Dan Szymborski 10y

Atlanta debería cambiar a Kimbrel

Los Bravos de Atlanta del 2013 ganaron 96 juegos, lograron el banderín del Este de la Liga Nacional por un cómodo margen, y una de las razones por las que coquetearon con el centenar de victorias fue su cerrador de 25 años, Craig Kimbrel.

Desde que llegó a las Mayores durante la temporada 2010, Kimbrel ha sido el lanzador que menos desean enfrentar los bateadores, al ponchar un promedio de 15.1 contrarios por cada nueve entradas. Los números de por vida de Kimbrel – marca de 15-7 y efectividad de 1.39, con 381 ponches en 227 1/3 entradas – lucen como los que pondría un lanzador abridor en la mejor temporada de su carrera.

Bajo cualquier medida, desde las estadísticas tradicionales hasta las sabermétricas a simplemente ver como Kimbrel humilla un bateador al final de un partido, este hombre es un lanzador increíble.

Pero también esa es la razón por la que Kimbrel debería estar en otro uniforme cuando comience la próxima temporada.


El valor de un cerrador

No, Craig Kimbrel no es un lanzador sobrevalorado. No está en camino a un barranco, y no existe una estadística oscura y tenebrosa que sugiera que los bateadores van a comenzar a resolver el enigma de Kimbrel en el próximo año.

Es solo que cuando se piensa detenidamente, las mejores decisiones de béisbol son siempre las que valoran más el mañana que el ayer. Ayer es una perspectiva costosa; los Filis tienen un equipo construído para competir en 2007, y los Yankees del 2013 se encuentran a sí mismos aturdidos fatalmente por decisiones que valoraban más el pasado que el futuro.

Aunque no es un efecto tan pronunciado en el béisbol como lo fue hace 10 o 15 años, el valor de un cerrador sigue siendo sobreestimado. Los cerradores lanzan muchas menos entradas y la mayoría de los managers en el béisbol usarán un cerrador mayormente en situaciones de salvamento, no necesariamente en las situaciones más apremiantas en el juego (hay una diferencia entre ambas).

No es coincidencia que muchos equipos exitosos de mercado pequeño, como Oakland, Tampa Bay y Pittsburgh en los pasados dos años, hayan construido de forma exitosa un excelente bullpen con un presupuesto apretado. Cuando no tienes recursos sin límite, un cerrador es la pieza menos eficiente donde gastar tu dinero.

A pesar de toda la mística que involucra a los cerradores que viven para comer fuego y aterrorizar a los contrarios con vello facial feroz, los cerradores se construyen, no nacen. Los Piratas no encontraron a Jason Grilli o Joel Hanrahan al buscar cuales lanzadores de MLB eran descendientes de antiguos guerrernos nórdicos, ellos simplemente tomaron relevistas que eran buenos para sacar bateadores en la octava entrada y los pusieron a sacar bateadores en la novena entrada.


El asunto de la longevidad

Históricamente hablando, la vida de un cerrador es relativamente corta. Los cerradores que han tenido éxito por más de una década son realmente raros. Lo que hizo tan especial a Mariano Rivera y Trevor Hoffman no fue solo su habilidad, sino también su longevidad. Y ninguno de ellos era cerrador hasta que estaban cerca de los 30 años, a los 27 y 26, respectivamente.

Al mirar a los principales cerradores hasta los 25 años en la historia del béisbol, uno puede ver que la tasa de fracasos es bien alta. Francisco Rodríguez ya no es el lanzador eléctrico que solía ser. Gregg Olson, Chad Cordero y Joakim Soria vieron sus carreras irse por el barranco por lesiones. Ugueth Urbina estaba acabado como cerrador a tiempo completo al llegar a los 30 años, incluso antes de meterse en problemas legales. Byung-Hyun Kim consiguió 70 salvamentos antes de cumplir 24 años... y apenas 16 en el resto de su carrera.

Por otro lado, 25 lanzadores han sobrepasado la marca de los 300 salvamentos. ¿Cuál es su promedio de rescates hasta los 25 años? Ese número es 24, y eso es con Rodríguez habiendo generado el 25 por ciento de ese total.


El valor de Kimbrel

Kimbrel quizás termine siendo un gran cerrador en la próxima década, pero dado lo vertiginoso que han sido sus máximos, hay fuertes probavilidades de que los Bravos ya hayan recibido lo mejor que él les podía dar. Después de todo, un nivel Kimbreliano de genialidad es bastante difícil de mantener, y los Bravos no son un equipo con recursos ilimitados. Kimbrel tiene un WAR de 9 en las pasadas tres temporadas. Al mirar a todos los lanzadores con un WAR parecido en ese periodo de tiempo, cada lanzador podría desatar una guerra de ofertas (Madison Bumgarner y Mat Latos) o ya está adecuadamente pagado (Zack Greinke, Matt Cain y Jon Lester).

Incluso con menos equipos desperdiciando cantidades obscenas de dinero en cerradores, Kimbrel se va a poner más caro rapidamente y los Bravos, aunque no son un equipo de mercado pequeño, no son conocidos por ser gastadores agresivos. Luego de firmar a Jonny Venters con un contrato de un año y $1.625 millones, los Bravos tienen pendientes para firmar 13 jugadores elegibles para arbitraje salarial en este invierno.

Incluso asumiendo que les llegue un impulso en ganancias por un nuevo estadio en Cobb County, los Bravos necesitarán espacio para explorar contratos a largo plazo con Jason Heyward, Justin Upton y Kris Medlen, que podrían ser agentes libres en dos años, con Freddie Freeman pautado para llegar al mercado un año después de eso.


¿Cuánto podrían obtener?

Una de las fortalezas de los Bravos es su profundidad en el bullpen, así que incluso si el perder a Kimbrel le cuesta al equipo un excelente relevista, la posible recompensa en un cambio hace que valga la pena el riesgo. El resto del bullpen de Atlanta, aparte de Kimbrel, tuvo efectividad combinada de 2.67 en el 2013, así que no estamos hablando de un bullpen que no tenga calidad. Un cambio por Kimbrel no involucraría a alguien del nivel de Byron Buxton, pero en un mundo en el que los Filis están dispuestos a ofrecerle a Edward Mujica un acuerdo de tres años, y el lanzador de 39 años Joe Nathan está cerca de conseguir $10 millones, tres años de Kimbrel a precios de atbitraje valen mucho para un equipo al que le guste gastar.

Los Piratas tienen un relevista útil en Mark Melancon y un prospecto interesante en Stolmy Pimentel por un solo año de Hanrahan (y desde un equipo bien llevado), así que un cambio por Kimbrel podría involucrar algunos prospectos valiosos. Los Diamondbacks no pueden competir con los Dodgers en el mercado de agentes libres, así que quizás ellos hablen sobre Chris Owings, quien sería una mejoría inmediata sobre Dan Uggla y le daría al equipo tiempo para evaluar a Tommy La Stella en Triple-A.

Los Tigres fueron extremadamente reacios a subir a Nick Castellanos a las mayores y vieron de primera mano lo que un bullpen de tercera clase pudo hacer con sus aspiraciones de ganar la Serie Mundial, así que lo menos que podrían hacer los Bravos es preguntar por él; después de todo Chris Johnson no es un gran defensor de la tercera base.

Para un lanzador con el talento de Kimbrel, no hay una escasez de posibles configuraciones o paquetes que pueden ser creados y los Bravos, al no tener que cambiar a Kimbrel por desesperación, no tienen que hacer nada si el precio no es el correcto.


El resultado final

Cambiar a un gran jugador es siempre una decisión difícil, pero cualquiera puede hacer una fácil. Son esas decisiones difíciles que separan a los equipos con éxito sostenido de los que se quedan en el camino. Los Bravos, al explorar al menos la posibilidad de un cambio por Kimbrel, tienen la oportunidad de ayudar a su franquicia de ganar hoy – y mañana.

Y si no les gustan las ofertas que reciben, meramente se tendrían que conformar con tener el mejor cerrador del béisbol.

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