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Sólo 17 minutos de Messi con Neymar

BARCELONA -- Había sido presentado como un Trofeo Joan Gamper de los de antes, como aquellos tiempos en los que el equipo se presentaba por primera vez a ojos de la afición. Y así ha sido al menos en lo que se refiere a la nueva dupla azulgrana, Messi y Neymar, que durante diecisiete minutos pudieron por fin coincidir sobre el césped en la verbena goleadora ante el Santos (8-0).

El momento se hizo esperar hasta el segundo tiempo, cuando el nuevo técnico, Gerardo 'Tata' Martino, puso a ocho nuevos jugadores sobre el césped, entre ellos Neymar. Como regalo al Camp Nou, mantuvo durante más de un cuarto de hora a Messi, hoy titular.

La afición tenía ganas de oler la conexión entre el genio de siempre y al mago que llega y el 'sparring' fue el exequipo del brasileño, piñata en la juerga azulgrana. El partido tuvo tiempo para multitud de goles, intuir el estilo del Tata, recordar a Tito Vilanova, ver promesas del club e incluso un poste de Neymar.

Por si no bastaba con la orgía de goles en el primer tiempo, fue saltar el brasileño a calentar a falta de unos pocos minutos para el intermedio y la grada enloqueció. Mientras, Pedro ponía la pincelada emotiva, cuando al marcar un tanto, corrió al banquillo en busca de una camiseta con el lema "Ànims, Tito".

Lo barroco del marcador contrastó con la austeridad de la presentación del equipo, donde el club no se entretuvo con florituras. Una coreografía de bailarines -con sincronización más que discutible- y un numeroso coro de niños que entonó el himno azulgrana precedieron a la salida de los jugadores al césped.

El histórico 'speaker' Manel Vich, quien no se ha perdido ni una sola de las 48 ediciones del Gamper, fue el encargado de dar la bienvenida a ese nuevo cuerpo técnico que sucederá a Vilanova, entre una traca de petardos que retumbaban al fondo.

Así, Martino, su escudero Jorge Pautasso y los heredados Jordi Roura y Joan Francesc Ferrer 'Rubi' surgieron entre una agradecida ovación, aunque nada comparado con lo que iba a llegar después. La afición vitoreó a encargados de material, técnicos y preparadores físicos. Pero los protagonistas eran otros, ya se sabe.

Con uniforme azulgrana, para esta ocasión con dorsales con la tipografía solidaria creada por Anna Vives, la plantilla fue saliendo nombre a nombre en orden de dorsal, aunque Messi, Neymar y los capitanes fueron reservados para el final.

Algo controvertida fue sin embargo la aparición inicial de Cuenca y Afellay, ambos sin número en la espalda. Les siguieron ídolos aplaudidos como Piqué, Fábregas, Pedro -con el dorsal '7' de Villa-, Mascherano o Busquets. Jordi Alba se ganó la primera gran ovación, superada eso sí por Dani Alves, con el '22' de Abidal en la espalda.

Pero Messi come aparte. Introducido como "el mejor jugador del mundo", lo suyo fue como una aparición mariana que hizo temblar los cimientos de un Camp Nou que acabó coreándole. También un tremendo griterío, aunque algunos pocos decibelios menos, provocó Neymar. Pasión desbocada, como la de un espontáneo que saltó a abrazarle.

Los últimos fueron los capitanes -Iniesta, Valdés, Xavi, Puyol-, justo antes de los parlamentos. Faltaba media hora para el encuentro y la afición se distraía haciendo la ola para matar el bochorno.

El ambiente festivo generalizado, con multitud de turistas y un visible éxito de la segunda camiseta con la 'senyera' catalana, tuvo su contrapunto en el emotivo homenaje al fallecido Antoni Ramallets, mito del legendario Barça de las Cinco Copas liderado por Kubala.

"Su profesionalidad y humanidad le han convertido en un referente para las futuras generaciones. Antoni, el Barça no te olvidará nunca", se dijo por megafonía tras el minuto de silencio.

Dos ramos de flores permanecieron junto a ambas porterías todo el partido. Fueron los únicos toques de solemnidad a una verbena futbolera que da el pistoletazo de salida al Barça 2013/14. El de la sonrisa ilusionante de Neymar, el hambre insaciable de Messi y el reto mayúsculo del Tata.