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Se jugó mucho afuera y poco adentro

BUENOS AIRES -- Boca y River pueden sorprendernos por los motivos más diversos. Este domingo, en el estadio Monumental sucedió algo así. Boca-River fue uno de los peores partidos de la fecha. Pero lo asombroso de todo fue el segundo tiempo. Ni Boca ni River acertaron un pase y las emociones parecían vivir en la mente de los entrenadores.

Se jugó mucho afuera del campo, en el pensamiento táctico del cuerpo técnico; en la cancha no se jugó a nada. Hubo una falla en ambos entrenadores porque sus jugadores no podían realizar lo que el técnico les pedía. Especialmente Ramón Diaz.

Ganó Boca 1 a 0 con gol de su nuevo goleador: Gigliotti. Pero nada más. Pudo haber sido un empate. De hecho lo fue, ninguno de los dos hizo bien las cosas y jamás aparecieron los jugadores que pudieron torcer la mediocridad de la historia. Hablo de Gago, de Riquelme, de Lanzini, todos llamativamente muy desaparecidos.

Fue un día de sol soleado, me tocó ir a la plaza Alemania, donde Marta Minujin, realizó una escultura de libros. Los visitantes pensaban en el partido más que en los libros. Me asombró que todos eran hinchas de River. Avenida Libertador y Salguero.

Me acerqué a una señora pituca que tomaba sol en su reposera, tenía al lado un caniche Toys.

Sin que le diga nada, leía el diario en su parte deportiva. Boca ya había ganado el partido.

-- Era evidente que iba a ganar Boca. River es irregular y todavía no está para jugar partidos de clásicos difíciles...

Seguí caminando por la plaza, Boca también es un equipo bastante irregular. Me paré frente a un señor con una barba blanca, tenía enroscado en el brazo el diario Olé deportivo.

-- Sí, señor no tengo dudas de que el equipo de Ramón necesita los puntos y viene mejor armado. Pero jugó muy mal, en especial el segundo tiempo que fue de lo peor que se vio en muchos años...
-- ¿Te imaginás lo que puede pasar después del superclásico?
-- Jugaron un pésimo partido, por lo que imagino que Bianchi no estará tan contento con el rendimiento. Ramón Diaz, todavía está en la búsqueda de un equipo y es una realidad que dejó gran parte de sus chances en el campeonato.

Este hincha, que no era fanático ni de Boca ni de River, fue bastante pensante en sus comentarios. Me quedé pensando si el que pierde el clásico, pierde una gran oportunidad de campeonar.

Boca ganó, pero nadie lo imagina campeón. Por encima de Boca hay, por lo menos, tres equipos, sin contar al poderoso Newell´s.

Nadie se atrevería a decir que Boca puede aspirar a salir campeón. Le falta, pero ayer dio un paso importante en su camino de mejoría, le ganó a su rival histórico y esto no es un logro menor. Para dentro del plantel, motiva y mucho.

River, en lo inmediato, tiene otros compromisos que atender, no se puede quedar pensando en Boca. El clásico ya dejó lo poco que podía dejar. A partir de ahora, al equipo de Ramón, se le vuelve peligroso perder.