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Martin Klizan: empezar de nuevo

Klizan llegó a ser 26° en marzo; hoy está 108° Getty Images

BUENOS AIRES -- Cómo pasar de revelación a decepción en solo 12 meses. Así podría titularse el olvidable 2013 de Martin Klizan. Tras un gran cierre de 2012, el eslovaco arrancó el año en el Top 30 y marcado como uno de los nombres a seguir en la temporada, ya que no defendía puntos importantes hasta septiembre. Pero el ex N°1 Jr. transitó un año extrañamente destructivo y hoy lo termina fuera de los 100 mejores. Lesiones, descuido personal, derrotas insólitas y el alejamiento de Karol Kucera de su equipo de trabajo, parte del recorrido barranca abajo...

Klizan venía de ser la gran sorpresa del tramo final de 2012, con un resonante US Open y la conquista de su primer título ATP, en San Petersburgo. En Nueva York, el eslovaco tumbó a Jo-Wilfried Tsonga y escaló hasta octavos de final, presentando sus armas ante el gran público: "Para mí no es distinto si enfrente está el N°5 del mundo o el N°100. Eso no importa. Yo solo quiero hacer un buen partido".

Dos semanas después, llegó el festejo en Rusia, con una maratónica semifinal ante Mikhail Youzhny, de casi cuatro horas. En la definición pasó de largo Fabio Fognini y Klizan acabaría siendo el único "campeón debutante" de la temporada, marca que acompañó el reconocimiento de la ATP al nombrarlo "novato del año".

Las lesiones de 2011 quedaban en el pasado. El zurdo subía más de 80 posiciones en el año y sus credenciales salían a la luz: el exitoso pasado junior, la buena cosecha en Challengers y un firme repertorio técnico, que encontraba como termómetro un acompasado revés a dos manos.

Pero la expectativa lo desbordó. "Después de ese US Open todos pensaron que de pronto ya iba a estar en el top-ten. Pero así funciona esto. Una cosa es llegar a una determinada posición. Otra es poder mantenerse. Y la verdad es que no pude librarme de la presión, de que todos espararan grandes cosas de mí", ilustró meses atrás en diálogo con el periódico eslovaco HN.

En ese proceso, Klizan perdió confianza, se descuidó físicamente y entró en un tobogán interminable: "El año pasado hablaba con un psicólogo muy seguido, una o dos veces por semana. Este año, poco y nada. También desatendí mi estilo de vida: manejé mal los tiempos, no descansé lo suficiente, comí lo que no debía... lo bueno es que hoy puedo reconocer todo eso y estoy trabajando fuerte para cambiarlo y volver".

El eslovaco cerró un año con 12 triunfos y 24 caídas a nivel ATP, extendiendo el récord negativo al circuito Challenger (2-3). Pero la imagen que resume su temporada tuvo lugar, una vez más, en el US Open: 1-6, 0-6, 1-6, en solo 80 minutos, ante el N°157 del ranking (Donald Young, otro irregular ex N°1 junior). De nuevo, Klizan oficiando una sorpresa en Flushing Meadows, aunque en este caso con inmediato destino de salida.

"Me sentí mal, física y mentalmente. No pude dar todo lo que tenía y este es el resultado. Es la coronación de un año muy malo. Pero no tengo que entrar en pánico. A veces hay que tocar fondo para volver a estar de pie. Sin infierno no hay paraíso", se descargó tras el certamen con el diario SME, de su país, y ya sin Kucera en su banco (habían cortado el vínculo post Wimbledon).

Lo cierto es que aún habría más escalones por bajar: una molestia en la muñeca lo marginaba de la serie ante Suecia, por Copa Davis, y luego del ATP de San Petersburgo, el mismo que lo había consagrado 12 meses atrás. Sin esos 250 puntos, Klizan se despidió definitivamente del Top 100 y buscó tomar ritmo en Challengers, pero su temporada la cerró una nueva lesión, esta vez en el tobillo, y nada menos que en el torneo de Eslovaquia, instancia en la que jugaba por primera vez ante su gente desde la exhibición de 2012 frente a Novak Djokovic. De un año a otro, el escenario era bien distinto...

Esa relación entre Klizan y Eslovaquia también fluctuó. Sin las figuras de otros tiempos, su sorprendente 2012 concentró todas las miradas en él. Pero los malos resultados volvieron en contra esa atención: "Todo el tiempo me preguntaban qué me pasaba, por qué había dejado de trabajar con Kucera... pero ninguno tenía el derecho de meterse. Me cansé de que me cuestionaran por qué me iba en primera ronda de los torneos. Hay preguntas molestas que no tienen respuesta. Y agotan. Hoy Eslovaquia no tiene el talento suficiente para crecer dentro del circuito. Y, más aún, en nuestro país no hay demasiada gente que entienda de tenis", explotó en una nueva catársis con la prensa local.

Y agregó: "Eslovaquia es un mercado muy pequeño y poco interesante. Y yo hoy no tengo marcas que me apoyen, vivo de lo que hago en cancha. La gente se queda con los premios que uno recibe en los torneos, pero la mitad se va en impuestos y otras cosas que a nadie le importan. Cuando fui 26° tenía la expectativa de firmar algún contrato importante, pero nada llegó. Ahora tengo que luchar para conseguir sponsors...".

Con todo, tras la revolución de 2012 y la destrucción de 2013, Klizan ya piensa en el mañana: "Cambié entrenador, dieta, comportamiento, preparador físico. Ahora necesito tiempo. Nada se arregla de un día para el otro. Todavía tengo mucho que aprender. Pero hoy cuento con una visión más realista de mi rendimiento".

Luego de tres años al lado de Kucera, Klizan recurrió a Dominik Hrbaty, hoy sumado a la ambiciosa expansión turca. Y el ex N°12 de la ATP le recomendó al checo Martin Damm, con pasado Top 50 en singles y Top 10 en dobles, especialidad en la que conquistó 40 títulos, incluido el US Open de 2006: "Aprendí mucho de Karol. Sobre todo del aspecto mental del tenis, la táctica. Pero creo que era tiempo de seguir mi camino. Hoy necesito mejorar fundamentalmente el saque y la volea y Martin me está ayudando en eso. Fue un gran doblista y es muy disciplinado".

En esta renovada incertidumbre se embarca el Klizan modelo 2014. Con enseñanzas incorporadas a la fuerza y la voluntad de dar el timonazo. Con solo 24 años, pide una segunda oportunidad. Más que nunca: momento de bajar y dar de nuevo.