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La Joya Cháves prometió brillar

"Siento que tengo un mejor boxeo", aseguró Diego Ramón Cairo

Diego Cháves se mostró más que animoso cuando tuvo que hablar sobre su rival de mañana, Keith Thurman. "Sé que voy de punto y que tengo muchas cosas en contra, pero yo sé cómo ganarle. Thurman no tiene grandes nombres en el record, y aunque gano casi todas por nocaut, siento que tengo un mejor boxeo, y que cuando llegue el décimo round, se va a ir...".

Diego Cháves, conocido también como La Joya, miembro de una larga lista de boxeadores -comenzando por su abuelo, Rudecindo, que fue profesional y que llegó a pelear en el Luna Park-, lleva el boxeo en la sangre, eso no se duda. Es el actual campeón mundial interino de peso welter para la WBA, tras haber logrado su corona en Buenos Aires frente al francés, Ismael El Massouri, quien duró apenas 2 asaltos el 21 de julio del año pasado.

Luego vino una defensa en el Luna Park, que tampoco agregó demasiado, ya que su rival, el panameño José "El Indio" Miranda, subió al ring con 12 ganadas (8 KO), 11 derrotas (5 antes del límite) y 3 empates. Como era de prever, no logró pasar del segundo round. Con semejante rival no hay margen para medir al ganador...

Fue, aquella pelea, efectuada el 22 de septiembre del año pasado, la última realizada por el argentino hasta el presente. "Como se habló de una pelea con Malignaggi, llevo más de cuatro meses entrenando a full, así que estoy en el mejor estado físico de mi carrera", aseguró.

Cháves, quien suma 22 combates, todos ganados, con 18 por KO, no ha tenido, hasta ahora una oposición realmente seria en su reinado. Y, por el contrario, Keith Thurman viene con un record también plagado de victorias categóricas, con 20 triunfos, 18 de ellos por KO.

En el boxeo, como en la vida, dos más dos no siempre suman cuatro. Podría afirmarse, desde una visión superficial, que Osvaldo Rivero, promotor de Cháves, lo mantuvo en resguardo hasta ahora, para lograr una buena bolsa en una presentación en los Estados Unidos. Aunque también es cierto que, cuando hubo una posibilidad de enfrentarlo con Paul Malignaggi, finalmente Cháves le cedió el lugar a Adrian Broner. Algo explicable, teniendo en cuenta que, para la televisión, Broner es una atracción indiscutible, mientras que Cháves solamente tiene una presentación en los Estados Unidos.

Ahora, este sábado, en el AT&T Center de San Antonio, Texas, vendrá el momento de la verdad para el argentino, pero también para Thurman, un hombre de tremenda pegada, de boxeo armado y lento, que avanza en línea recta, con la confianza que tienen los noqueadores. Cháves prometió moverse a los costados ("De la mitad del ring para adelante, sin escaparme") durante los primeros rounds, tratando de llevar la iniciativa, para luego ir minando las fuerzas del norteamericano. Aunque Cháves suele prevalecer por un boxeo ofensivo, es evidente que ante un noqueador como su rival deberá cuidarse de correr riesgos innecesarios.

En los papeles, el plan es sencillo, y hasta bueno, pero hay una pregunta cuya respuesta solamente podremos saber el sábado: ¿Cuál será la resistencia de estos hombres ante la adversidad? Veremos cuánto es Thurman como para llevar adelante su ataque e imponer sus manos duras, y también comprobaremos si la confianza de Cháves se basa únicamente en sus palabras cuando la pelea se haga áspera. En algún momento, Thurman podrá llegar a la línea de fuego, más en la media distancia que en la corta, como para poder descargar toda su artillería.

Thurman viene de ganarle por puntos al esloveno Jan Kaveck, quien, a los 37 años, quedó con una marca de 32 peleas ganadas, 18 por KO y 3 derrotas. Claro que ganó ampliamente por puntos. Si el único mérito de Kaveck fue haber terminado en pie, no habla bien de sus pretensiones. Esto mismo va para Cháves quien, como campeón, sabe que tendrá que trabajar mucho y bien para conservar la corona.

Si a medida que pasen los asaltos Thurman se encuentra en la posición incómoda de no poder conectar golpes definitorios, también él tendrá que demostrar que tiene con qué para ser un campeón mundial. Y, en este terreno, no sabemos si fue testeado todavía a fondo con un rival que no se conforme solamente con sobrevivir y que también le tire golpes como para implantar respeto.

O sea que, mientras en la teoría, Keith Thurman es amplio favorito para la pelea de este sábado, queda en manos de Diego Cháves el demostrar cómo y por qué ha prometido brillar en Texas. Y volver con la corona del mundo.