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Thiago al Bayern; el Barça en guerra

BARCELONA -- Thiago Alcantara, a falta de cerrarse la operación de manera oficial, puede considerarse ya futbolista del Bayern de Múnich. De acuerdo a una información de la emisora RAC-1, Karl-Heinz Rummenigge conversó telefónicamente con Sandro Rosell para hacerle saber la decisión del club bávaro de fichar al hispano-brasileño. Faltaría, solamente, concretar si el Barça se acoge a la cláusula de rescisión o, amistosamente, los dos clubs cierran un traspaso que de cualquier manera no sería por menos de 23 millones de dólares.

El último capítulo de Thiago, sin embargo, no fue en Barcelona la 'noticia' del día. Si acaso se convirtió en el 'acompañamiento' del incendio que provocaron las declaraciones de Pep Guardiola. La rueda de prensa del entrenador catalán del Bayern, de las que ESPN.com se hizo eco inmediatamente, corrieron como un reguero de pólvora por el entorno del Barça y catapultaron al primer plano el divorcio entre Pep y Sandro Rosell.

Una sospecha que existía desde antes incluso que Guardiola dejase el Barça, cuando durante su última temporada al frente del equipo se consideró que era poco menos que el 'bombero' del club, obligado a dar la cara ante ataques externos por el bajo nivel mostrado por la directiva en este aspecto. Un divorcio evidente y conocido. Y que este jueves estalló con toda la crudeza.

Las declaraciones procedentes de Brasil, en que supuestamente el presidente del Santos afirmó que Pep ponía en duda la gestión de Tito Vilanova, fueron el detonante. El hoy entrenador del Bayern se marchó hace un año a Nueva York para huir de una relación quemada, pero ni en la 'Gran Manzana' gozó de la paz que buscaba. Faltaba encender la mecha. Y eso, acaso de forma involuntaria, es lo que hizo el presidente del club brasileño.

La contundencia de Guardiola recordó a aquella rueda de prensa en el Santiago Bernabéu en que calificó a Mourinho como 'el puto amo'. Esta vez, con una seriedad extrema, el catalán dejó al descubierto no solamente sus diferencias de criterio con Rosell y su directiva, confirmando sin decirlo abiertamente que su salida del club se debieron a ellas, sino que criticó el fondo y las formas utilizadas en su contra por los dirigentes.

Cruyff, en 1996, salió 'en globo' del Camp Nou y se convirtió en el mayor azote de la última etapa del nuñismo. Hoy ese papel ya le corresponde a Pep Guardiola, que en este mundo globalizado apenas tardó dos horas en, a través de las redes sociales, convertirse en la bandera opositora a Sandro Rosell.

Dominador absoluto de la escena, el nuevo entrenador del Bayerm supo confeccionar un discurso en que para nada apareció como 'el rival' del Barça. Elogió sibilinamente a Tito Vilanova por la Liga del récord conquistada este pasado curso para dar más argumentos a sus palabras y, simplemente, que no es poco, se centró en descalificar a Rosell y demás directivos por lo que considera ataques continuados durante todo el año.

No es un secreto que las relaciones entre Guardiola y Rosell nunca fueron buenas. Pero a partir de este once de julio, al presidente del Barça le ha explotado una bomba de profundidad.
La reacción de las redes sociales fue unánime en favor de Pep y las críticas al presidente del Barça se multiplicaron exponencialmente. Harto de todo, cansado de su propio silencio ante las insinuaciones que procedentes del entorno del club le mantenían en primer plano, Guardiola mostró sus armas en una guerra que no ha hecho más que empezar.

Un año después de su partida, Pep rompió su promesa. Pero lo hizo después de recibir golpes por todos lados. Cuando el Barça conquistó la Liga, Rosell dio lo que se considera golpe de gracia al declarar pomposamente que "Tito ha ganado todas las comparaciones con Pep, incluso la humana". A partir de ahí ya podía esperarse que no se quedase callado Guardiola. Y todo estalló. Como no podía ser de otra manera.

A cuatro días de comenzar la pretemporada, la realidad del Barça no puede estar más enrarecida. Y el silencio institucional, por si faltase algo, no ayuda, sino todo lo contrario, al equipo. Y al club.