Jayson Stark 11y

Día inolvidable para el béisbol

Días como este no llegan tan seguido en el deporte.

Histórico. Inolvidable. Que altera carreras. Que altera el deporte.

Un mensaje poderoso de los tiempos, en una mano. Por otra parte, un circo incomprensible, generado por un obstinado intento por generar un récord de todos los tiempos de facturas de abogados.

Esa fue la escena el lunes en el Día de Biogénesis en el béisbol. Nunca había existido un día como tal. No en este deporte. No en ningún deporte.

Piensen al respecto. Piensen acerca de lo que acaba de ocurrir aquí.

Una docena de jugadores que recién fueron suspendidos el mismo día por uso de sustancias para mejorar el rendimiento, y ninguno de ellos reprobó un examen antidopaje.

Una docena de jugadores confrontaron evidencia contundente recopilada durante la más extensa y más cara investigación de dopaje en la historia de los deportes estadounidenses, y los 12 decidieron que era una pelea que no valía la pena pelear. Los hechos eran muy abrumadores, imposibles de vencer.

Entonces, los 12 renunciaron a su derecho de apelación y comenzaron a purgar su sentencia, entre disculpas, declaraciones de contrición, expresiones de arrepentimiento.

Y si todo eso hubiera ocurrido en este día, qué día tan poderoso hubiera resultado.

Si tan solo el Circo de A-Rod no hubiera llegado a la ciudad.

Si nuestro recuerdo de este día, 10, 20 o 50 años después, no fuera la escena surreal en Chicago, donde Alex Rodriguez volvió a jugar al béisbol –el mismo día donde recibió la suspensión más grande en la historia por uso de sustancias prohibidas.
¿Quién pudo haber escrito este guión? No Francis Ford Coppola. Solamente A-Rod.

Un buen día para el béisbol

Pero volveremos con él en un momento. Antes de que permitamos que A-Rod-palooza se adueñe de la conversación, es momento para otro anuncio importante:

Fuera de él, este NO fue un día malo para el béisbol.

No, señor. Fue un buen día, un día importante, un día que quizá reescriba la historia del dopaje en los deportes... y no meramente en este deporte.

Fue un día, después de todo, en donde Bud Selig y su deporte enviaron un mensaje que ningún otro deporte profesional había tenido la fortaleza de enviar:

¿Así que pensaste que podías vencer a la fuerza policial del tubo de ensayo, huh? ¿Pensaste que que tomabas sustancias que no podíamos detectar, huh? ¿Pensaste que eras más grande, mejor, y más inteligente que el sistema? Bueno, piénsalo de nuevo. Si piensas eventualmente acerca de eso, quizá te encuentres navegando en el mismo barco que se hunde junto a Ryan Braun y Nelson Cruz y Alex Rodríguez. Así que buena suerte.

Intercambié mensajes de texto el lunes con Skip Schumaker de los Dodgers de Los Angeles, y con Brad Ziegler de los Diamondbacks de Arizona, dos de los jugadores más francos en el béisbol acerca de este asunto. No estaba seguro si ellos verían esto como un día bueno o como un día malo.
Pero ellos respondieron inmediatamente: Buen día. Un día realmente bueno.

Un "paso en la dirección correcta", dijo Schumaker. Un día que haría que los jugadores se dieran cuenta de que ellos "pueden aún ser atrapados sin arrojar positivo en un examen antidopaje".

Ziegler opinó igual. Este, dijo Ziegler, fue un día que "ojalá disuada a muchos jugadores con el paso del tiempo".

Grandes Ligas asume una postura

Un día como este no puede completar la misión por sí solo, por supuesto. La batalla apenas comienza. Y es una batalla que nunca terminará.

Pero es una batalla que este deporte finalmente pelea, luego de todos esos años de cambiar de tema. Y como sea que hayan llegado aquí, sin importar qué tan grande se hizo el desorden con este tema durante el camino recorrido, merece una gran ovación por donde se ubica en la actualidad.

¿Qué otro deporte profesional ha optado por este camino? Adelante. Tómense todo el tiempo necesario para responder la pregunta. Yo espero. Les daré un minuto. Les daré una hora. Les daré toda una semana.

La respuesta correcta seguirá siendo: ninguno de ellos.

Ni siquiera tienen que tomar en cuenta mi palabra. Solamente lean esta increíble historia de T.J. Quinn acerca de Porter Fischer, el ex empleado de Biogénesis que incrementó la polémica de esta saga.

Biogénesis, dijo, tenía "más de 100" atletas que eran clientes-atletas de la NBA, AMM, boxeo, tenis y la NCAA. ¿Y qué otro de estos deportes además del béisbol lo han contactado para perseguir a los usuarios de sustancia para mejorar el rendimiento en sus deportes?

Ninguno.

Esa es una historia horrible acerca de la situación del uso de sustancias para mejorar el rendimiento en los deportes modernos. No esta historia, cuando 12 jugadores pagaron el precio por intentar hacer una finta hacia la izquierda y cortar hacia la derecha, eludiendo a los que realizaban las pruebas.

En verdad, si lo pensamos en ese contexto, hubo una cosa de este día que fue mala: la historia no se ha terminado.

Debería. Se suponía. Podría haber sido. Pero lamentablemente para todos, Alex Rodríguez tenía otras ideas.

"Estoy peleando por mi vida", dijo en una conferencia de prensa previa al juego del lunes por la noche.

Pero, en serio, ¿por qué está peleando? No está peleando para probar su inocencia. Eso está claro. Él no está peleando para convencer al estimado árbitro del béisbol, Frederic Horowitz, de que él está limpio, puro y sano. Pienso que todos le deseamos mucha suerte intentando ganar ese caso.

No, él está peleando básicamente, porque puede. Peleando por una sentencia más corta. Peleando por salvar lo más que se pueda de los aproximadamente $96 millones que los Yankees todavía le deben, aparentemente, porque él necesitará, digamos, $95.9 millones solamente para pagarle a todos sus abogados.

Y peleando, claramente, porque la alternativa significaría que desaparecería del diamante por el próximo año y medio, y no resurgiría sino hasta que rondara los 40 años.

Oh, es su derecho como ciudadano americano el pelear esa pelea. Reconozcámoslo. Ya que ninguno de nosotros diga que él no debería optar por seguir ese camino.

Pero por tomar el camino que él ha elegido, Alex Rodríguez nos está garantizando tres meses más de practicar nuestra pronunciación de "Biogénesis". ¡Yujuuu! Y nos está garantizando tres meses más de chismes, rumores y fealdad que él debería saber, si solamente pudiera ver el panorama, que él desesperadamente necesita evitar.

Si Grandes Ligas tienen al menos una fracción de la evidencia contundente contra él que se cree que ha reunido, y si algo de esa evidencia -o toda- se filtra a la prensa hambrienta de A-Rod, esto no será nada agradable.

"No solamente está jugando con fuego", dijo un abogado deportivo al que consulté del tema. "Él está jugando con ácido".

Una batalla perdedora

Pero el problema es éste: si él se sale con la suya, sin duda se llevará de corbata a todo el deporte. Su caso, después de todo, casi siempre deberá ser construido alrededor de probar que Grandes Ligas, los Yankees y los Tony Bosches del planeta conspiraron para derribarlo.

Así que si, milagrosamente, si pudiera encontrar una forma de filtrar todos los trapos sucios reunidos sobre el béisbol, y la forma donde presuntamente tuvo resultados y ayudó a Bosch y otros para (ejem) tenderle una trampa a A-Rod, eso tampoco será muy edificante.
"Esto traerá consecuencias que son inimaginables para el deporte", dijo el mismo abogado. "El deporte no puede tomar un juicio o una audiencia como esta, porque incrementaría toda la historia de esta situación en el deporte".

A ese punto, potencialmente, es a donde esto podría dirigirse. ¿Acaso no es especial?

Pero no tiene por qué ser. Alex Rodríguez todavía podría llegar a un acuerdo. En cualquier momento, desde ahorita hasta cuando comiencen las audiencias. Hoy. Mañana. La próxima semana. El próximo mes. Cuando él se dé cuenta de que esta "pelea de mi vida" es una maaaaaala idea, no una noble idea.

Tómense la libertad de hacer otros planes mientras esperan que ese momento llegue, porque, obviamente, quizá nunca llegue. Pero por mientras, todavía podemos contemplar el significado de este momento, este día, esta histórica recreación de este comisionado del juez Kenesaw Mountain Landis, sentenciando a una docena de hombres -al estilo sustancias prohibidas- en un poderoso comunicado de prensa.

Días como este no llegan tan seguido en los deportes. Pero eso, por supuesto, es todo el punto. El béisbol envió a sus ciudadanos el lunes un mensaje estruendoso y que modificó el panorama. Lamentablemente, Alex Rodríguez nunca recibió el memorándum.

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