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Encendió su producción

Luego de perderse todo el 2012, Martínez ha recobrado su efectividad con el madero. AP Photo/Carlos Osorio

CHICAGO -- El tiempo de la frustración y la desesperación para Víctor Martínez ya pasó. Ahora es época de bonanza y confianza para el bateador designado de los Tigres de Detroit.

La ofensiva del venezolano ha subido a sus estándares usuales, convirtiéndose en uno de los mejores bateadores de Grandes Ligas desde junio. Incluso ayer lunes, en el primer encuentro de la serie de cuatro entre los Tigres y los Medias Blancas de Chicago, en el U.S. Cellular Field, disparó por primera vez en la temporada cuatro indiscutibles en un juego.

Su promedio ofensivo desde el sexto mes del año es de .318, el tercero más elevado de la Liga Americana, sus 55 hits son la segunda cifra más elevada en el joven circuito y sus 29 remolcadas representa la quinta mayor cantidad en ese lapso.

Pero no fue fácil el camino atravesado por Martínez para llegar a este momento en el que ha logrado reencontrarse con la consistente producción ofensiva que ha tenido durante la mayor parte de su carrera y que lo tiene en estos instantes con promedio al bate de .270, luego de haber acumulado en los dos primeros meses average de.228, con nueve dobles, dos jonrones y 25 carreras remolcadas, en 52 juegos.

"Desde que comenzó la temporada estaba chocando la pelota con buenos contactos, pero me hacían buenas jugadas o le daba de frente. Era bien difícil, porque ya batear es difícil y cuando le das a una pelota bien definitivamente tu quieres que caiga. Para mí eso fue un poco difícil y frustrante a la vez, porque yo he estado en malas rachas, muchísimas veces, en mi carrera, pero esas malas rachas las he tenido porque no he estado agarrando buenos turnos, ni he estado haciendo buenos swings. Pero esta vez le estaba dando bien a la bola y había estado haciendo todo bien", dijo Martínez, quien ya en la campaña tiene 21 dobles, ocho jonrones y 54 carreras remolcadas.

Para el venezolano en el repunte de su producción ofensiva ha tenido que ver el factor suerte, por eso de que ahora estén cayendo sus conexiones de forma consistente y de que no se las estén llevando los fildeadores.

Eso de la suerte, a la que se refiere Martínez, también puede ser explicado de una forma estadística, en la que entra en juego la ley de las probabilidades y de los promedios, a través del BABIP, que es el average al bate de un pelotero con las bolas puestas en juego. En esta estadística el rango que va entre .290 y .310 es promedio, colocando todo lo que esté en los extremos como excepcional y en oportunidades casual.

El BABIP de Martínez durante los dos primeros meses de la campaña fue de .249, muy por debajo del estándar y del promedio que él ha registrado en su carrera, que es de .313. Pero poco a poco esas conexiones que antes eran atrapadas por los fildeadores han comenzado a caer en territorio de nadie desde junio, mes desde el cual el BABIP del venezolano es de .325, lo que indica que el factor suerte le ha vuelto a sonreír y ha incidido en su repunte ofensivo.

En medio de la dificultad atravesada durante la primera parte de la campaña, el designado de los Tigres trató de no ser pesimista ni de derrotarse así mismo, pues sabía que manteniendo su rutina y plan de trabajo todo iba a volver a su nivel, a los estándares que ha acumulado durante su carrera.

"Me quedé positivo y sé que si estoy saludable puedo hacer las cosas como siempre las he hecho. Gracias a Dios las cosas han ido enderezando poco a poco y todavía falta mucho camino por recorrer. Lo principal es mantenerme positivo y trabajar fuerte todos los días", dijo Martínez, quien tras pasar un año alejado de la actividad debido a una lesión en su rodilla izquierda, no ha tenido contratiempos de salud.

Su regreso esta temporada al rol de designado, para el cual fue contratado por los Tigres, el 24 de noviembre del 2011 por cuatro años y 50 millones de dólares, ha sido un poco más llevadero, ya teniendo más experiencia y un mejor plan de trabajo. Eso, sin embargo, no le quita el anhelo de estar en el terreno de juego más seguido.

"Extraño estar en el terreno, pero es una situación que yo sabía desde el primer día que yo vine a este equipo y entendí mi trabajo. Pero no creo que se pueda decir si ha sido más fácil o no, porque de verdad que ser designado no es fácil, ya que no puedes sentarte ahí en el dugout, tomar un turno y esperar el otro 45 minutos después. Tienes que hacer muchas cosas entre turno y turno para mantener en el juego. Pero lo he manejado mejor y me he sentido mejor", expresó Martínez quien es de esos pelotero que siempre está buscando la forma de mejorar en el juego.

"Cuando se habla de ajustes uno tiene que hacer ajustes todos los días, todos los días ando trabajando y ando viendo los videos, porque de eso se trata este juego, de hacer ajustes", reveló.