BUENOS AIRES -- El entrenador de Boca Juniors, Carlos Bianchi, evitó esta noche contestar si el 4-4-1-1 con que concluyó la victoria por 2-0 ante Quilmes es el plan A o el plan B para afrontar el Superclásico del domingo próximo.
"Tengo que ser sincero, estoy disfrutando este partido que ganamos. A partir de mañana (lunes) nos pondremos a pensar en el partido que viene", argumentó Bianchi en la conferencia de prensa posterior al cotejo ante los Cerveceros cuando le preguntaron si el ingreso del mediocampista Gonzalo Escalante por el delantero Juan Manuel Martínez lo hizo teniendo en cuenta el gran clásico ante River Plate que se realizará el domingo en el Monumental.
Antes de esa consulta tan directa, Bianchi se había referido a ese cambio al que recurrió a los 23 minutos del segundo tiempo, cuando los xeneizes prevalecían 1-0, pero en esa ocasión remarcó que Jesús Méndez "corrió bastante" en una posición como la de marcador lateral derecho que es inhabitual para él y quiso ponerle "un jugador fresco para que pudiera ayudarle", además de dejar "libre" a Juan Román Riquelme, con Emmanuel Gigliotti como único punta.
Lo concreto es que con esa variante se protegió más a Méndez, improvisado en el sector derecho de la defensa, y a Román, quien regresaba tras recuperarse de una lesión muscular.
Con todo, Riquelme se quedó en el campo de juego hasta el minuto 43, es decir, hasta un minuto después de que Gigliotti con su segundo gol garantizara la victoria.
El Virrey tiene en cuenta que debe remendar la retaguardia en forma frecuente como consecuencia de lesiones, a tal extremo que esta vez perdió por un problema muscular al uruguayo Ribair Rodríguez, quien se estaba afirmando como marcador central, más allá de que su función natural es la de volante de equilibrio.
Lo que sí admitió Bianchi es que deben seguir mejorando en la definición de los ataques, dado que llegan con suficiente frecuencia, pero en proporción concretan poco.
"Lo que no se concreta enfrente, uno al final lo sufre en el arco propio", aceptó el director técnico de los xeneizes como factor de riesgo.
"Podíamos haber convertido cuatro o cinco goles. Hubo muchas situaciones de gol en el segundo tiempo, pero dos goles son buenos también", valoró eso sí el conductor, el más exitoso de todos en la historia de un gigante como es Boca.
"Me gustó el equipo, porque ante un equipo que estaba bien parado, difícil, supo tener la paciencia, no enloquecerse, no perder el equilibrio táctico. Haber tenido la paciencia y después haber sacado la diferencia es lo importante para mí", subrayó Bianchi.
En el rubro quejas, el entrenador remarcó que no sólo los futbolistas de Boca resultan afectados por dificultades musculares.
"Veo que se desgrarran muchos, en otros lados (clubes) tambien, pero hay que llenar las páginas de Boca", se atajó con su estilo y tono característicos.