Martín Urruty 11y

Una tarde en el Spa

BUENOS AIRES -- La Fórmula Uno sí cambió luego de las vacaciones de verano que partieron el Campeonato Mundial: ahora Sebastian Vettel está teñido de rubio. El tono capilar más claro que estrenó el tricampeón más joven de la historia parece ser la única modificación notoria luego de las semanas de receso en las que los equipos, principalmente Ferrari, pensaron y trabajaron en métodos para alcanzar al alemán y su Red Bull-Renault.

Vettel ganó el Gran Premio de Bélgica, en el legendario circuito de Spa-Francorchamps, con su solvencia y receta habituales. El alemán no tardó en enmendar lo ocurrido en clasificación, instancia en la que Lewis Hamilton le había arrebatado la pole position gracias a una gran vuelta en el momento más propicio para aprovechar las cambiantes condiciones de la pista, que estaba secándose. En el giro inicial de competencia, no bien subieron por Eau Rouge hacia la recta Kemmel, Vettel se acomodó pegado a Hamilton y con la ayuda del dispositivo KERS superó por afuera al inglés y pasó a dominar la acción.

Desde la punta de la fila, el campeón hizo lo que mejor sabe: usó el potencial de su Red Bull para estirar rápidamente la ventaja -más de un segundo y medio- y dejar a Hamilton fuera de la órbita de incidencia del alerón móvil. Luego cumplió con el plan de dos detenciones elegido por la mayoría. Su comodidad al frente fue tal que en la última parada no perdió la punta y se encaminó a su quinta victoria de la temporada y la 31ª de su campaña, lo cual lo iguala con el inglés Nigel Mansell y lo deja a una de Fernando Alonso. El asturiano sólo tiene por delante en el historial a Ayrton Senna (41), Alain Prost (51) y Michael Schumacher (91).

Que la opacidad que suele acompañar a los segundos no tiña el desempeño de Alonso. El bicampeón 2005/2006 recuperó en carrera buena parte de lo perdido en una mediocre clasificación, en la que Ferrari quedó atrapada por sus propias malas decisiones. Desde el noveno cajón de la grilla, Alonso eligió la calle interna rumbo a La Source, la cerrada primera curva, y se acomodó entre los seis primeros. No tardó en pasar a Jenson Button y a Mark Webber (protagonista de otra mala largada), para atacar a los Mercedes de Nico Rosberg y de Hamilton. Cuando finalmente se acomodó segundo, Vettel estaba demasiado lejos para cualquier sueño. Luego de la última detención, el campeón amedrentó con un hilván de vueltas rápidas y Alonso se resignó. Así la diferencia se estiró de nueve a casi 17 segundos.

Aunque la distancia entre primero y segundo del Mundial también se agrandó, Alonso cuenta con el consuelo de saber que ha vuelto a ser escolta. El abandono de Kimi Räikkönen colaboró con la causa del asturiano. El finlandés penó con los frenos del Lotus durante buena parte del recorrido en Bélgica y capituló por primera vez en el año. Desde su vuelta al Mundial, el campeón 2007 se ha caracterizado por su consistencia para completar las carreras y anotar. La deserción en los boxes de Spa concluyó con una seguidilla de 27 carreras sumando puntos, un record que supera la marca de 24 que poseía Schumacher.

Si Vettel tuvo su tarde de Spa, los latinoamericanos padecieron una de tensión con los comisarios deportivos. Los tres fueron sancionados en distintos pasajes de la competencia. Sergio Pérez debió cumplir una pena en boxes por una ajustada maniobra de sobrepaso a Romain Grosjean, a quien apretó contra la banquina al llegar a Les Combes. La medida signó la suerte de Checo, quien concluyó 11°. Su compatriota mexicano Esteban Gutiérrez, sucesor en Sauber, pagó igual multa cerca del final pero por haber logrado una ventaja al cortar la pista.

El caso de Pastor Maldonado fue más complejo. El venezolano peleaba con otros tres autos al llegar al último viraje, el otrora enjuto Bus Stop, cuando se pasó de largo levemente en el primer frenaje y, al retomar, rozó al alemán Adrian Sutil y de inmediato chocó al compañero de éste, el escocés Paul di Resta, cuyo Force India quedó inutilizable. Maldonado, con el Williams maltrecho, llegó a boxes y volvió a la carrera luego de una rápida reparación. Los comisarios lo castigaron luego con una detención obligatoria durante diez segundos, lo cual dejó a Maldonado en el 17° lugar.

El manifestante de Greenpeace que pretendió descolgarse del techo para irrumpir en la ceremonia del podio no fue sancionado por los comisarios. Quizá porque ya había terminado la carrera. O porque fueron a buscarlo las autoridades. Todo mientras Vettel celebraba su segunda victoria en Spa y no entendía por qué algunos abucheaban mirando al podio. Quedó claro que no le cobraban su desobediencia en Malasia, cuando superó Webber contra el deseo del equipo, ni reprobaban su carrera o su nuevo color de cabello. El disgusto era por el manifestante que interrumpía el show, la tarde de Spa.

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