temporada; pero el año pasado, Adam Dunn de los Medias Blancas se ponchó por vez número 100 el 15 de junio, en el juego número 64 de su equipo. Eso empató la marca por la menor cantidad de juegos en llegar a los 100 ponches, establecida por Chris Davis de los Vigilantes en el 2009.

"Estaba bromeando con Adam en el 2009 cuando me ponchaba tres veces cada partido", dijo Davis, quien ha acortado la cantidad de ponchetes este año y está teniendo una temporada fantástica. "Dijo que se encontraba genuinamente molesto que me estuvieran enviando de nuevo a las ligas menores porque él estaría en la cima de la lista de ponches. Solo estoy contento que otros están subiéndose en el mismo bote".

¿Otros? Casi todo el mundo se subió. Bill Buckner nunca se ponchó tres veces en un partido; desde el 17 de junio, los jugadores se han ponchado cuatro veces en un partido en 73 ocasiones este año. Adam Rosales de los Atléticos, se ponchó cuatro veces en un partido en el cual no entró a jugar sino hasta la décima entrada, uniéndose a Graig Nettles en el 1969 como los únicos jugadores en los últimos 100 años en hacer eso.

Cinco jugadores diferentes Prince Fielder, Starling Marte, David Ross, J.D. Martínez y Kelly Shoppach tienen un partido de cinco ponchetes. Brett Wallace, de los Astros, hasta que fue enviado a las menores, se ponchó en 13 ocasiones en sus primeros 17 turnos al bate, rompiendo el récord establecido por Pat Burrell y Sandy Koufax de la mayor cantidad de ponchetes en los primeros seis partidos de cualquier temporada.

Los Astros están a un ritmo de poncharse en más ocasiones que cualquier otro equipo en la historia. Este año, se convirtieron en el primer equipo en la historia de poncharse en 13 ocasiones en cada uno de sus primeros cuatro partidos. Sus primeros tres partidos fueron contra los Rangers, quienes se convirtieron en el primer equipo en la historia en no permitir ninguna carrera y registrar 15 ponchetes en partidos consecutivos. El 17 de abril, los Tigres y los Marineros se combinaron para poncharse en 40 ocasiones, marcando el segundo partido desde el 1900 en el cual cada equipo se ponchó al menos 19 veces. En esa serie de tres partidos, los Tigres y los Marineros se poncharon en 82 ocasiones, estableciendo un récord en las mayores por la mayor cantidad de ponchetes en una serie de tres partidos.

Este año, los lanzadores de los Tigres establecieron un récord en la Liga Americana con siete partidos consecutivos con al menos 10 ponchetes, a un ponche del récord de las Grandes Ligas establecido el año pasado por los Cerveceros. Los lanzadores de los Tigres, de hecho, están en un ritmo para ponchar a más bateadores que cualquier otro equipo en la historia. Ellos ya tienen cinco lanzadores abridores diferentes con un partido de 10 ponchetes este año; los Indios del 1968 son el único otro equipo en la historia en tener cinco lanzadores que poncharon a 10 bateadores o más en un partido en una temporada.

"Es ridículo", dijo Baker.

Entonces, ¿por qué hay tantos ponchetes?

Primero, el pitcheo de hoy en día es simplemente espectacular.

"Nunca he visto un pitceho así", dijo el presentador de los Medias Blancas, Ken Harrelson, quien fue un bateador estrella en el 1968, el aceptado Año del Lanzador. "El pitcheo de hoy en día es de lo mejor que se ha visto".

"Es la generación", dijo el receptor de los Padres John Baker, cuyo promedio de bateo es de .150 y 12 ponchetes en 40 turnos al bate lo tienen en las menores por el momento. "Los jugadores son más grandes, mejores y más fuertes que nunca, incluyendo a los lanzadores. Hay un mejor entendimiento de la dirección hoy en día en todos los niveles: escuela secundaria, universidad y con instructores especiales para niños. Ellos saben cómo lanzar con más eficacia hoy en día. El enigma de cómo ponchar a un bateador- cambiar el nivel de la mirada, cambiando velocidades -- ya no es tan difícil. El enfoque es más claro. Entonces uno elimina el uso rampante de substancias para mejorar el rendimiento por parte de los bateadores, y uno obtiene lo que estamos viendo en estos días. Al menos que haya una especie de cambio, los ponchetes van a seguir en aumento todos los años".

Este año, Roy Halladay de los Filis, lanzando lastimado, se convirtió en el primer lanzador en ponchar a nueve en una apertura de 3 1/3 entradas o menos. Alex Cobb, el quinto abridor de los Rays, se convirtió en el primer lanzador en ponchar a 13 bateadores en una aparición de menos de cinco entradas. (Cobb también se convirtió en el primer lanzador en la historia en ponchar a cuatro en una sola entrada, permitiendo una carrera.) Yu Darvish de los Vigilantes ponchó a 80 en sus primeras ocho aperturas, el primero en hacerlo desde Curt Schilling en el 2002.

"Acabamos de terminar con los Nacionales, entonces tenemos a los Cardenales", dijo John Baker a mediados de mayo. "Un nuevo jugador puede salir de su bullpen, y miraríamos su gráfica y diríamos, 'Oh, vaya, llega a las 96-100 mph con un cutter de 94-mph'. ¿De dónde diablos están sacando a esta gente?"

Llegan todos los días. Matt Harvey de los Mets estuvo tremendo el año pasado como novato y ha estado sensacional este año. Él es el único lanzador desde el 1900 en ponchar a 125 y permitir menos de 25 carreras limpias en sus primeras 17 aperturas. (Cuando ponchó a 13 Bravos en siete entradas el martes de esta semana, fue su cuarta ocasión ponchando en doble cifra en una apertura en esta temporada.) Shelby Miller de los Cardenales, se convirtió en el segundo lanzador más joven en la historia(Kerry Wood) en lanzar una blanqueada de un hit sin bases por bolas y 13 ponchetes.

Hay muchos lanzadores de velocidad hoy en día, muchos lanzadores con un material secundario genial, tantos que tienen un slider o cutter o un cambio de velocidad para acompañar una recta de 95-mph. Y la mayoría puede lanzar un strike con tres lanzamientos diferentes, dos de ellos de lanzamientos de velocidad cuando están detrás en el conteo.

"No hay más conteos de recta; 2-1 es hoy un conteo de lanzamiento rompiente", dijo el manager de los Orioles, Buck Showalter. Los Orioles monitorearon cada lanzamiento desde el 16 de marzo hasta el final del entrenamiento de primavera este año, y encontraron que el 82 por ciento de los lanzamientos en conteo de 2-1 son lentos.

"Me preguntan todo el tiempo, '¿Están buscando un lanzamiento? ¿Te sientas en un pitcheo?'", dijo Davis. La respuesta es 'No'. Uno no puede ahora porque los lanzadores pueden pitchear distintos tipos de lanzamientos para un strike casi en cualquier conteo. Hay una razón, saben, por la cual ya nadie batea para un promedio de .400".

Dos primaveras atrás, el manager de los cachorros, Dale Sveum dijo que el 50 por ciento de los pitcheos lanzados en 3-2 eran lentos, en oposición a su cima como jugador (los 1980s) cuando en 3-2, uno usualmente recibía una recta.

"Sí están buscando algo suave, uno tiene que ajustar algo en velocidad, que sea imposible de batear", dijo Maddon. "Los bateadores están buscando algo suave en 3-2. No se pueden ajustar".

Y no es solamente los abridores quienes tienen material excepcional; también los relevistas.

"Todas las noches," dijo el bateador designado de los Vigilantes Lance Berkman, "alguien sale del bullpen lanzando a 95 mph y nunca había escuchado de él".

"Nos dicen, 'Tienen que sacar al abridor del partido y adentrarse en su bullpen'", dijo el jugador del cuadro de los Diamondbacks Willie Bloomquist. "Y me quedo pensando, '¿Por qué querríamos hacer eso?'"

Y no son solamente los lanzadores derechos como Harvey, Miller, Halladay y Justin Verlander con material poderoso tampoco. Hay lanzadores zurdos poderosos en todos lados: Clayton Kershaw, David Price, Aroldis Chapman, Matt Moore y Chris Sale, para nombrar a algunos.

"No hay más Jamie Moyers y Jim Parques", dijo el jardinero de los Yankees Vernon Wells. "Los zurdos de hoy son explosivos".

"En los tiempos de antes, cuando mi papá [Ron Davis] jugaba, Ron Guidry era el único zurdo que lanzaba a 95 mph", dijo el primera base de los Mets Ike Davis. "Ahora hay como 80 de ellos".

Tras 55 partidos esta temporada, Ike Davis se ha ponchado en 66 ocasiones en 201 apariciones al plato y estaba bateando para un promedio de .161. Los Mets lo descendieron.

"Acabamos de ver a los Rays, y ellos trajeron a Jake McGee del bullpen en la séptima entrada lanzando a 97 mph", dijo John Baker. "Cuando me ascendieron en el 2008, el único zurdo con poder en el bullpen era Billy Wagner, a quien fui afortunado de enfrentar... o en mi caso, desafortunado de enfrentar. Él era el único. Billy Wagner era genial, pero ahora, uno ve más y más así con ese molde. Ahora hay Billy Wagners lanzando en la séptima entrada. Hay Billy Wagners como zurdos situacionales enfrentándose aun bateador en la octava. Así es como el pitcheo ha mejorado".

El relevista de los Orioles Darren O'Day es derecho y lanza solamente sobre las 80 mph, no a mediados de las 90 mph. Pero es un lanzador de ponchetes también, porque es muy engañoso con su entrega submarina.

"Cuando los bateadores estaban rompiendo la pelota hace 10 o 12 años, los lanzadores decidieron que tenían que hacer algo para ponchar a los bateadores, para mantener la pelota dentro del parque", dijo O'Day. "Quizás de ahí vino el cutter. Los lanzadores decidieron que no podían permitirles el contacto con la pelota".

¿Por qué un bateador no trata de hacer más contacto?

"Ya nadie trata de chocar la bola", dijo Maddon. "Los bates son más pequeños y ligeros. Los jugadores están haciendo swing tan fuerte en caso de que hagan contacto. Años atrás, los jugadores solían usar bates grandes, y le ponían el bate a la bola. Ya no es así. Pero uno tiene que nutrir eso. Uno tiene que seleccionar en el draft a los jugadores que no abaniquen tanto. Cuando yo era el coach de bateo en las menores, solíamos indicarle a los bateadores que buscaran primero chocar la bola, y buscar la recta. Pero los bateadores no hacen eso ahora".

Brady Anderson, un coach ambulante de los Orioles, era un jardinero de las mayores entre el 1988-2002. "Cuando llegué a las Grandes Ligas, siempre le jugaba a Alan Trammell detrás de segunda cuando tenía dos strikes, porque él siempre trataba simplemente de chocar la pelota cuando tenía dos strikes", dijo Anderson. "Yo hacía eso con otros jugadores porque mucho de ellos hacían lo mismo cuando caían en dos strikes. [Como jardinero izquierdo], solía jugarle a Kenny Lofton justo detrás del tercera base en sus primeros cuatro años en la liga porque se convirtió en un bateador de este tipo con dos strikes. Entonces desarrolló su poder. Para el final de mi carrera, si jugaba al frente, posiblemente cualquiera podría batearme sobre mi cabeza con dos strikes".

Chris Davis dijo, "Cuando estaba con los Vigilantes, ellos siempre predicaban que tenía que poner la pelota en juego. Pero no quiero solamente poner la pelota en juego. Quiero hacer el mayor daño posible. Eso es algo que viene con ser un bateador de poder: Te vas a ponchar".

De la manera en que el juego ha evolucionado, un ponchete es ahora tratado como otro out, nada peor que un roletazo débil hacia segunda base o un out de bombo a tercera. Hay evidencia de que uno puede ganar, al menos en la temporada regular, aún con muchos ponchetes. El año pasado, cuando los Átléticos eran los campeones de la división Oeste de la Liga Americana, ganaron 94 partidos y sus bateadores establecieron el récord de la Liga Americana para la mayor cantidad de ponches en la temporada. Este año, los Bravos tienen una ventaja saludable en la División Este de la Liga Nacional pero están cerca de un ritmo que los tendrían uniéndose a los Diamondbacks del 2010 como los únicos equipos en poncharse al menos un 24 por ciento de sus apariciones al plato.

Si ganas, puedes vivir con todos los ponchetes.

"Si uno de los bateadores 3-4-5 de la alineación vienen al plato con un out y un corredor en primera, y caen detrás de un conteo de 0-2, y acortan el swing e intentan de poner la pelota en juego, puede que batee un roletazo que se convierta en una doble jugada", dijo John Baker. "El próximo bateador puede que batee un cuadrangular, así que le puede costar a su equipo dos carreras. ¿Crees que es una buena idea el pedirle a Bryce Harper que le haga swing al 50 por ciento? Lo mismo va para Chris Davis y un montón de otros bateadores. Pedirle a Pablo Sandoval que no haga un swing duro es ridículo. Ya está naturalizado. Así es como son como bateadores. Prefiero que conecte 30 cuadrangulares con muchos ponchetes que conecte 14 con 60 carreras impulsadas, y no tantos ponchetes. Podemos manejar los ponches siempre y cuando haya producción".

Lo que realmente le molesta a los managers veteranos y a los coaches es que los jugadores se están ponchando demasiado en situaciones claves, como lo son un corredor en tercera con menos de dos outs. Se están ponchando en lugar de mover al corredor de segunda a tercera con ningún out. Están haciendo swing con un conteo de 0-2 de la misma manera en que hacen swing a 3-0. Y, para algunos, están haciendo swing a muchos lanzamientos.

"El alto índice de ponchetes se debe a un alto índice de perseguir las pelotas. Los bateadores están tan determinados de conseguir un hit que no pueden ni ver el bosque para aceptar una caminata", dijo Maddon. "Uno tiene que conseguir la base por bolas, pero muchos jugadores están persiguiendo los lanzamientos fuera de la zona del strike. No se están fallando las rectas por el medio del plato. Están fallando las rectas altas. Están persiguiendo los lanzamientos rompientes, sliders, fuera de la zona de strike. Quiero decir, persiguiendo lanzamientos realmente malos que están fuera de la zona de strike".

¿No suficientes bases por bolas? Los Filies tuvieron cuatro partidos esta temporada sin una base por bolas por primera vez desde el 1919-20. Adam Wainwright de los Cardenales se convirtió en el primer lanzador en la historia de las mayores en ponchar a 35 bateadores en una temporada antes de ceder su primera bases por bolas.
Y sin embargo hay otra escuela de pensamiento -- que los bateadores hoy en día están siendo muy pacientes. Frank Robinson dijo, "Nunca he visto tantas rectas a la altura de la cintura que son dejadas pasar por los bateadores en el primer lanzamiento. Ese puede ser el único lanzamiento bueno que tengas para batear".

En el 2004, Dunn se ponchó unas 72 ocasiones. Ted Williams nunca se ponchó tantas veces en total en ninguna temporada. Los Mets le han pedido al jardinero Lucas Duda, quien es grande y fuerte, que le haga swing al bate con más frecuencia, especialmente en las situaciones de impulsar carreras, pero no lo ha hecho; para el lunes, tenía 11 cuadrangulares y 23 carreras impulsadas. Y en un lapso que comenzó a principios de abril y continuó hacia el final de mayo, el receptor de los Nacionales, Kurt Suzuki se fue con 114 apariciones del plato consecutivas sin hacerle swing en el primer lanzamiento.

"Creo que tenemos que ser más agresivos como bateadores", dijo John Baker. "La teoría común, la Teoría de Billy Beane, la teoría utilizada por los Medias Rojas y los Yankees, era el trabajar un conteo profundo, ser paciente y sacar al lanzador abridor del partido. Pero creo que en el clima de hoy, uno tiene que ser más agresivo o te vas a ponchar con más frecuencia. Nos enfrentamos a Jordan Zimmerman de los Nacionales recientemente. Lo vencimos, 2-1. Lanzó ocho entradas y lanzó 85 pitcheos. Nos presentamos agresivos al plato, buscando la primera recta que veíamos. Nuestro pensar fue de, 'Si se nos adelanta en el conteo, hay una buena probabilidad de que nos vamos a ponchar'".