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El campeón japonés en Mar del Plata

MAR DEL PLATA -- ¡Ring, ring, Ring! ¡Ringginggg! Suena el teléfono en mi pieza del hotel Provincial de Mar del Plata. Indefectiblemente llega la inexorable hora de la verdad; es mi amigo, Edmundo Bejarano, uno de los grandes directores berlineses de los últimos años. Conocido mundialmente como Edy.

Estamos en el Festival Internacional de Cine de Mar del Plata, rompiéndola.

Este genio mesopotámico, audiovisual sin micrófono ni salida al mar, acaba de presentar su pequeña obra maestra Atolondrado, una superproducción en la cual soy protagonista casi absoluto.

Estoy desnudo en la cama, mirando como Tigre, el equipo de Riquelme, destruye a un Newell´s en picada. Podría decir que tengo al lado a una joven actriz, pero la verdad es que no hay nadie, ni el aire.
Newell´s parece un equipo japonés, cuando se le cambia el libreto no sabe qué hacer.

Pienso, ¡qué bien juega Rasculleda (un ex Boca)! Una gitana me lo dirá más tarde en la playa: "este martes
de noviembre Newell´s acaba de dejar la mitad de título y ayuda con todo a San Lorenzo, otro que se suma al pelotón de punteros...".

Faltan nueve puntos, lo dijo Riquelme, el campeonato está para cualquiera. ¿Por qué a los jugadores de Boca les cuesta tanto ser sinceros? Salto de la cama, me pongo mi camisa floreada y salgo al mundo marplatense.

En los amplios salones del Hotel Provincial, nos esperan "los infantes terribles de las diagonales de La Plata", me refiero a los músicos de la banda Los 107 Faunos, que musicalizaron la peli, entre ellos hay un muchacho tímido, introvertido -parece que no dice nada, pero está mostrando los dientes- al que todos definen como el nuevo Indio Solari de La Plata.

Me pierdo estos detalles culturales porque a mí me gusta la cumbia. Sin embargo, gracias a estos jóvenes rockeros terminaré adorando a grupos como Rata Blanca, Los Ramones, Él mató a un policía motorizado, Attaque 77, 107 Faunos, etcétera.

La canción con que cierra la película Atolondrado, candidata a ganarse la foca de oro del certamen, está musicalizada por estos talentos platenses.

Vamos juntos a la Premier y ya hay una multitud esperando, están los chicos de la tevé pública que me reportean y me piden fotos para sus hijos. Ancianas de PAMi que consiguieron entradas gratis también me esperan por una foto. La película es un éxito total. Jean Paul Belmondo que está de incógnito, más tarde me invitará un whisky y me pedirá que lo lleve a conocer los lugares oscuros de la calle Luro. No se lo recomiendo, pero Jean Paul insiste…

Volviendo al festival de Cine, comienzo a interesarme por el séptimo arte, ¡cuánta gente joven produciendo un cine de alta calidad que no tendré tiempo de mirar, pero no importa! Hoy día se puede filmar con una camarita de fotos, de esas que venden en los shoppings y qué películas salen. Atolondrado, es un gran ejemplo de esto.

Pero más allá del cine, el monstruo del fútbol no para, ni parará nunca. Mientras todo esto sucede en La Feliz, en mi vida en la feliz, mejor dicho, me entero que Ramón Díaz pone su contrato a disposición del futuro nuevo Presidente. Es una buena noticia, el primer responsable del fracaso riverplatense es Ramón Díaz.

Estoy sentado en la confitería Havana, tomándome un café y comiéndome un alfajor de una marca que no diré pero se entiende. Edmundo Bejarano, el gran director berlinés, fanático de San Lorenzo me dice. "Cucu, estos chicos de La Plata, la rompen, son unos artistas fenomenales, están aburridos del éxito, dueños de la dicha, amantes de la genialidad. Y son todos hinchas de Gimnasia. Deberías escribir algo sobre ellos".

Final feliz.