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Jhonny valoriza la revancha

La sorpresiva definición, el pasado 24 de agosto, de la batalla entre Abner Mares (26-1-1, 14 KO) y Jhonny González (55-8, 47 KO), donde este último lo noqueó apenas en el primer asalto y le quitó el cinturón pluma del CMB, activó una cláusula muy común en los contratos de este tipo de batallas: la de revancha inmediata. Rara vez hay trabas para que esas cláusulas se cumplan, sin embargo esta vez las cosas parecen ser diferentes.

El lunes, en el programa A Los Golpes por ESPN Deportes Radio, González se mostró molesto con el manejo que Golden Boy Promotions le dio antes a sus posibilidades de ganar esa pelea.

"Una de las cosas que me molestaron mucho durante la conferencia de prensa previa en Carson City fue que los periodistas y los promotores hablaban sobre la pelea posterior de Mares, contra Santa Cruz. Sin embargo yo le arruiné los planes, esa fue mi satisfacción" dijo el flamante campeón pluma del CMB.

"Cuando perdí el campeonato contra Ponce de León, yo también le firme a GBP opciones en las cuales tenía el derecho de una revancha inmediata, pero ellos dijeron que no, alegaron que primero tenían derecho a hacer una pelea opcional y luego me daban la revancha. Yo creo que ahora tenemos que pagarle con la misma moneda; queremos hacer una pelea opcional y después le damos la revancha. Para hacerlos sufrir así como ellos nos hicieron sufrir a nosotros" agregó González.

¿Tiene razón Johnny al actuar de esta manera? Tiene razón a medias. Su catarsis al hacer pública la molestia por lo que ocurrió previo a la batalla es correcta. Sin embargo sería un error de su parte evitar, por un pase de cuentas, la revancha inmediata. El propio ejemplo que él utiliza (su revancha inmediata contra Ponce de León) es un claro ejemplo. Ponce perdió el título sin darle la revancha. Imaginemos que Jhonny elija un rival a modo antes de volver a enfrentar a Mares y por esas cosas del boxeo, el rival a modo lo vence. Adiós revancha, adiós bolsa y adiós futuro.

Mi percepción es una sola: Jhonny González quiere mejorar las condiciones económicas del segundo combate. Si Mares se llevó casi un millón de dólares y González, apenas cien mil, nadie dude que para la próxima pactaran al cincuenta por ciento de una bolsa superior a la primera batalla y un bono extra, que puede ser una tercera pelea en caso de victoria de Mares.

Amén del plan de ruta que González se haya trazado para sacarle todo el rédito posible a su victoria contra Abner Mares, en el horizonte aparece un tercero en discordia: el campeón súper gallo del CMB, Leo Santa Cruz, que en principio estaba apuntado como el próximo contendiente de Mares. Santa Cruz mantiene su interés en subir a las 126 libras para enfrentarlo, pero por una cuestión de sentido común eso demorará en suceder.

Abner sufrió una dura zancadilla del destino. Ser noqueado en el primer asalto no se olvida fácilmente, excepto que logre revertir esa imagen con un KO o triunfo contundente en la revancha. Eso es lo que él quiere, eso quiere Golden Boy Promotions y eso es lo que ocurrirá. Aunque tengan que pagarle más de lo que desean pagar al nuevo campeón.

"Abner quiere la revancha", expresó en su momento el director ejecutivo de Golden Boy, Richard Schaefer. "Tiene una cláusula de revancha y la quiere ejercer antes de que finalice el año. Abner mismo me llamó y me dijo, 'Quiero poner las cosas en su lugar y quiero ejercer mi opción de una revancha. Esto no fue nada, no fue una pelea. Quiero volver a enfrentármele nuevamente y quiero que esto se resuelva este año'".
Eso está claro que es la única e inevitable alternativa para Golden Boy. Luego habrá opciones interesantes como la deseada batalla contra Santa Cruz o un tercer episodio del Mares-González para vender la trilogía a la que son tan adictos los fanáticos de este deporte. Y si vuelve a ganar González, allí les queda la opción de Santa Cruz para enfrentarlo en otra batalla deseada.

Ocurra lo que ocurra, Johnny González será el gran beneficiado. Él dijo que durante su permanencia en el establo de Golden Boy fue mal tratado y en cierta forma "ninguneado". Hoy saborea la miel del triunfo y la perspectiva de un nuevo futuro, el cual, luego de su duro aprendizaje del pasado, parece querer venderlo a precio de oro. Y tiene toda la razón y el derecho para hacerlo a su manera.