Carlos Irusta 11y

Los padres terribles

BUENOS AIRES -- Danny García es el actual campeón mundial regular welter junior del WBC y el súper campeón de la WBA. El 14 de septiembre, en Las Vegas, peleará con el argentino Lucas Matthysse, campeón Interino del WBC, en un choque muy esperado por la afición. En la misma velada, a realizarse en el MGM Grand, Floyd Mayweather combatirá con el mexicano Saúl Álvarez. Dos combates de semejante nivel le van a asegurar a Showtime un altísimo promedio de pay-per-view.

García hizo una conferencia de prensa en su nuevo gimnasio, el DSG Gym de Filadelfia, ciudad en la que nació hace 25 años. Danny entrena desde pequeño a las órdenes de su padre, Ángel. También estuvo presente Bernard Hopkins, hombre de Golden Boy Promotions.

Más allá de las frases de rigor, Ángel García, el padre del campeón, expresó algunos conceptos como estos:
"Mi trabajo es no preocuparme por (Lucas) Matthysse. No estoy preocupado. El no me mete miedo. Ni su técnico me mete miedo. Ni su gente. Al único al que le tengo miedo es a Dios. Nadie nos vence ni nos pega, ni ahora ni en el futuro. El 14 de septiembre, Matthysse tendrá su (...) azotado. Danny es el campeón menos reconocido, y yo soy el entrenador menos reconocido, pero ése no es mi problema. Danny y yo somos felices y no nos preocupamos de lo que el mundo dice. En la pelea, pienso que Matthysse saldrá con todo, para buscar la cabeza de Danny, como un asesino, pero él no es ningún asesino, no tiene nada, no es un asesino..."

Y agregó: "Yo sé que Danny tiene una buena quijada porque la quijada de Danny ha sido probada muchas veces. No una vez, un montón de veces le han probado la quijada. La de Matthysse nunca ha sido probada porque él le ha ganado a gente que él estaba supuesto a ganarle. Danny le ha ganado a gente que él estaba supuesto a perder. Esa es la diferencia entre el campeón y su oponente", explico el entrenador, en una entrevista que le hizo Will González para ESPN.

Es posible que la misión del padre sea "calentar el ambiente" con algunas declaraciones explosivas, o tal vez sean pensamientos genuinos, o tal vez una manera de auto convencimiento. Lo cierto es que, muchas veces, la presencia de los padres son muy fuertes en las carreras de sus hijos. La relación entre otro puertorriqueño, Wilfred Benítez y su padre, Goyo, fue muy tormentosa. El padre inició a su hijo en el boxeo cuando éste era un niño de unos diez años –la misma situación de Ángel con Danny-, y marcharon juntos mucho tiempo, aunque luego ambos terminaron muy enemistados. Tal vez tenga que ver con la presión que el padre, quiera o no, suele poner en el hijo.

Jerry Quarry, aquel duro peleador peso pesado de los años 70, confesó alguna vez que "Yo le tenía más miedo a volver a mi rincón entre asalto y asalto que a lo que me podía pegar mi rival, porque la presión de mi padre era tal que me terminaba alterando".

El padre de Erik Morales, José, conocido por "Olivaritos" ha conducido a campeones como Luis Ramón "Yori Boy" Campas o Jorge "Travieso" Arce, y forjó a figuras como Laura Serrano, Jakie Nava y Mariana Juárez. Sin embargo, lo que es más atractivo es su formación de sus hijos. Uno, claro, Erik, y el otro, Diego, que logró un campeonato mundial supermosca en 1999. A la lista se agrega "El Niño" Maravilla, Iván, de 21, flamante campeón Plata del WBC.

Nadie ignora la ríspida relación que ha existido entre Floyd Mayweather junior y su padre, quien volvió a su esquina luego de muchos años, para su pelea con Robert Guerrero. "Medité en la cárcel... todo comenzó con mi padre, él es la causa de todo, él me enseñó ante todo a defenderme", aseguró Floyd.

También fue tremenda la exigencia del gran Julio César Chávez para con su hijo en la pelea frente a Sergio Maravilla Martínez. Era el JC quien descargaba toda la pirotécnica verbal en la gira previa de la pelea que celebraron en septiembre pasado en Las Vegas. Se separaron y ahora se han vuelto a unir... Tal vez porque por un lado, está el gran ex boxeador que reacciona ante las fallas de su dirigido, pero también porque es imposible separar los sentimientos familiares.

Shane Mosley contó que su padre, Jack, era muy rígido con él, castigándolo con una vara cuando le enseñaba a boxear. Si aquella gran disciplina formó a un muy buen boxeador –en 1998, por ejemplo, los periodistas declararon a Jack el Entrenador del año y a Shane el Boxeador del año- en la relación padre-hijo quedaron grietas que no se pudieron sellar. Shane despidió a su padre tras la derrota con Winky Wright (2004) se reunieron de nuevo y más tarde, el hijo volvió a despedirlo. Sin embargo, la sangre siempre pudo más...

Oscar De La Hoya y Sugar Ray Leonard contaron como ambos debieron afrontar la práctica del boxeo para demostrarles a sus padres de que eran capaces de emprender una actividad machista.

Juan Martín "Látigo" Coggi, el tres veces campeón mundial welter junior WBA, dirige a su hijo, Martín, y lo llevó a los primeros planos pero con grado de exigencia muy grande y también entre ellos la relación ha sido conflictiva. De hecho, el hijo debió calzarse los guantes y enfrentarse a su padre para demostrarle de que, efectivamente, tenía temperamento y agallas para ser boxeador. Martin, a los 29, es campeón Mundo Hispano welter junior y posee una marca de 30 (16)-5-3.

Lucas Matthysse también es hijo de un boxeador, Mario Edgardo, que hizo 51 peleas profesionales y que fue derrotado por Jorge "Locomotora" Castro. Pero cuando sus padres se separaron, Lucas se fue de la casa. Y a los once empezó a entrenar en Trelew, provincia del Chubut, con El Huinca Méndez. "A los 14 me fui a Esperanza, en Santa Fe, de donde es mi padre, fue por entonces cuando conocí a otro pibito de mi edad que quería boxear como yo, Marcos Maidana, lo llamaban El Chino". Pero el padre de Lucas nunca tuvo gran peso específico sobre su hijo en el tema del boxeo.

Cuando el que maneja al hijo ha sido un gran campeón, generalmente sufre cuando su dirigido no está a la altura de su historia, pidiéndole más de lo que puede ofrecer, empeñándose en que debe seguir sus pasos. Cuando ha sido un boxeador más, proyecta en su chico todos sus sueños e ilusiones, y a veces comete el error de no poner en la balanza los defectos y virtudes del hijo y solamente ve las segundas...

Ángel García es reconocido por sus explosiones verbales y por la fe ciega que le tiene a su hijo, y eso no deja de estar bien, por supuesto. Más allá de lo que ocurra en el ring el 14 de septiembre, lo que si queda en claro es que seguramente Danny tendrá una carga extra, como lo ha tenido desde sus comienzos, en su propia esquina. Ante Lucas Matthysse tiene una pelea peligrosa, ya que el argentino ha puesto a todos sus rivales en la lona, incluyendo a sus vencedores, Devon Alexander y Zab Judah.

"Me pueden amar o me pueden odiar, eso no me interesa. Creo en mí y creo en Danny. Siempre le digo que el trabajo fuerte y la dedicación pagan las cuentas", afirmó Ángel. Un personaje, sin dudas, que a la hora de hablar y de amar a su hijo, parece no tener límites.

^ Al Inicio ^