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Llegó a Miami para quedarse

Joel Anthony participa con Canadá en el Campeonato FIBA Américas Issac Baldizon/NBAE/Getty Images

CARACAS -- Desde arriba siempre se ve todo más claro. Joel Anthony vive en las alturas y no tiene pensado bajar en un futuro próximo. Allí, envuelto en la pomposidad de una nube a la que accedió tras ganar dos anillos consecutivos con Miami Heat, el jugador canadiense se nutre de esperanzas, de ideas imposibles de ser arrebatadas de su cabeza; se alimenta de las pinceladas de un futuro que dibuja a su manera. Para qué bajar, si desde allí arriba se ve todo más bonito.

A Joel no le importa ese juego a veces injusto que se libra en los despachos, reniega de un futuro alejado del equipo que confió en él y le introdujo en la NBA, confía en el plantel que le brindó dos campeonatos al tiempo en que respira agusto en la ciudad en la que lleva viviendo seis años. Por eso, el jugador más veterano de la selección nacional de Canadá lo tiene claro: su objetivo es retirarse en el Heat.

"Claro que me quiero retirar en Miami", señaló el centro después de estrenarse con victoria ante Jamaica en el Campeonato FIBA Américas 2013. "Es el equipo que me dio la oportunidad, el equipo en el que he jugado mis seis temporadas en la NBA y no hay razón para irme".

Y es que su fidelidad a la "Ciudad Mágica" va más allá de su interés personal, porque su capacidad camaleónica para adaptarse a las circunstancias y a los nuevos tiempos mejora su labor como deportista y nada le importa, porque el positivismo reina en este gigantón de habla tímida; aunque el algodón de las alturas nuble una realidad que podría terminar en borrasca.

A pesar del campeonato logrado por Miami hace poco menos de tres meses, la temporada no fue un camino de rosas para Anthony. Acostumbrado a jugar una media de casi 18 minutos por partido en sus cinco campañas anteriores, durante la temporada pasada el canadiense vio reducida su participación considerablemente. Estuvo sobre la duela una media de 9.1 minutos en la campaña regular y 5.1 en la postemporada y sus números se vieron afectados irremediablemente.

En 62 juegos, Anthony alcanzó 1.4 puntos, 1.9 rebotes y menos de un bloqueo por partido. Erik Spoelstra contó más en su posición con Chris Bosh, Chris Andersen y Udonis Haslem, algo que volverá a suceder este año, con el agravante del ingreso en la nómina de Greg Oden. Y en este contexto, no sería de extrañar que el Heat se deshiciera de Anthony en el último momento ya que cuenta con el quinto mejor sueldo ($3,800,000) de un plantel que supera el umbral del tope salarial.

Pero lejos de caer en el pozo de la preocupación, Anthony respira un oxígeno más puro que el resto de los mortales, porque desde allí arriba, el aire abre los pulmones.

"No es una cuestión de si vas a jugar o tener minutos, lo más importante es que fuimos a ganar el campeonato. Ese es mi objetivo. Al comienzo de la temporada yo no pienso en si voy a tener o no minutos, sino en lograr el título. Al lograr ese objetivo, no hay razón para irme a ningún otro sitio", apuntó.

"Fue un gran año. El conseguir el segundo anillo es un gran logro y la temporada fue muy grande y exitosa. Estoy contento por tener la oportunidad de seguir compitiendo y seguir con este equipo y continuar teniendo este éxito", confesó el canadiense, quien dando por hecho que seguirá formando parte de la plantilla, confía en lograr su tercer anillo con Miami.

"Desde luego que creo eso. Estaremos todos de vuelta y será una gran oportunidad para comprobar si lo conseguiremos. Siempre es bueno competir", afirmó.

ENTUSIASMADO CON CANADÁ

Su prisma de motivación absoluta se traslada a la selección de Canadá. Se habla de la "Generación Dorada" del básquetbol canadiense con jugadores jóvenes de la talla de Anthony Bennett (número uno del Draft 2013) o Kelly Olynyk (primera ronda) entre otros muchos, ambos ausentes del campeonato por lesión. Al frente se encuentra un Anthony curtido en la NBA que juega y deja jugar con sus 31 años de edad y el sueño de ver triunfar a un combinado nacional con muchas ganas.

"Sentimos que tenemos una gran oportunidad para calificarnos. Lo más importante es que vayamos partido a partido, paso a paso y trabajar desde ahí", afirmó tras su primera victoria en Caracas.

"Creo que a corto plazo podemos competir para ser uno de los mejores equipos. Tenemos el talento para lograr ese objetivo, pero no nos vamos a poner mucha presión en este sentido. Iremos poco a poco. En un principio nuestro objetivo es clasificarnos en este torneo y para el año que viene tendremos más chicos y veremos cómo nos aclimatamos. Pero desde luego que tendremos un equipo fuerte y seremos capaces de competir con otros equipos del mundo", afirmó.

Y de esa manera dejó su impronta Anthony tras su debut en el Campeonato FIBA Américas. Habló con predisposición y se marchó de nuevo a la nube que aguanta el peso de unas esperanzas que mantiene intocables.