Carlos Irusta 10y

Maidana, el preferido de la gente

SAN ANTONIO -- En esta tierra se han realizado innumerables westerns. Y basta caminar un poco por las callecitas de San Antonio --ciudad agradable, pueblerina, en donde parecen no existir ni el smog ni los apuros-- para toparse con elementos del Viejo Oeste. Sombreros, ante todo. Según la tradición, en los westerns los "muchachos buenos" lucían sombreros blancos y los negros quedaban para los villanos. ¿Es exagerado decir que el sombrero blanco le queda bien a Maidana?

Nadie de todos los que hablamos --meseros, taxistas, entrenadores, aficionados, colegas-- niega las condiciones pugilísticas de Adrien Broner. Quizás esto de compararlo con Floyd Mayweather sea un poco exagerado, por cierto, porque primero tendrá que demostrarlo con algo más que poses y declaraciones. Pero lo que no se puede negar es que "The Problem" es un problema para cualquiera que lo enfrente, por su estilo elusivo, de veloces combinaciones en la contra ofensiva. Lo que también es otro factor es el emocional, que deja de lado la razón pura. Sí, es el candidato para ganar, sin dudas, pero no es el favorito de la gente.

Es que Maidana con su estilo de pocas palabras pero siempre con gran cortesía, es quien se lleva la simpatía de la gente. Es dable esperar que el público esté con él. No solamente porque en esta zona predominan los latinos, especialmente, claro, los de origen mexicano, sino también por lo que el argentino representa. "Nosotros lo vemos de afuera y también queremos que gane Maidana", nos decía ayer a la noche, un integrante del grupo de Jesús Soto Karass, quien tiene una pelea brava con Keith Thurman. "Cuando El Chino peleó con Jesús, parecía que el referí iba a pararla a favor del nuestro, pero Maidana saco fuerzas de no sé de donde, es puro corazón".

Maidana fue muy pocas veces favorito en una pelea en los Estados Unidos. Cuando enfrentó a Víctor Ortiz –la nueva estrella de Golden Boy en ese momento- parecía que iba a ser un nombre más en el record de "Vicius", pero no fue así. Y frente a Amir Khan estuvo a punto de noquear. Tuvo que sufrir mucho con Erik Morales (justamente cuando, para la mayoría de los expertos, Maidana tenía que ganar sin contratiempos) pero ganó. Cuando se midió con Devon Alexander fue a la casa del campeón pero --localismos aparte-- esa noche no fue el de siempre y perdió sin excusas.

Quizás solamente en sus victorias sobre Jesús Soto Karass y Josesito López la opinión generalizada estaba ligeramente de su lado, pero en ambos casos ganó apelando a su tremendo corazón.

Las peleas no se ganan con la simpatía o el cariño de la gente, eso se sabe. Y cuando suene la campana, estarán solos en el ring, más allá del referí. Maidana, sabiendo que este compromiso es el mayor de su carrera --si gana cotizará, directamente, con la primera línea del boxeo de hoy y su nombre hasta podría figurar en la lista de oponentes de Floyd Mayweather, ni más ni menos-- está muy bien preparado. Sabe que la pelea es difícil. En noche pasada nos cruzamos con él en un pasillo del hotel. Tranquilo, sonriente y distendido. Iba junto a su madre, doña Olga --quien fue a verlo dos veces y siempre lo vio ganar, incluyendo la pelea con Josesito López-- y el doctor Walter Quintero, médico del Chino.

Posó con el sombrero blanco, y también la clásica gorra de pieles de David Crockett --uno de los héroes del Álamo-- y luego se perdió en los pasillos, tranquilo, feliz y sonriente.

No olvidemos que la procesión va por dentro. Y, aunque cuente con el apoyo de la gente, él sabe, y muy bien, que serán sus puños, su determinación y su coraje los que le puedan dar el triunfo ante Adrien Broner.

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