Especial para ESPN.com 11y

La emotiva ceremonia

BARCELONA -- En el estadio Camp Nou del FC Barcelona fue inaugurada la a XII Copa del Mundo de fútbol, con una espectacular ceremonia de apertura seguida de un partido de fútbol en el que la Selección de Bélgica dio la sorpresa y derrotó por 1-0 a Argentina, el actual campeón. De esta manera describió el periódico catalán La Vanguardia la fiesta que dio comienzo al Mundial:


Siete de la tarde. Luce el sol, pero la temperatura es agradable, dulcificada por una brisa que irá refrescando el ambiente. No está totalmente lleno, pero el estadio presenta un magnífico aspecto. con unos cien mil espectadores deseosos de presenciar en persona un momento irrepetible, porque Barcelona va a ser escenario de la inauguración de la XII Copa del Mundo de la FIFA. Es -no hace falta decirlo- el mayor acontecimiento de su historia deportiva.

En las gradas. tapados todos los anuncios habituales por grandes banderolas azulgranas, hay muchísimas señeras, casi todas de pequeño tamaño, y varias banderas argentinas, muy grandes algunas. También una de México. Otra de Perú. Y de Kuwait.

Sobre el césped, de cara a la tribuna principal, la bandera catalana, la española, grandes letras formando el anagrama España 82, veinte parejas de gigantes -la mitad de ellas mirando hacia la tribuna opuesta-, otras letras con la inscripción Mundial FIFA y la bandera de la Federación Internacional.

En lo alto de la tribuna frontal aparecen las veinticuatro banderas de los países participantes en la competición, flanqueando a las te la Federación Española, la FIFA, el Real Comité Organizador Español, Cataluña, España y Barcelona, situadas por este orden de izquierda a derecha.

EN MARCHA
Estalla con fuerza un cohete. Enseguida, varios más. Son las siete y cinco minutos. Comienza la ceremonia de inauguración. Con un minuto de retraso sobre el horario previsto. El Mundial 82 se hace presente en los marcadores luminosos.

Movimiento de los gigantes sobre el terreno, mientras se llevan las grandes banderas de Cataluña, España y la FIFA y desde el foso que circunda el campo se da suelta a 22.500 gbbos. Por un lado, rojos y amarillos con las cuatro barras; por otro, de este mismo color pero en la disposición de la bandera española; el tercero, con el azul de la FIFA.

Mientras se escucha la canción del Mundial en la voz de Plácido Domingo, aparecen las banderas de los veinticuatro participantes. Con cada una van treinta y dos muchachas, que se unen a las dos que ya estaban en el campo junto a otras banderas, pero éstas formadas con bandejas repletas de claveles, que a continuación fueron repartidos entre el público. Simbólicamente, claro, porque la fuerza de los brazos de SUS gentiles portadoras en pocos casos llegó a superar la distancia que el foso imponía. Sólo algunos privilegiados de las primeras filas pudieron hacerse con el recuerdo. Miles de flores quedaron esparcidas en el suelo, en los aledaños del rectángulo.

Van saliendo grupos folklóricos, mientras empieza la danza de los gigantes y algunos muchachos recogen las flores caídas sobre el césped. So baila el Galop, el Ball de gitanes y una jota. Se mueven los gigantes a los sones del Concierto de Aranjuez.

LLEGAN LOS REYES
Todo queda quieto y en silencio. Hay un momento de dUda. Parece que ha fallado algo. Pero no es así. Porque a las siete y veintiún minutos hacen su entrada en el palco presidencial SS. MM. los Reyes de España a los acordes del himno nacional. Suena una fuerte ovación.

Junto a los Reyes, el presidente del Gobierno, Leopoldo Calvo Sotelo; el de la FIFA, Joao Havelange; el de la Generalitat, Jordi Pujol; la ministra la Cultura, Soledad Becerril; el presidente de la Federación Española de Fútbol, Pablo Porta, y el del COI, Juan Antonio Samaranch. Todos ellos, en primera fila.

Más atrás, SS.AA.RR. los príncipes don Felipe, doña Cristina y doña Elena; el primer ministro belga, Martens; el secretario de Estado para el Deporte, Hermida; el delegado del Gobierno en Cataluña, Rovira Tarazona; el capitán general de la IV Región, Sáenz de Santa María; el alcalde de la ciudad, Serra; el presidente de la Comisión Organizadora de la FIFA, Neuberger; el del RCOE, Saporta; y los de las Federaciones Belga y Argentina, Wouters y Grondona.

CRECE EL RITMO
Se interpreta el Contrapás y una muñeira, que se hacen un poco largos. Empieza a apreciarse cierta falta de ritmo y exceso de espacios libres sobre el terreno. Pero la ceremonia remonta vuelo con el baile de los mantones y sobre todo, tras el sauletino, con unas sevillanas que levantan el ánimo del público. Tras la jota, todos los grupos se funden en una sardana gigantesca y solidaria que provoca el clamor general.

Definitivamente, vamos, hacia arriba. Salen las banderas de los países miembros de la FIFA. El campo se llena de color. Un muchacho llega hasta el centro del campo con la bandera española. que es ovacionada. Tras rápidas evoluciones de los abanderados, seis figuras en representación de los seis equipos campeones del mundo (el italiano Ferrari, el uruguayo Ghiggia, el brasileño Bellini, el inglés Bobby Charlton, el alemán Beckenbauer y el argentino Larrosa) saludan desde el centro del campo rodeados de chavalines equipados como los campeones.

Danzan los gigantes, salen los atletas, blancos de la cabeza a los pies y se retiran aquellos mientras suena la Danza del Fuego, de Fella. Los atletas van ganando terreno hasta ocuparlo todo y Un grupo lanza desde el centro globos pintados como balones antes de formar la paloma de la paz de Picasso, que queda francamente bien. De ella parten las banderas de los participantes.

Se despeja el terreno y aparece completamente sólo, en el centro de todas las miradas, un niño vestido como la Selección de España y con un balón en la mano. Cuando llega al círculo central, pendientes de él mil millones de personas, deja escapar de la pelota una paloma blaca, ésta real. Es, a nuestro juicio, el momento más emotivo de todo el acto, que ya llega a su final A las ocho menos cuatro minutos, después de escucharse nuevamente la canción del Mundial, queda libre el terreno.

PORTA BILINGÜE
Faltaban sólo dos minutos para las ocho -se había acentuado ligeramente el retraso—. Pablo Porta comenzaba su discurso, en el que entre otras cosas dijo lo siguiente:

"Con profunda emoción me dirijo no sólo a los aquí presentes, sino también a los millones de aficionados que estarán oyendo o contemplando este acto inaugural del Mundial 82, para enviarles el más amistoso y cordial saludo, en nombre del fútbol español.
Hemos puesto todo nuestro esfuerzo y la mejor dedicación para lograr un Campeonato del Mundo de Fútbol que satisfaga plenamente a quienes confiaron en nosotros."

Hasta aquí, en la primera parte de su discurso, Porta habló en castellano. En la segunda, haciendo realidad el deseo generalizado entre nosotros de que el catalán estuviera presente en la ceremonia, lo hizo en este idioma, para decir: "Desitgem lo millor per a tots aquells que participaran en aquest Campionat i esperem que quan tornin ala seus paisos se sentin satisfets de comprovar que el futbol, una vegada més, ha rendit un servei a l'amistat i a la pau entre tots els poble. Baroelonins, catalans, espanyols tots: grácies, moltes grácies per l'acollida als nostres visitants".

En segundo lugar habló el presidente de la FIFA, el brasileño Joao Havelange, quien volvió a poner de manifiesto su dominio del castellano, con las palabras siguientes:

"En mi calidad de presidente de la Federación lnternacional de Fútbol Asociación, debo sáludar a Barcelona, a Catalunya y a España. que nos acoge con hospitalidad para dar inicio a los Juegoos de la Copa Mundial de la FIFA 1982. Todos debemos a España un gran agradecimiento por el gigantesco esfuerzo que ha desarrollado para organizar la Copa Mundial.

"Lo han conseguido. Y nosotros estamos aquí para proclamarlo y agradecérselo. Permítanme en nombre de la FIFA y del fútbol mundial que dirija simbólicamente mi reconocimiento a Su Majestad el Rey Juan Carlos, como representante de todo España y de todos los que han hecho posible la tarea que hemos emprendido. Ha sido un éxito digno de este gran país y de sus muy nobles tradiciones. Muchas gracias. Viva España."

PALABRAS DEL REY
Fue S. M. el Rey don Juan Carlos quien cerró el reducido turno de parlamentos, con estas breves palabras:

"Al presidir esta ceremonia del XII Campeonato del Mundo de Fútbol, en el que van a enfrentares noblemente veinticuatro países de los cinco continentes, quiero hacer llegar a todos, en nombre de España, la más calurosa y cordial bienvenida. Confío en que la competición deportiva que hoy se inicia sirva para reforzar la amistad de todas las naciones aquí representadas por sus selecciones nacionales. El pueblo español se honra en recibiros y os ofrece su hos pitalidad más afectuosa. Declaro abierto el XII Campeonato del Mundo de Fútbol 1982".

PASO AL FÚTBOL
Una gran ovación subrayó el final de la intervención del Rey, repitiéndose el que ya había recibido cuando se puso en pie para comenzar su discurso. Eran las ocho y cuatro minutos cuando lo terminó e inmediatamente saltaron al terreno de juego, juntos, los once jugadores que iban a comenzar el partido en representación de Argentina-y Bélgica, encabezados por el trío arbitral.

En el centro del campo, escucharon los dos himnos nacionales mientras los fotógrafos hacían su trabajo desde la línea de banda, en la que les mantenía la policía. Eran las ocho y diez minutos cuando el argentino Ramón Díaz, al efectuar el saque inicial, daba inicio futbolístico a Mundial.

^ Al Inicio ^