Washington Cucurto 10y

Los hinchas me reclaman

BUENOS AIRES -- ¡Feliz 2014 queridos lectores! ¿Quién iba a imaginar que llegaríamos al 2000? Pero acá estamos, tomaditos de la mano invisible y virtual que nos da la posibilidad de internet y el mundo moderno. ¡Se fue el calor! Ojalá que no vuelva, ojalá todos los días sean de 23 grados.

La ciudad está desnuda, vacía, se fueron los remadores, los laburantes que día a día trajinan el asfalto; las oficinas están desiertas, los Tribunales están cerrados; enero es el gran mes, donde todo adquiere una calma inusitada.

¡Buenos Aires, toda para mí, escultural, paquidérmica, erótica, sensual! No tengo un mango y me quedo en la ciudad todo el verano; me quedo en Once hasta morirme... El fútbol desgraciadamente también se fue a la playa; sigue el ritmo de turistas, gastronómicos y hotelerías.

Mientras espero al 22 de enero cuando comienza la Copa Libertadores, descanso del fútbol loco de todos los años. Sin embargo, la ciudad tiene sorpresas y siempre hay hinchas que no descansan, hinchas aferrados como postes al asfalto de cualquier calle de los cien barrios porteños.

Salgo a comprar un Terma al supermercado y me encuentro entre las góndolas a un hincha de Independiente, un ex como yo; uno que es como alguna vez fui yo, en pocas palabras: un esperanzado.
Para mí, queridos lectores, la esperanza no es verde sino negra, en especial cuando entro al supermercado y veo como los precios suben sin flotador, o cuando tomo un colectivo y pienso seriamente en comprarme una bicicleta.

El hincha me encara, sin subterfugios, al costado de la góndola.

-Cucu, Independiente perdió a su Roberto Arlt... Desde que me enteré no hago otra cosa que buscarte en los supermercados...

El joven tenía tatuado en un hombro un diablito con el escudo de Independiente.

-¡Volvé, Cucu, el Rojo necesita de pensadores como vos, mucho más que de un Rolfi Montenegro!

Los fantasmas me invadían, me perseguían recordándome mi pasado. Dejé al hincha entre las góndolas y salí espantado del supermercado. Me encanta caminar por la ciudad desierta, sin autos, ni ruidos, manteniendo se belleza y pensé en el Mundial.

Bajé por Corrientes hacia el Obelisco, a la altura de Riobamba, me invadieron los pensamientos. ¿Estamos para campeones del Mundo? ¿No sería mejor ganar la Copa Libertadores? Se sabe, en Brasil será difícil ganar. Habrá todo un continente alentando a un solo equipo.

Me gustaría estar en Brasil, ver aunque sea algún partido del Mundial, pero será difícil. Por lo menos para mí, no obstante compré un buen televisor. Sueño con Brasil y con un Mundial a favor de Argentina.

2014 ya comenzó y larga con todo. Brasil, Copa Libertadores, nuevos cambios políticos. Será un gran año, tal vez el mejor de todos. Tengo una pregunta: ¿qué es mejor: ganar la Copa o ganar un Mundial?

Feliz Año a todos,

Cucu

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