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SAN ANTONIO -- Por primera vez, Adrien Broner se fue sin decir una palabra de la arena, había aprendido la lección de que en el boxeo, nada se puede dar por un hecho, y mucho menos se puede subestimar a alguien que pese a ser un rival rudimentario, tiene en por puños dos misiles. Marcos René Maidana dio la lección de su vida a Broner, que dejó de ser un 'problema' y comenzó a preocuparse por los problemas que le planteó Maidana desde el primer asalto y que terminó por arrancarle el invicto y doblegarle con autoridad. Los de Marcos René no fue novedad, lo que sí lo fue es que Broner no haya podido sumar otra victoria y resolver el cuestionario de la manera tan fácil en la que él mismo había pronosticado momentos atrás. "Nada me preocupa de Maidana, será otra victoria para mí y para él otra derrota, esto es lo que es", había dicho Broner tras el pesaje, avisando que iba sólo por el postre al pleito y no por el platillo fuerte. Todavía, de camino al cuadrilátero, Broner dejó la concentración y se puso a cantar y bailar mientras el público le abucheaba. Todo pareció menos que Adrien estuviera de lleno en el pleito listo para enfrentar a uno de los mejores noqueadores de la actualidad. Pero aun en el combate, cometió errores, sus movimientos de cintura no le permitieron librarse de los golpes del 'Chino' que salió inspirado. Broner no se pudo quitar la izquierda de Maidana ni hizo los ajustes que había predicado días antes. Aunque Maidana aceptó que Broner pega duro y le llegó a colocar, no fue lo suficientemente incisivo para enviarlo a la lona y acercarse al nocaut. Sin duda le ganaron en todos los terrenos: en el mental, en lo físico, en lo deportivo, simplemente toda la noche fue terrible para Broner y su exceso de confianza en el ring.
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