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¿Qué se rompió en Chivas?

GUADALAJARA -- Algo sucedió en Chivas que desde hace tiempo no funcionan los golpes de timón. Desde los inicios de su administración a partir del 30 de octubre de 2002, Jorge Vergara se caracterizó por tomar decisiones abruptas que le generaron todo tipo de críticas, y una de ellas era precisamente su poca tolerancia a las malas rachas que tenían como consecuencia el despido de los técnicos.

Su primera víctima fue Daniel Guzmán, a quien en realidad él no había contratado sino que era una herencia de su antecesor el empresario Salvador Martínez Garza. Con un plantel muy modesto que era una mezcla de elementos muy jóvenes como Omar Bravo, Alberto Medina, Francisco Maza Rodríguez, y otros experimentados como Oswaldo Sánchez, Ramón Morales, Joel Sánchez, Manuel Sol, y Guadalupe Castañeda, entre otros; el Travieso logró clasificar al Rebaño a los cuartos de final donde fue eliminado por Toluca.

Una semana después de aquella derrota, Vergara le daba las gracias y además sin pagarle su indemnización ya que aún le quedaban seis meses de contrato bajo el argumento de que Guzmán no contaba con título de entrenador.

Daniel sería el primero de una larga lista que se ha engrosado a través del tiempo con nombres como el de Yayo de la Torre, Hans Westerhof (dos etapas), Benjamín Galindo (en dos etapas), Xabier Azkárgorta, José Manuel Chepo de la Torre, Efrain Flores, Omar Arellano Nuño, Francisco Ramírez, Raúl Arias, José Luis Real, Fernando Quirarte, Ignacio Ambriz, Alberto Coyote (interino), John Van't Schip, y ahora Juan Carlos Ortega, quien ya había sido interino cuando fue cesado Galindo en el Apertura 2005.

Pero si algo sucedía en aquellos despidos es que funcionaban como el revulsivo que se buscaba y los jugadores reaccionaban de manera bravía, al manos así fue hasta el periodo de Quirarte cuando alcanzaron el superliderato en el Apertura 2011.

Posteriormente, ni el propio Sheriff pudo mantener la inercia que traía, renunció y desde entonces el Rebaño va en declive. Con el holandés Van't Schip se clasificó a cuartos de final pero en un torneo en el que noble sistema de competencia le permitió que sus 23 puntos le alcanzara para ubicarse en el octavo lugar. El resultado fue salir por la puerta trasera al ser eliminados de manera humillante por Toluca.

En una entrevista realizada este año con ESPN, José Luis Real declaró que si lo hubieran dejado terminar su proceso él hubiera sido campeón lo cual pareció un reclamo Vergara por su impaciencia.

Lo cierto es que ese equipo que siempre ofrecía una respuesta intensa a esos ajustes en el banquillo hoy ya no se inquieta, es inmune a las turbulencias y su crisis se agudiza de manera alarmante hasta irse involucrando en los últimos lugares no sólo de la tabla general sino de la porcentual.

A la distancia se percibe en los jugadores fastidio, hartazgo, molestia en fórmulas desgastadas desde los regaños de Jorge Vergara hasta en los cambios a nivel directivo que tocaron a una leyenda como Johan Cruyff, quien el año pasado fue contratado como asesor del club.

De poco han servido los viajes a Colombia para que los jugadores sean tratados por un psicólogo como fue el caso de Fabián, el Cubo Torres, y Luis Michel.

Jugadores como Jonny Magallón, Alberto Medina, Omar Arellano que prometían ser los grandes referentes tuvieron que salir para encontrar un mejor escenario para explotar su calidad. Hoy Marco Fabián pide a gritos que lo dejen emigrar al extranjero porque sus actuaciones en la cancha reflejan que ya alcanazó su límite y necesita otro sitio para desarrollarse mejor.

Algo sucede en Chivas que los refuerzos no logran encajar como sucedió recientemente con jugadores consagrados como Luis Pérez, el Cherokee Pérez, y años antes Jared Borgetti, Amaury Ponce, Aarón Galindo y Carlos Ochoa.

Actualmente Rafael Márquez Lugo intenta cambiar esa imagen de los foráneos que no funcionan, Aldo de Nigris está en ese camino.

Ahora, Galindo no pudo hacer caminar a un equipo que aparenta apatía, es el turno de Juan Carlos Ortega, quien buscará encontrar la química que se perdió, aquella en la que los jugadores sin importar quién estuviera al frente hacían su trabajo en la cancha.

Algo o muchos factores se acumularon que las fórmulas se agotaron y que hoy tienen a Chivas sumidos en una severa crisis futbolística.