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La gran máquina de recaudar

La rusa ganó un millón de dólares al obtener el Masters en 2004, cuando venció a Serena Williams AP

BUENOS AIRES -- Cuando pierde, también gana. Claro, es que aún siendo eliminada de los torneos sigue facturando sumas millonarias afuera de las canchas. En un año complicado, como el que vivió en 2013, con lesiones y tres entrenadores (algo casi inédito), Maria Sharapova ratificó que es una auténtica máquina de generar dinero. La rusa, diva total, es imbatible como la deportista que más dólares gana, al punto que ya embolsó más de 200.000.000 de la moneda estadounidense. La famosa revista de negocios Forbes la reconoce como la atleta mujer que más recauda y, en el tenis, sólo es superada por Roger Federer y Rafael Nadal.

Sexy, muy femenina, no sólo cautiva a los hombres en sus partidos, con sus movimientos, sus gemidos a la hora de pegarle a la pelotita y festejando cada triunfo lanzando besos al público, sino que también aprendió a moverse muy bien en las pasarelas. Por eso, la siberiana de 26 años es figura en los courts y a la hora de grabar promociones publicitarias con las grandes marcas internacionales que la patrocinan. Así, es atracción en cualquier rincón del planeta donde va a jugar, con fans que se desesperan por un autógrafo o una foto con ella, o simplemente con poder verla en una cancha; afuera, es requerida por firmas de primera línea, que buscan su belleza como modo de promoción. Y ella, muy bien asesorada, embolsa más y más millones.

En el deporte mundial, Sharapova figura en el top 30 de los atletas que más dinero obtienen, por todo concepto. De hecho, ella ganó casi 27 millones de dólares en premios en los campeonatos y, en total, superó la barrera de los 200 millones. Muchos tenistas suelen recaudar el cuádruple o quíntuple entre contratos publicitarios y cachets por exhibiciones por encima de lo que logran en los torneos, pero hay casos que son excepcionales y multiplican ampliamente lo conseguido sólo jugando. El de Federer es fiel testigo: el suizo es el varón que más facturó, con casi 80 millones en el circuito ATP, pero ganó muchísimo más vía sponsors y exhibiciones. Y es similar a Nadal: el español embolsó 64 millones. Una situación parecida a la de la rusa, ex Nº 1 del ranking mundial.

Este año, Sharapova, con los cuatro últimos meses inactiva por una lesión en el hombro derecho, logró 3.500.000 dólares en premios oficiales de los 26.695.000 que acumula en su exitosa carrera. Lo positivo es que ella derrumbó el mito Anna Kournikova, también rusa, hermosa, rubia y famosa, que llegó a ser 8ª en el listado de la WTA, pero nunca disputó una final de Grand Slam, por ejemplo. La dulce Maria, como la llaman muchos fanáticos, llegó al Nº 1 mundial en agosto de 2005, terminó ocho años entre las top 10 y siete siendo top 5. Es más: se trata de una de las 10 mujeres que pudo ganar al menos una vez cada uno de los cuatro certámenes Majors en toda la historia. De las que están hoy en actividad, sólo ella y la estadounidense Serena Williams, la actual líder, se dieron ese gran gusto, una hazaña que, entre los hombres, sólo la consiguieron siete jugadores.

Por eso, con un título en cada Grand Slam y un total de 29 copas en singles, lo hecho por Sharapova está en otra dimensión del caso Kournikova. En realidad, esa barrera de haber sido modelo y figura comercial exitosa surgida del tenis la superó en apenas su tercera temporada de las 12 que lleva como deportista profesional, cuando en 2004 se coronó en Wimbledon, nada menos. Y, como si fuera poco, cerró ese año histórico para ella y el tenis ruso con un cheque de un millón de dólares que tuvo como recompensa tras derrotar a Serena y ganar su única corona en el Masters. Por eso, esta ídola mundial, que se mudó de pequeña con su papá a Estados Unidos en busca de mejorar su juego y poder ser alguien en el tenis, se convirtió en una mega máquina de facturar, con una combinación perfecta de atributos de toda clase.

El objetivo primario fue largamente superado, claro. Ahora esta superestrella universal es noticia por todo lo que hace, en el ámbito que fuese, como el actual noviazgo que vive con su colega búlgaro Grigor Dimitrov. Cuando puede, la siberiana expresa su postura sobre el rol que tiene y la forma en que le gustaría ser vista: "El tenis es lo más importante de mi vida. Espero que la gente me mire y respete, más allá de como mujer, como tenista profesional". Esto no hace más que demostrar que tiene latente esa sensación de que es muy valorada como un gran producto comercial y por su figura femenina, en detrimento de la calidad y la potencia que despliega con una raqueta en mano. Así, ella busca cambiar el foco, consciente de lo que genera y transmite.

Firmas de primer nivel tuvieron una gran exposición en la figura de Sharapova, como Canon, Prince, Tiffany y Land Rover, entre otras, y ahora se da con la indumentaria Nike, sumado a Head, Cole Haan, Evian, Tag Heuer y Samsung. "Maria Sharapova es una atleta excepcional. Ella combina el máximo rendimiento en el deporte con su elegancia y poder", dijo este año el CEO de Porsche, Matthias Mueller, cuando la reconocida marca de automóviles la contrató. "Es la elección perfecta. Su perfil y carisma son un complemento ideal para Porsche. Ella es muy respetada en todo el mundo y goza de una excelente reputación", agregó. Ese magnetismo y ángel especial la hacen diferente, única. Por eso mismo, ella se transformó en la única rusa incluida en la lista de las 100 celebridades más ricas e influyentes del mundo que anualmente elabora la publicación Forbes.

Este año, Sharapova encabezó la lista de las atletas mejor pagas, incluyendo todos los deportes, al sumar 29 millones de dólares a sus cuentas bancarias. En el tenis, ella sólo es superada por Federer y Nadal, y está por delante de Serena, su gran y temida rival. La menor de las Williams es la mujer que más dinero ganó teniendo en cuenta únicamente las actuaciones en los torneos, con 54 millones, y allí la rusa figura tercera, a "sólo" 2.200.000 de Venus, la segunda. Si bien está en el podio, es evidente que la imagen que irradia Sharapova la puso por encima de todas en líneas generales. Y, por si algo le faltaba, formó su propia empresa de dulces: Sugarpova. Ese emprendimiento le reporta un sabor especial y poco a poco fue llegando a tiendas exclusivas y hoteles en diferentes países.

"Crear Sugarpova fue un excitante trabajo de amor. Ha sido mi proyecto más interesante, ya que se trata de mi propio negocio, mi inversión y mi dinero", dijo Sharapova. La siberiana contó que a sus amigas siempre les gustaron los dulces y chocolates que prepara en su casa, lo que la animó a lanzar su propia línea de caramelos, que consiste en 12 formas distintas de esa golosina. Una porción de la venta es destinada a la Fundación Maria Sharapova, que se dedica a ayudar a los estudiantes que residen en las áreas de Bielorrusia afectadas por la catástrofe nuclear de Chernobil. Como pocos, ella es una estrella que trasciende el mundo del deporte: se trata de una celebridad internacional. Y, sin dudas, es una verdadera máquina de facturar. Por donde se la mire.