Jayson Stark 11y

¿Quién es la cara del béisbol?

La noche del martes, bajo las estrellas de Nueva York, los más grandes peloteros en el béisbol se reunieron en un campo. Así que fue la ocasión perfecta para realizar una pregunta que hemos reflexionado durante meses:

¿Quién de estos hombres es ahora el Rostro del Béisbol?

¿Es Mike Trout? ¿Miguel Cabrera? ¿Bryce Harper? ¿Buster Posey?

¿Es David Ortiz? ¿Justin Verlander? ¿Andrew McCutchen? ¿O el gran Mariano Rivera? ¿Es posible que ya sea el imbateable Matt Harvey o el inmensamente talentoso Manny Machado?

¿O podría ser, por la razón que sea, alguien que ni siquiera jugó el martes? ¿Quizá Derek Jeter? ¿O Albert Pujols? ¿O el fenómeno internacional que es Ichiro Suzuki? ¿O el súbitamente omnipresente Yasiel Puig?

Hay muchas opciones convincentes. No hay duda de eso. Pero, antes de que respondan, también pregúntense esto: ¿Hubo alguien ese campo, el martes, que es, al béisbol, lo que LeBron James es para su deporte? ¿O lo que, digamos Peyton Manning es para el suyo?

¿Y hubo alguien en este Juego de Estrellas que los hizo sentir de la forma en cómo se sintieron alguna vez acerca de Ken Griffey Jr.? ¿O Cal Ripken Jr.? ¿O acerca de los rostros icónicos de otra era -- Mays y Mantle y Aaron?

Estas son preguntas divertidas para debatir con tus amigos, sentados en los bancos de un bar cercano, pero no son todas las que son.

También hay preguntas importantes -- preguntas que pueden extenderse mucho para ayudarnos a definir el estado del béisbol en el Siglo 21.

¿Hay una cosa tal como el Rostro del Béisbol actualmente? Si no lo hay, ¿es eso una condenación del deporte, o de su máquina mercadológica, o de la gente que lo juega?

¿O el béisbol realmente necesita un Rostro? ¿Acaso realmente amamos al deporte por sí mismo? ¿Es el deporte que está por encima de todo lo demás, incluso de sus estrellas más brillantes?

Ese es el mensaje que se escucha de muchas voces al interior del deporte: El juego es primero. Pero si uno se aleja de la burbuja del béisbol, esa NO es la forma como lo ven aquellos que están afuera.

"Pienso que el béisbol necesita un rostro", dijo una de las mentes más incisivas del marketing deportivo en Estados Unidos, Bill Sutton, quien es director del programa de maestría de Dirección Deportiva y Entretenimiento de la Universidad de South Florida. "Absolutamente. Ahora más que nunca".

¿Está él equivocado? ¿Está en lo correcto? Hemos realizado esta pregunta a gente dentro y fuera del béisbol desde que llegamos al entrenamiento de primavera. Ésta es la imagen que ellos han plasmado.

No hay ningún LeBron en estos campos de ensueño

Es apropiado que toquemos el tema justo unas semanas después de la conclusión de los playoffs de la NBA -- o, como la mayoría del planeta los conoció, El Show de LeBron.

¿Hubo alguna duda, mientras observaban a la temporada de la NBA llegar a su dramática conclusión, de que es un deporte que tiene desvergonzadamente atada su marca a un hombre?

Él quizá sea una maquinaria humana enorme, talentosa, sobresaliente y promocionable -- pero él sigue siendo solamente un ser humano. Él meramente resulta ser capaz de cargar todo un deporte sobre sus amplios hombros.

Ahora, pregúntense de nuevo: ¿el béisbol tiene una estrella que es remotamente como LeBron --en estatura, visibilidad, y poder para atraer ratings, asistencia y niveles de atención a alturas de otra manera inalcanzables?

Y la respuesta es...

"No. Ni siquiera cerca", dijo otro personaje del marketing deportivo estimado a nivel nacional, Paul Swangard, director del Warsaw Sports Marketing Center, de la Universidad de Oregon.

Lo que Swangard ve, al observar al béisbol desde afuera, es a un deporte que tiene "muchos más Tim Duncans que LeBrons". Y pensamos que ustedes saben exactamente a qué se refiere. Los jugadores estelares del béisbol quizá se aproximen al talento de un LeBron, los dotes atléticos de un LeBron e incluso, hasta ciertos grados, los logros de un LeBron. Pero como Duncan ha demostrado a lo largo de su carrera distinguida pero notoriamente de bajo perfil, es que se necesitan más que anillos y grandeza para ser el Rostro de un deporte. De cualquier deporte.

El problema real en el béisbol es este: ¿Estos peloteros tienen la personalidad, o al menos la mentalidad para aceptar todo lo que conlleva con ser una figura trascendente a ese nivel?

Hummmmm, ¿tenemos que responder esa pregunta?

Una de las personas a las que referimos este tópico es Dennis Mannion, el alguna vez presidente y ejecutivo principal de los Dodgers quien -- como el hombre cuya travesía en el deporte le ha permitido tener posiciones prominentes con equipos en los cuatro deportes por equipo principales -- tiene una perspectiva única.

"¿Estaría realmente un jugador de béisbol dispuesto a ser promovido de la forma como se haría con un jugador de NBA?", cuestiona Mannion, actualmente el presidente y ejecutivo principal de Palace Sports and Entertainment, que maneja las operaciones de negocios para los Detroit Pistons de la NBA. "Seré honesto. Estoy sorprendido por la disposición de los jugadores NBA para ser parte de las campañas de mercadotecnia y promoción, y para hacer las cosas que necesitamos para promover nuestro deporte".

Sin embargo, lo que él encontró en sus años en el béisbol, fueron "barreras culturales" que hicieron que el mismo tipo de campañas fueran mucho más difíciles de conseguir.

Por "barreras culturales", no queremos decir que la mitad de esos peloteros les gusta Jay-Z y la otra mitad se inclinan por Kenny Chesney. Nos referimos a que hay una cultura en el béisbol que dice: Los jugadores de béisbol no hacen eso.

¿Hacer qué? Practicar el juego del yo-yo-yo. Es eso. Jugar a ser el Señor Medios/Señor Vocero/Señor Visibilidad. Ser aquel que se eleve por encima de su equipo, su uniforme, sus compañeros, su mercado y diga: "Síganme. Yo resolveré esto. Y más vale que observen".

Es otro de esos códigos no escritos de su deporte: Los jugadores de béisbol no hacen eso.

"Soy un purista", dijo Jayson Werth, de Washington, el jugador mejor pagado en la historia de su franquicia, un ligamayorista de tercera generación y uno de los primeros suscriptores al club "Los jugadores de béisbol no hacen eso".

"Mi sensación es que no se necesita a un hombre", dijo Werth. "Pienso que El Juego es la maravilla, no El Jugador. Ya saben, yo recuerdo que antes de uno de los partidos de Serie Miundial que jugamos en Filadelfia, Charlie Manuel contó una historia. Y la moraleja de la historia fue: 'Mantengan el casco puesto'. Y eso causó me causó eco. Mantengan el casco puesto. No hay motivo para mostrar el rostro. No hay razón para ser El Hombre. Sólo atiende tus asuntos y al final del día tendrás todo lo que quieres. Todo lo demás es adicional. La verdad es que pienso que esas cosas le restan al juego".

Confíen en nosotros. Werth habla por cientos de jugadores cuando dice: "Es un deporte de conjunto. Oh, es muy individual. Lo entiendo. Es muy mano a mano. Pero al final del día, la química es factor. Ustedes ven a los equipos que son exitosos; pienso que la manera en cómo se debe enfrentar es tener a todos en la misma página.

"Comprendo que hay superestrellas en este deporte", prosigue Werth. "He jugado con ellos… Pero yo estoy bien con eso de 'Mantengan el casco puesto'".

Podemos debatir los pros y contras de esa postura en otro momento -- como, dentro de cinco minutos. Pero primero, permítanos presentarles a ustedes el caso que los jugadores nos presentaron.

Es imposible, afirman ellos, que cualquier jugador de béisbol sea LeBron. No porque las reglas del vestuario lo prohíban. Sino porque la naturaleza del propio deporte no lo permite.

"En el último minuto de un partido de baloncesto", afirma Torii Hunter, jardinero de los Tigres, "LeBron tendrá el control de todo. Él es base. El balón estará en sus manos. No importa si él lo pasa o si dispara, estará en sus manos en los momentos críticos. Y todos lo observan, porque saben que el cuarto periodo, LeBron tendrá el balón. Ustedes sabrán quién es. Y eso pasa todas las noches.

"Pero eso no ocurre en el béisbol", afirma Hunter. "En el béisbol, alguien que probablemente nunca habías escuchado antes será el héroe. Entonces, es difícil. Por eso, no puedo decir que el rostro del béisbol será un solo pelotero. Tendrán que ser varios".

Por supuesto, él tiene razón. Como evidencia, nosotros meramente tuvimos que enfocarnos en los 14 partidos que se jugaron el 4 de julio.

Los Rays ganaron con un dramático sencillo en extra innings para dejar tirado al rival, pero no fue Evan Longoria quien logró el hecho heroico; fue (por supuesto) Yunel Escobar. Los Angelinos lograron un épico repunte levantándose de la lona contra los Cardenales, pero no fueron ni Trout ni Pujols quienes definieron el partido; fue Erick Aybar (naturalmente). Los Mets pegaron DOS cuadrangulares para empatar el juego en extra innings, pero David Wright no conectó ninguno de ellos; Anthony Recker y Kirk Nieuwenhuis tuvieron los honores (¿quién más?).

Y esto, amigos, resume al béisbol. Su más apreciado héroe de beisbol probablemente aparecerá cuatro veces en el plato por noche, sin garantizar que habrá corredor en base o drama en los innings finales en cualquiera de ellos.

Por todas las bellezas del béisbol, Jerry Dipoto, gerente general de los Angelinos, dice, "No es el día de Navidad -- LeBron contra Kobe, Bird contra Magic. No es ese tipo de partido. Es una serie de cuatro partidos. Quizá sea Mike Trout contra Miguel Cabrera, pero ellos probablemente sean los hombres más callados en el terreno durante esos cuatro partidos".

Bueno, conociendo lo que sabemos acerca de Trout y Cabrera, dudamos eso seriamente. Pero es divertido que él lo mencione, porque Trout y Miggy encajan en la otra mitad de esta discusión, que se titula...

¿Por qué el béisbol no puede "crear" un rostro?

Hace un año, dos meses y tres semanas, dos jugadores, quienes rápidamente fueron descritos como la versión especial del béisbol de Bird y Magic, llegaron a las Grandes Ligas el mismo día. ¿Recuerdan? Ellos eran Mike Trout y Bryce Harper. Y su misión era clara: ellos harían por el béisbol lo que Larry Bird y Magic Johnson alguna vez hicieron por la NBA.

Ellos serían las dos atracciones que nadie debía perderse, que elevarían a su deporte y a todos los que juegan en él durante, mmmhhh, las siguientes dos décadas. ¿Entendieron? Ahora vayan por ellos, muchachos.

Bueno, Trout y Harper han claramente cumplido con su parte del trato -- en el terreno. Ambos ganaron premios como Novato del Año, llegaron a dos Juegos de Estrellas consecutivos antes de cumplir los 22 años, y fueron proveedores incesantes de momentos imperdibles para los resúmenes deportivos.

¿Pero ellos realmente se han convertido en los Rostros del Béisbol? ¿Se han transformado en Bird y Magic? ¿LeBron y Kobe? ¿Peyton y Brady? ¿Mays y Mantle?

¿Existe alguna evidencia de que es un juego diferente, un mundo diferente, una industria diferente -- en las mentes o los corazones o las almas del país -- porque Trout y Harper son parte de esto?

La respuesta: No, en ninguna forma dramática o tangible que podamos pensar, otra que no sea el hecho de que su base de aficionados disfrute viéndolos jugar.

"¿Saben? Se necesita tiempo", dice Mannion. "Las carreras no se hacen en un año. Incluso con (Michael) Jordan, tomó unos cuantos años".

Excepto con el caso de los verdaderos Bird y Magic. La NBA se sacó la lotería con el primer boleto que compró con estos dos.

Magic llevó a los Lakers al título, incluso ganó el premio al Jugador Más Valioso de las Finales, en su primera temporada en la liga. Magic, Bird o ambos jugaron en las Finales NBA en CADA UNA de sus primeras 10 campañas en la NBA. Y esas cosas nunca ocurren. Nunca. No en la vida real.

Mientras tanto, de vuelta en el diamante, el equipo de Trout en Anaheim no llegó a la postemporada la campaña pasada y, por más que esté plagado de estrellas, está en serio peligro de quedarse fuera de nuevo este año. El equipo de Harper en D.C. fue eliminado en la Serie Divisional de la Liga Nacional, y pese a ser elegido para ganar la Serie Mundial por prácticamente toda la prensa en el planeta, nunca ha tenido Esa Mirada en ningún punto de esta temporada.

Entonces la vida no ha sido muy cooperadora en impulsar a estos dos jóvenes a la escena nacional, de la forma como Bernard Malamud o Allan H. "Bud" Selig hubieran querido escribir esos guiones fantásticos.

Pero...

¿El béisbol ha realmente lanzado un desfile atractivo de Cómo es que te vas a perder esto con Trout y Harper, que parecía listo para brotar en cualquier minuto el verano pasado? Bueno, hemos esperado durante meses por la ruta del desfile. Pero todavía no lo hemos visto.

"Mi sugerencia sería: Debes ser lo más agresivo posible", afirma Swangard. "Pero todo empieza con los atletas y funciona en sentido inverso. Si ellos están dispuestos y disponibles, las Grandes ligas deberían hacer todo lo que estuviera a su alcance para enganchar su vagón con estos dos peloteros. Vivimos en una sociedad manejada por héroes, y el béisbol estaría increíblemente bien servido por tener dos héroes jóvenes en proceso como ellos".

¿Hay algún aficionado con vida que argumente contra esta premisa? Pero no pasen apresuradamente por esa cita. Antes de que detonemos el maratón "Trout/Harper, Ya hemos visto el futuro", es mejor que regresemos al audio a esta línea: Empieza con los atletas y funciona en sentido inverso. Si ustedes preguntan, "¿Estaban estos dos atletas totalmente 'deseosos y dispuestos' de permitir que su deporte empezara a alimentarlos a la máquina productora de estrellas?", la respuesta fue no. No, en una manera típica de LeBron, bajo ninguna circunstancia.

Eso quizá sea levemente sorprendente en el caso de Harper, porque él ya estaba siendo arreglado para el empleo de héroe desde los, creemos, 15 años de edad. Pero una vez que llegó a las Mayores, su equipo no pudo esperar para envolverlo en un caparazón a prueba de bombo y platillos como fuera posible.

Y luego de ser constantemente regañado acerca de la importancia de bajarle al tono --y mantener el casco puesto -- él ha entregado su máximo esfuerzo para ser uno más de los muchachos, para deleite de los veteranos en el vestuario y los hombres veteranos de béisbol que le dan trabajo.

Cuestionado acerca de por qué Harper no cubriría el perfil del jugador perfecto para que este deporte atara su futuro a él, Mike Rizzo, gerente general de los Nacionales, respondió lo más diplomáticamente posible: "Pienso que él podría ser ese pelotero. Pero también pienso que muchos otros jugadores en este deporte podrían ser ese hombre".

Correcto. Como Mike Trout, por ejemplo.

Dipoto, el gerente general de Trout, es el primer en señalar que el orgullo de Millville, N.J. tiene una "personalidad refrescante" y que, cuando combinan esa personalidad con su carisma en el campo, él es el "paquete total" para cualquier campaña del Rostro del Béisbol. Pero...

Consideren lo truculento que es para su propia franquicia el promoverlo, cuando está rodeado por nombres como Pujols, Josh Hamilton, Mark Trumbo, Jered Weaver, C.J. Wilson y otros en uno de los elencos de alto perfil más reconocible de este deporte.

"Incluso en nuestro propio equipo", afirma Dipoto, "tenemos tantos jugadores identificables... Y la cosa acerca de Mike es que él encaja. Él no tiene que ser el hombre que sobresalga".

Entonces... ¿entienden? Incluso si este deporte quisiera apoyarse en la oleada de Trout-Harper --¿y por qué no debería de hacerlo?—las dinámicas en sus propios equipos y la cultura de mantén-el-casco-puesto que invade cada vestuario, lo hace más difícil de lo que ustedes piensan.

Entonces, ¿por qué no apuntamos ese microscopio del Rostro del Béisbol en alguien más, mientras Harper y Trout crecen para ese rol? Hey, excelente idea. ¿Qué tal el ganador de la Triple Corona, por ejemplo?

¿Pero qué creen? Aunque Miguel Cabrera sería un Rostro del Béisbol espectacular en un millón de formas, él también presenta muchos de los mismos problemas. Y más.

Él, también, está rodeado en su propio vestidor por algunos de los nombres más grandes en su deporte, quienes quizá se pregunten por qué él es repentinamente es promovido excesivamente como La Estrella y no ellos. Y él, también, "realmente no busca mucha exposición en la prensa", afirma su gerente general, Dave Dombrowski.

"Él no busca ser ese hombre", señala Dombrowski acerca de Cabrera. "Si ustedes empiezan a hablar demasiado de él, entonces él cambiará la plática hacia otras personas".

Y luego, Dombrowski admite, está la barrera del lenguaje que, desafortunadamente, es imposible de ignorar. Cabrera, quien creció en Venezuela, se comunica suficientemente bien dentro de las fronteras de su propio universo --"pero él no te dará un discurso de cinco minutos en inglés y se sentirá cómodo", refiere Dombrowski.

Entonces, por todas esas razones, las estrellas no se alinean para que Cabrera sea El Hombre. Entonces, si no es él... bueno, siempre tendremos a Derek Jeter. ¿No es cierto?

"Si hay una persona que le puedes vender a los aficionados al fútbol americano... al baloncesto... ncluso a los aficionados del fútbol, ese es Derek Jeter", señala hunter. "Si hay una persona en el béisbol de la cual menciones su nombre y todos sepan quién es, al igual que conocen a LeBron, se trata de Derek. Se lo pueden decir al que sea. Díganselo a los actores. Ellos lo saben. Mi abuela odia al béisbol, pero incluso ella afirma, 'Conozco a Derek Jeter'. No conozco a nadie que no sepa quién es ese hombre. Así que él es la persona correcta para ser El Rostro".

Bajo este parámetro, Jeter ciertamente ES El Rostro. Pero incluso él presenta dos pequeños problemas: A) Hasta la semana anterior, él había jugado cero partidos en las Mayores toda la temporada. Y B) Él tiene 39 años. Así que si esta ES su época, la chicharra está a punto de sonar en cualquier momento.

Lo que nos trae de vuelta al punto donde iniciamos. ¿No sería ahorita el momento para encontrar el próximo Rostro del Béisbol? ¿O sea, ahorita? ¿En los próximos 30 segundos?

Eso es lo que las grandes mentes del marketing en el mundo fuera del béisbol harían si ellos estuvieran a cargo. Pero dentro del deporte, eso permanece como uno de los tópicos que todos los poderosos encuentran difícil de lidiar.

Aclarando, le presentamos estas situaciones a oficiales de alto rango con la Asociación de Peloteros y las Grandes Ligas. Ambos grupos estuvieron más cómodos hablando acerca de la dificultad de dichas situaciones en un ambiente donde no fueran citados. Lo que les dice qué tan grande es el reto que tienen en sus manos.

Naturalmente, entendemos por qué. Sabemos que no será tan fácil luchar con los obstáculos. Estamos al tanto de que, ya por décadas, ésa no ha sido la manera como camina el béisbol.

¿Pero eso significa que "La forma como siempre ha sido" debe ser "La forma como siempre será? ¿Por qué, exactamente?

"Lo que luce como una herejía en el béisbol parece, para la mayoría de nosotros, que es lo mejor que ellos podrían hacer", afirma Swangard. "Hace 20 años, todavía se podía decir que los muchachos del verano eran dueños del verano hasta que el fútbol americano llegaba en el otoño. Pero ese ya no es el caso".

En el mundo en que vivimos, las estrellas se pueden construir más rápido que nunca en cualquier punto de nuestras vidas. Recuerden eso.

Ya que las tablets y los teléfonos celulares nunca están fuera del alcance, "Ustedes pueden manejar a una audiencia ahora, en formas como no se podía antes", afirma Sutton. "Y carece de sentido el no hacerlo".

"Si yo soy un muchacho en Iowa y se está creando un alboroto alrededor de Mike Trout, voy a conectarme a la web en este momento y ver de qué se trata esa conmoción", afirma Sutton. "Se trata de construir historias. Se trata de afirmar: 'Mike Trout --apareciendo en la tablet más cercana a usted a las 8 p.m. tiempo del Este'. O "Bryce Harper. Jugando esta noche. Aquí está su cuadrangular más reciente'. Si construyen la historia, la gente la seguirá".

Pero adentro de los muros de Grandes Ligas, la gente sigue cuestionando si eso realmente es tan sencillo.

Los jugadores refunfuñan de que Grandes Ligas no promueve a sus atletas de la forma como otros deportes lo hacen. Pero la comunidad de negocios deportivos sería la primera en decir que una liga como la NBA recibe una ayuda enorme de promoción de sus buenos amigos en compañías como Nike que, de acuerdo a un informante del béisbol, podría vender 100 pares de tenis de baloncesto por cada par de spikes de béisbol que venda.

Similar a su tacle defensivo promedio, los jugadores de béisbol también refunfuñan porque la NFL manipula sus reglas para mantener a sus quarterbacks estelares contentos, sanos y sonriendo para las cámaras. Por otra parte, en el béisbol, quizá deban remontarse a las épocas de Babe Ruth para encontrar algún momento donde algún jugador podría estar por encima de todo y de todos los que lo rodeaban.

Entonces, ¿por qué pasa eso? Hemos escuchado miles de teorías. Hemos visto dedos señalando en todas direcciones. Pero todo mundo coincide con esto: si el béisbol quiere promoverse a sí mismo -- y a sus estrellas más carismáticas—de la forma como lo hacen otros deportes en el Siglo 21, la cultura del deporte necesita cambiar.

¿Se han dado cuenta los jugadores de béisbol que durante las Finales NBA -- prácticamente cada día de los playoffs -- LeBron iba a la sala de conferencias TODOS los días, incluyendo los días de descanso? ¿Qué él se detiene a charlar con personas como Doris Burke mientras sale de la cancha luego de cada partido que su equipo gana --e incluso, en ocasiones, en camino al vestidor al medio tiempo?

Ningún pelotero en la historia de la Serie Mundial, la postemporada o la invención de la televisión, lo ha hecho. Nunca. O siquiera ha pensado en hacerlo.

Los jugadores de béisbol no hacen eso.

Gran error.

¿Quién dice eso? Lo dicen TODOS los del mundo externo. Esos son quienes lo dicen.

"Vivimos en una era de accesibilidad", afirma Swangard. "Vivimos en una era donde la base joven de aficionados espera que sus héroes deportivos sean accesibles. LeBron es el ejemplo perfecto. Él lo ha hecho de una forma que él tiene más privacidad de la que percibimos. Pero cuando él se pone en ese sitio, domina el escenario... y lleva a que la audiencia lo vea. De eso se trata la cultura de accesibilidad".

"Por la forma en cómo van las cosas, los aficionados quieren ese acceso", afirma Mannion, "en una forma masiva. En la NBA, los jugadores deben hacer esas entrevistas. Ellos deben ir a la sala de conferencias durante los eventos estelares. Es obligatorio. No estoy seguro si el béisbol tiene ese tipo de reglas".

Nadie debate que LeBron tiene mucho en juego -- traducción: muchos dólares en juego -- cuando él accede a ponerse en ese escenario. Pero el hecho es que todos los jugadores en la NBA reciben un curso obligatorio CADA temporada acerca de qué está en juego --para cada uno de ellos.

La NBA ahora requiere que cada jugador en la liga cumpla cada año con una sesión de tres horas de Negocio del Baloncesto, señala Mannion. Ellos lo hacen mediante sus propios equipos. Ellos son guiados por cada aspecto de negocios de su deporte. Y básicamente les dicen: De aquí viene el dinero. Esto es lo que podemos hacer por ti. Pero aquí tienes lo que puedes hacer por nosotros -- para hacer que la vida (y los negocios) sean mejores para todos.

Mientras tanto, el béisbol ofrece un curso introductorio intensivo para los peloteros jóvenes mediante su excelente Programa de Desarrollo de Novatos. Pero lo que quizá sería una buena idea, como dicen aquellos fuera del béisbol, es un programa similar para las estrellas, o al menos jugadores que probablemente se encontrarán bajo los reflectores en una época donde las figuras públicas han estado más visibles que nunca.

Por ejemplo, Sutton visualiza una sesión donde los jugadores de alto perfil sean presentados con todos los socios corporativos del béisbol o los socios potenciales, en donde ellos hablarían de maneras para usar los acuerdos con la prensa y las redes sociales, durante el cual ellos acudirían a un seminario "de cómo desarrollar tu marca personal Y manejar dicha marca".

¿Cuál sería la desventaja por al menos intentar dar ese paso? Si los hombres que controlan el deporte no lo hacen, afirma Sutton, no sería una sorpresa si alguien como Jay-Z intenta atraer clientes asumiendo esa responsabilidad.

A la distancia, se puede escuchar a la gente por todo el espectro del béisbol diciendo: Buena idea. Pero el béisbol no es ese tipo de deporte. Es el máximo deporte de CONJUNTO.

Pero Mannion señala: "¿Qué deporte es más individual que el béisbol? OK, Bryce Harper quizá venga al plato solamente cuatro veces. Pero él va solo. Y nadie debe lanzarle un pase para que él batee".

Entonces, ¿por qué este deporte NO PUEDE cambiar? ¿Por qué NO PUEDE abrazar la cultura con la que han avanzado las épocas? ¿Por qué NO PUEDE haber un Rostro del Béisbol? ¿O dos, o tres o seis?

Esas son preguntas que todos dentro del béisbol necesitan preguntar. ¿Y qué mejor momento para comenzar esas conversaciones que justo después de una noche especial, en el escenario más grande del verano, en la capital mundial de la prensa, y con todos esos Rostros del Béisbol potenciales reunidos en un terreno esmeralda?

"Este deporte necesita cambiar", afirma Sutton. "Hemos perdido nuestra inocencia".

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