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Mi lista de regalos de Navidad

Mientras admiran los regalos que recibieron en Navidad -- por Dios, ¡no otro bobblehead de Ichiro! -- recuerden que no es la intención lo que cuenta, sino que al menos recibieron sus regalos antes del Día de la Marmota.

No todos tienen la misma suerte, sobre todo si son mis familiares.

Sin embargo, bien vale la pena esperar por algunos regalos, y mi deseo es que algunos de los siguientes regalos de béisbol sean recibidos antes del próximo diciembre:

• Que los Medias Rojas reciban cualquier tipo de artefacto para afeitarse -- navaja, desechable, cartucho intercambiable o rasuradora eléctrica -- y que de hecho lo usen al menos una vez por semana esta temporada.

• Que los niños en todas partes reciban guantes de béisbol que puedan ablandar colocándolo entre su colchón y la base de la cama, en lugar de cascos de fútbol americano que eventualmente derive en que su cerebro se ablande.

• Que Jack Morris reciba una llamada en enero de Jack O'Connell, representante de la BBWAA (Asociación de Periodistas de Béisbol), informándole que ha sido electo para el Salón de la Fama en su último año de elegibilidad. Y también deseo que O'Connell reciba una elevada cuenta de larga distancia a finales de enero por tener que llamar también a Greg Maddux, Tom Glavine, Frank Thomas y Craig Biggio con las mismas buenas noticias. (Desearía que O'Connell hiciera más llamadas de felicitación a otros jugadores también, ¿pero por qué arriesgarme con mis engreídos colegas periodistas de béisbol?)

• Que los aficionados de Milwaukee reciban una disculpa de Ryan Braun que sea sincera y honesta por primera vez. Y antes de que se pongan demasiado santurrones, los aficionados de los Cerveceros y Bud Selig deben admitir que ellos también se beneficiaron mucho con el uso de PEDs por parte de Braun, ya que su equipo favorito fue a la postemporada.

• Que los aficionados de Tampa Bay reciban un embargo nacional en la prensa acerca de los rumores de canje de David Price. Hey, sé que los Rays tienen un presupuesto limitado, y yo creo que Andrew Friedman es uno de los gerentes generales más astutos del juego. Pero eso no facilita el escuchar constantemente que tu equipo, que ha promediado 92 victorias en las últimas seis campañas, necesita cambiar a su mejor pitcher a un rival, porque él es elegible para la agencia libre dentro de dos años.

• Que el resto de nosotros recibamos un embargo de las historias de Alex Rodríguez a menos que involucren su actuación dentro del terreno.

• Que Derek Jeter reciba resonancias magnéticas limpias y pueda jugar libre de lesiones en una temporada productiva. Y que él no se sienta muy a menudo como que él es el jugador más joven y sano del roster de los Yankees.

• Que los aficionados Yankees reciban otro octubre sin postemporada, para que tengan mucho tiempo para bajar el ritmo y apreciar los vibrantes colores de otoño, la calidez de una tarde de verano, y la frustración que tantos aficionados en Kansas City, San Diego, Toronto, Seattle y otras ciudades tienen que soportar año tras año tras año.

• Que los aficionados de los Marineros reciban un concierto de Jay Z en Safeco Field, incluyendo una versión de la canción "Empire State of Mind" adaptada a Seattle, además que Robinson Canó les dé una temporada como JMV por la inversión del equipo de $240 millones.

• Que los aficionados de Kansas City finalmente reciban boletos de postemporada de nuevo -- y que no sean mucho más caros de lo que costaban la última vez que los Reales estuvieron en los playoffs en 1985 (buena suerte con eso).

• Que los Atléticos reciban un amplio descuento en la plomería del Oakland Coliseum.
• Que yo reciba una pieza de Teflon del Metrodome, donde pasé algunos de los más memorables años de mi vida, cuando el techo del estadio sea desinflado por última vez en enero. Un estadio multiusos que costó solamente $55 millones y que albergó una Serie Mundial, un Super Bowl y un Final Four -- ¡en un periodo de seis meses! -- será destruido para ser reemplazado por un inmueble de $1 billón, financiado por los contribuyentes, para un equipo que solamente disputa ocho partidos como local en todo el año. ¿Y la gente se queja de que el gobierno financia las estampillas de alimentos para los pobres?

• Que Wrigley Field reciba un banderín de Serie Mundial para colgar encima de sus muros de hiedra, cuando el parque celebre su centenario este año. Y no hablo de un banderín de campeonato que sea más viejo que Wrigley.

Hey, si otros prefieren desear la paz mundial, ¿por qué yo no puedo desear por cosas tan elusivas?