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Dejaré de ser hincha de Independiente

No son pocos los que lamentan la decisión de Cucu... Fotobaires.com

BUENOS AIRES -- Todos mis conocidos saben. Me cansé y dejé de ser hincha de Independiente. Me cansé del sufrimiento, del amargo sabor constante de la derrota. Pero digo mal, todavía no dejé de ser hincha del Rojo. Dejaré de serlo dentro de 24 horas, cuando las agujas marquen el último minuto de este 31 de diciembre de 2013.

Hay decisiones en la vida que son duras, jodidas; que, tal vez, no merecen ser tomadas o directamente obviarlas. Decisiones irracionales, golpes del alma, grandes liberaciones que nos sacan de la mediocridad de la existencia.

Yo no puedo decir que es algo así nomás, sin trascendencia en mi vida. Siempre tomé al fútbol como una de las grandes pasiones de mi vida. O mejor dicho: la única gran pasión.

Me pregunto: ¿qué es lo que hace que un hincha de Independiente de la cuna, de un día para otro se canse, se harte y se vuelve un ex hincha del Rojo? Los malos resultados, los dirigentes ineptos, el mal nivel del fútbol a lo largo de todo el planeta. Podrían ser todas fenomenales excusas.

Incluso el descenso a una categoría que no merece muchos comentarios, podría ser una excelente excusa.

... Pero no es nada de eso, queridos lectores. Simplemente me cansé, me aburrí de luchar por los colores, ya no siento la camiseta. Es difícil de comprender, pero no incomprensible. A todos los hombres nos pasa en la vida: una mañana, dejamos de amar a la novia con la cual estamos desde los 15 años; un buen día ya no queremos trabajar más o queremos librarnos de nuestros hijos adolescentes. E incluso hasta hay gente que amanece odiando su nombre y corren al registro civial a cambiárselo. Michel Jackson quería ser blanco, sin exagerar.

Así como se acaba el amor, o la amistad con un amigo de años, así se me acabó mi pasión por Independiente. Ya no siento nada por la camiseta y creo que soy el primer escritor del mundo que deserta de su condición de hincha. Un traidor para muchos. Ya lo dice el cantito de la hincha, "aunque ganes o pierdas no me importa una mierda, sigo siendo del Rojo porque al Rojo lo quiero".

Eso me pasa, ya no quiero al Rojo. Y no me siento mal, ni compungido, ni traidor. Al contrario, ¡me siento liberado de no tener que sufrir y alentar a estos palos de luz! Mi vida como ex hincha de Independiente será genial. No sé si volveré a tener nostalgias con un club, si querré hacerme socio e hincha de otro equipo. ¿Racing? ¿River? ¿Rosario Central?

Dentro de cuarenta y ocho horas volveré a ser soltero nuevamente, podré comenzar una vida desde cero. El fútbol, prometo, no será lo más importante. Mientras espero este momento histórico, una decisión que decidí anunciar en internet, en esta página, decía, mientras llega el gran momento: la finalización del año como hincha del Rojo.

Voy a la cancha por última vez, de civil, sin camiseta, ni gorrito, ni bandera, ni siquiera tengo un llavero del Rojo, me dirijo con los ojos cerrados, lloro por las calles de Avellaneda y a medida que me acerco al gigante no puedo parar de llorar.