Arturo Marcano 10y

Nueva controversia

Algunas voces calificadas han criticado las actividades de scouts japoneses en países como República Dominicana y Venezuela debido al impacto negativo que ocasionan en las ligas de Caribe, particularmente en momentos críticos de la temporada.

"Vienen y firman a peloteros clave del equipo para luego pedirles que cesen su participación dejándonos en una situación de crisis y sin poder hacer nada" recalcó Luís Ávila, Presidente de los Leones de Caracas, en el programa Décima Entrada de ESPN Radio. Manny Acta, ex manager de Grandes Ligas y actual Gerente General de los Tigres del Licey, también emitió comentarios parecidos hace muy poco.

Ante esa realidad uno debe preguntarse ¿qué se puede hacer?

La respuesta no es tan fácil por varias razones. Si para los equipos del Caribe las actividades de los scouts asiáticos, en general, son una obstrucción intolerable, para los peloteros es una oportunidad única de ganarse un buen sueldo en unos meses duros, sobre todo al no contar con contratos de ligas menores o mayores. La carrera de un jugador profesional es muy corta y la posibilidad de tener trabajo, sobre todo en el béisbol nipón, es una ayuda invalorable. De hecho, los directivos de los equipos del Caribe están al tanto de esa situación y normalmente no impiden las actividades de los busca-talento japoneses ni toman medidas legales si el pelotero decide darle fin a su temporada invernal para marcharse al lejano oriente.

Pero Ávila y Acta también tienen razón en algo. Ya es sumamente complicado poder armar equipos en el Caribe con todas las restricciones del Acuerdo Invernal como para sumarle esas actividades de equipos asiáticos que igualmente terminan afectando la disponibilidad del talento criollo e importado. "Yo no dejaré entrar a los scouts japoneses en el estadio" reiteró Luís Ávila en Décima Entrada confirmando unas declaraciones dadas originalmente en una rueda de prensa en Venezuela para luego agregar "aunque entiendo que esa es una medida simbólica, mi intención es llamar la atención de la Confederación y hacer algo de una manera más formal para evitar esas intromisiones".

Y entonces pasamos a la siguiente pregunta ¿Qué rol puede jugar la Confederación del Caribe en ese sentido?

La Confederación del Caribe si pudiera, sin duda alguna, iniciar un acercamiento y promover la eventual firma de un convenio con las ligas asiáticas, sobre todo la japonesa. El aspecto crítico es como vender el asunto. La idea no es cerrar las oportunidades laborales de los peloteros sino establecer cierto orden.

El punto a nuestro favor es que si hay una liga plenamente consciente del significado de buscar protecciones para evitar convertirse en un trampolín de talento es la de Japón. El acuerdo MLB-Liga Nipona regula el flujo de peloteros entre ambos entes sobre todo por el hecho que se desarrollan prácticamente en los mismos meses del año. De no ser así MLB ya hubiera absorbido gran parte de los toletores nipones sin misericordia alguna. Así es este negocio.

Algo similar sucede en la relación de la Liga Mexicana de Béisbol y MLB, también bajo el mismo esquema de liga fuerte-liga débil. Irónicamente esa relación de trabajo ha sido señalada como uno de los principales culpables del bajo número de mexicanos en las mayores al haber transformado a esa fuente de mano de obra en un proceso comparable al de los traspasos que ocurren en el fútbol. Es decir, los equipos de la Liga Mexicana de Béisbol tienen la ficha de sus peloteros que luego pueden negociar a las novenas de MLB por importantes sumas de dineros que terminan, en un gran porcentaje, en sus propios bolsillos. En el resto de Latinoamérica existe la figura de agentes libres y la negociación es directa entre MLB y jugadores. Vale la pena recordar que Puerto Rico, Canadá y Estados Unidos son parte del draft.

La estrategia liga fuerte-liga débil es un buen punto de entrada en esas negociaciones, pero no puede utilizarse plenamente debido a que las temporadas en el béisbol del Caribe no coinciden en el tiempo con la del béisbol japonés por lo que debería complementarse con resaltar la historia e importancia cultural de las ligas invernales. La idea sería poder convencerlos de la necesidad de aceptar algunas restricciones sin utilizar un enfoque violento basado en daños económicos o posibles consecuencias legales por incumplimiento de contratos. Al fin y al cabo, como pasa en la relación con MLB, el dinero no está de nuestro lado.

Eso lo menciono ya que el interés de las ligas del Caribe en un posible acuerdo formal es obvio y ha sido resaltado por las declaraciones de Ávila y Acta pero no parece claro cómo todo esto pudiera ayudar a los equipos del béisbol nipón. ¿Qué se le puede ofrecer a cambio? Eso es importante pensarlo con detenimiento, de no haber incentivos para ellos es poco probable que tan siquiera se abran las negociaciones. Yo particularmente no estoy muy claro en ese punto más allá de lo indicado en el párrafo anterior de crear una estrategia con base a la solidaridad e importancia histórica.

El mundo del béisbol profesional a nivel global es complicado y los peces grandes se comen a los pequeños, nos guste o no. No podemos ignorar el hecho que muchos peloteros criollos e importados usan las ligas del Caribe como vitrina para conseguir contratos en otros países, algo bueno ya que promueve la participación y malo debido a que el logro de esos contratos muchas veces involucra el cese de actividades. En ese mundo hay que saber navegar, a veces con mucha calma para evitar aguas más turbulentas.

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