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Vucetich, entre la obligación y el limbo

MIAMI -- Víctor Manuel no le huye a la terminología y haciendo todo un derroche de calma se ha encargado de ir soltando términos de lo que será 'su gobierno' al frente del Tri en un lapso que hasta él mismo desconoce por estas curiosidades del futbol en momentos grises o limbos, como les llaman los juristas. Lo mejor de Vucetich hasta ahora es que no le ha tenido miedo a las palabras y necesidad, obligación y compromisos están en su agenda diaria de trabajo. También debería agregar la palabra 'limbo' cuando hoy piense en su futuro como técnico.

Porque lo que vive la Selección Mexicana y su Federación como barco insignia es el clásico limbo primero de resultados desde lo deportivo y, como consecuencia de ellos, el lógico limbo desde lo comercial que termina por determinar el balance en lo económico.

El futbol es una empresa en la que sólo uno de sus departamentos juega, y por ello el muy deliberado nombramiento de Vucetich al frente del Tri. Es un técnico ganador, aunque recientemente se fue -o lo fueron- de Monterrey por el clásico desgaste al frente de un equipo con el que ganó todo, aunque le quedó debiendo a su afición mas carácter en el Mundial de Clubes.

Vucetich es la antítesis del controvertido 'Chepo', que se peleó con todo y con todos, y en estos momentos de angustia y calor se necesitaba más un morigerador que un temperamental. Ya comienza su real trabajo Víctor Manuel con sus muy mentados 'microciclos', que estoy seguro fueron más una recomendación externa que una petición del nuevo cuerpo técnico.

Lo cierto es que hubo una primera lista sin novedades que evidencia que el futbol de México, ese que pasa por los jugadores, será el mismo, salvo la inclusión naturalizada que por ahora con 'Chaco' y Damián da muy pocos resultados.

Lo preocupante a esta altura es que revisando a la mayoría de los convocados para el primer 'microciclo', los que mejor se ven son el veterano zaguero Rafa Márquez y el volante Luis Montes. Los demás mantienen un nivel medio y normal de rendimiento que quizá tendrán que mejorar en las tres convocatorias previas a la definitiva antes de los duelos ante Panamá y Costa Rica.

Insisto en que el nivel del futbol mexicano está ahí, entre lo aguerrido y lo ordenado, entre la fortaleza y la marca, pero salvo el caso de Lobos no hay alguien que pueda marcar una diferencia cuando se requiera coordinar la velocidad mental con la habilidad física. No es un desaire ni una crítica enfatizar que el jugador mexicano por naturaleza no es virtuoso, y en esa zona en donde aparecen los talentos para tomar decisiones es en la que no se encuentra a quien recurrir cuando el partido así lo exige.

Por ello, hoy es importante Lucas Lobos. Él tiene esas características y se para en esa zona de la cancha que determina el resultado del partido. Él tiene las condiciones técnicas para desequilibrar en el mano a mano necesario para abrir espacios y también cuenta con el cambio de velocidades que se requiere, primero para la pausa y segundo cuando se deba acelerar en el último tercio para llegar al gol. Él tiene gol.

Y lo mejor de Lobos hoy es que es mexicano y que desde el reto asumió la responsabilidad de "jugársela" cuando pudo haber seguido siendo indispensable y perdonado desde la zona de confort.

Los tiempos se acortan para el 11 de octubre. A Vucetich le quedan los Microciclos de este lunes 23, del lunes 30 y del 6 de octubre para afinar el sistema. No hay tiempo para más, y después tendrá que engranar los de 'afuera' para que la máquina ruede aceitada. La tarea no es fácil y es quizá por ello que ni él sabe hasta cuándo tendrá su contrato.

A la vista está Panamá, que ya está jugando desde el escritorio su partido, mandando mensajes sobre horarios y reglamentos, mientras desde otra vereda se hacen correr versiones sobre una supuesta comodidad de Honduras jugando ante Jamaica como "visitante" en Miami. Esto último no parece serio cuando ya el capitán Burrel desde Jamaica dice que no negociara jamás su condición de local en Kingston.

Lo curioso es que esto ya es el Mundial en la gran ebullición de su eliminatoria. La política se mueve solapada como siempre, y la peligrosa última palabra la tienen algunos dirigentes en FIFA. ¿Por qué no se jugaron las dos últimas fechas de la eliminatoria de manera simultánea? Quizá esa era la mejor respuesta a la bandera amarilla del Juego Limpio.