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Mónaco no pudo en la final

KITZBUHEL -- En una final tan cambiante como imprevisible, el argentino Juan Mónaco, 31° del mundo y segundo favorito del torneo, cayó ante el español Marcel Granollers, 53º del ranking ATP y octavo preclasificado, en la final del ATP 250 de Kitzbuhel, en Austria, último torneo del año sobre polvo de ladrillo, que reparte 410.200 euros en premios.

Fue 0-6, 7-6 (3) y 6-4 para el catalán tras dos horas y 12 minutos de juego de un partido con altibajos en ambos lados pero que, en definitiva, Granollers logró cerrar.

En un comienzo arrasador, Mónaco se adelantó 6-0: cerró el parcial en su primera chance y con el saque rival, en apenas 23 minutos de un juego en el que dominó con difíciles ángulos desde el fondo de la cancha, siempre moviendo a Granollers, que no encontraba el rumbo. Incluso, el primer game del segundo set, Mónaco lo ganó en 0, llevándose, hasta ese momento, 28 de los 37 puntos del partido.

Allí todo cambió, el español fue entrando en el ritmo de la final, niveló el segundo set y logró quebrar para sacar 4-3. Incluso sacó para set, 5-4, pero debió irse al tibreak, donde sí, a fuerza de voleas (11 idas a la red en el segundo parcial) niveló las acciones, bastándole apenas un break point en todo el parcial (100% de efectividad), contra el 1/6 del argentino.

En el set definitivo, el pleito se terminó de dar vuelta: el español quebró dos veces y sirvió 4-0, momento de la reacción de Mónaco. El argentino, ya habiendo recuperado uno de los quiebre, sacó 2-5 y remontó tres puntos de partido (estuvo 0-40), para ponerse 3-5 y hasta quebró para servir 4-5.

Sin embargo, toda posibilidad de recuperación se cayó cuando Granollers dio el golpe de gracia y volvió a quebrar cuando el argentino servía en el décimo game 15-40. Una volea que se le fue bien larga al argentino desató el festejo de Granollers y de su banco luego del cuarto título ATP de su carrera.

Cabe recordar que Mónaco llegaba tras derrotar a otro español, Albert Montañés, mientras que Granollers había cortado la racha de 12-0 del holandés Robin Haase, quien era el bicampeón de este certamen en suelo austríaco.

Previo al encuentro, ambos finalistas habían cedido un solo set en el camino a la gran final de Kitzbuhel, campeonato que se había adjudicado el argentino en una oportunidad, en 2007.

Mónaco jugó 18 finales en su carrera y ahora su récord es 8-10 en ATP (7-9 en canchas de arcilla), mientras que Granollers sumó su cuarto título en singles, en 6 finales disputadas (3-1 en polvo de ladrillo). Esta se trataba de la primera final de Granollers en un año, desde que cayó en Umag en 2012.

El Nº 2 de América Latina llegaba tras lograr romper la barrera de los cuartos de final, ya que había llegado a esa instancia en Bastad, Hamburgo y Gstaad, en tres semanas anteriores, también sobre arcilla. Ahora buscaba su segundo título del año.

Esta temporada ganó en Dusseldorf, en cancha lenta, en la semana previa a Roland Garros. No pudo repetir.