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El largo adiós al Metrodome

La gente estaba inspeccionando el sistema de soporte vital de la anciana cuando la visité por última vez. "Ellos se están preparando para sacarme el respirador artificial", dijo la vieja estructura Metrodome.

Eso era verdad, y yo había venido a decirle adiós. Tras 32 años como anfitrión de varios eventos como la Serie Mundial, festivales religiosos y shows de camiones gigantes, el Hubert H. Humphrey Metrodome verá a su techo de teflón desinflado este fin de semana. Muy pronto, el estadio que solía ser el hogar de Kirby Puckett, Kent Hrbek, Joe Mauer y numerosos deportistas de varios deportistas -- y una especie de madre para mi propia carrera -- será poco más que un recuerdo.

Probablemente no veas muchas lágrimas derramadas por el Metrodome, un lugar que nunca recibió el respeto que se merecía: Tres anios después de que ella abrió sus puertas, Billy Martin dijo: "Este lugar apesta. Es una lástima que un gran tipo como HHH tuvo que tener su nombre asociado a este lugar".

"Awww, ¿a quién le importa lo que pensaba Billy?", me dijo el Metrodome cuando le mencioné esa cita. "Además, como con la mayoría de las cosas, Billy estaba equivocado. Yo estaba nombrada en honor a Humphrey, no viceversa. Eso se debe a que yo abrí mis puertas giratorias en 1982, cuando todavía podías honrar a un gran hombre estadounidense en vez de vender los derechos del nombre de tu estadio a alguna maldita corporación que ni siquiera puede proteger a la información de las tarjetas de crédito de sus clientes".

Esa fue una crítica poco disimulada al Estadio Target, nuevo hogar de los Mellizos desde el 2010. Yo le dije que el Metrodome había sido oficialmente renombrado "Estadio Mall of America" hace un par de años, pero ella se rehusaba a afirmarlo.

"Nadie me llama así -- Yo siempre he sido el Dome", ella dijo, alterada. "Y no era como que ellos necesitaban el dinero de todas maneras. Costé apenas 55 millones de dólares, y miren todo lo que les ofrecí por ese dinero. Durante una época, yo era la casa de los Mellizos, los Vikings, los Timberwolves y los Gophers. ¡Tres equipos profesionales y un equipo muy popular de fútbol americano! ¡Nombren a otro estadio que haya hecho algo así!

"¡Maldición, el costo combinado de los estadios creados para reemplazarme es de casi dos mil millones de dólares! Es más, los Wolves ya quieren otra renovación que cuesta 100 millones de dólares -- su segunda en la última década".

Yo estaba de acuerdo con eso. El costo de los estadios modernos para la gente que los subsidia con sus impuestos es obsceno y cada vez se pone peor.

"Nosotros eramos más coherentes con nuestro dinero en el pasado", dijo el Metrodome. "En vez de gastar dos mil millones de dólares en varios estadios que solo se utilizan por parte del año mientras el sistema educativo está desesperado por conseguir fondos para las escuelas, ahorrábamos el dinero y construíamos un estadio que se utilizaba los 12 meses del año".

"No puede ser que ellos gasten mil millones de dólares para un nuevo estadio de fútbol americano que se erige en mi lugar y ni siquiera va a tener un techo para que la gente no se muera de frío. ¿Y para qué? ¿Para jugar ocho partidos de la temporada regular de la NFL al año? Yo solía hospedar 150 partidos de las Grandes Ligas, la NFL, fútbol americano universitario y la NBA cada año, además de conciertos y tractores. ¡A veces yo era anfitriona de dos partidos de dos deportes distintos en un mismo día!

"También hospedé la Serie Mundial, el Super Bowl, y las semifinales y la final del torneo nacional del básquetbol universitario. Soy el único estadio que jamás ha hecho algo semejante, y el único que jamás lo hará. Y yo hice todo eso en seis meses".

Yo le respondí que ella debe admitir que estos estadios nuevos son hermosos. Sus accesos son amplios, la comida es abundante y los asientos son cómodos. No como tus asientos incómodos de plástico que causaban dolores frecuentes de cuello porque no apuntaban hacia la lomita. Y no me hagas decirte lo difícil que era entrar y salir de tus filas interminables de asientos.

"¡Ah!", ella prácticamente gritó como respuesta. "¿Asi es como juzgas a un estadio? ¿Por la amplitud de sus pasillos en vez de lo que ocurre dentro de la cancha? ¿Qué tipo de lógica es esa? ¿Qué persona que no sea parte de la familia Kardashian juzga a sus amigos por su apariencia? ¿O por el rating de Zagat de restaurantes donde te dejan para que pagues la cuenta? No, uno los juzga por los buenos momentos que pasaron juntos, los recuerdos que comparten, el apoyo incondicional que recibes de ellos. Yo puse un techo de Teflón sobre la cabeza de la gente de Minnesota mientras les otorgaba algunos de sus recuerdos más preciados.

"Yo soy donde 'Puck' provocó que el mundo entero sonría de oreja a oreja más que viendo a Mary Tyler Moore. Donde héroes de la ciudad como Kent Hrbek tuvo su grand slam en el sexto juego de la serie, donde Jack Morris fue testarudo y se rehusó a abandonar la lomita en la decimal entrada del séptimo juego de la serie que terminó ganando sin permitir ninguna Carrera, donde Paul Molitor bateó por el ciclo, donde Dave Winfield obtuvo su imparable número 3000 y donde Joe Mauer ganó tres títulos de bateo. -- y también donde él ganó un torneo estatal como mariscal de campo de su preparatoria. Donde Tom Kelly llevó a los Twins a sus únicos dos campeonatos mundiales.

"¡Ni hablar del sentido de comunidad que yo proveía! Yo soy el estadio donde 50,000 aficionados de Minnesota se juntaron espontáneamente para darle la bienvenida a sus héroes después de que los Mellizos dieron el batacazo contra los Tigres en la Serie de Campeonato de la Liga Americana de 1987".

Ella fue el lugar donde comenzaron algunas de las relaciones más hermosas. Yo le conté que ella fue el lugar donde le hablé a mi esposa por primera vez por el teléfono del palco de prensa y le pregunté si quería salir conmigo. Ella es la razón por la cual estamos juntos.

"¡A eso me refiero!", ella dijo. "Recuerdos. Conexiones. Emociones. La gente que se abrazaba con delirio y alegría y se consolaban cuando estaban tristes. ¡Para eso están los estadios! ¿Quieres joyas arquitectónicas en las Ciudades Gemelas? Entonces ve a visitar a la Catedral de San Pedro. Pero si quieres divertirte a un precio que todos pueden pagar, entonces vienes aquí. O por lo menos podías hacerlo hasta ahora".

De repente, algunas de las personas presentes interrumpieron para tomarle los signos vitales al Dome. Sacudían la cabeza y fruncieron sus cejas mientras escribían los números en sus cuadernos. Era hora de irse. Yo miré al techo que había estado sobre mi cabeza mientras cubría tantos partidos -- y del cual salté una vez -- y le dije adiós por última vez.

El Metrodome tuvo una gran trayectoria. Una trayectoria que ningún otro estadio polideportivo moderno jamás podrá igualar. La voy a extrañar -- al igual que cualquier otro aficionado que aprecia la manera en que los estadios son como la gente misma:

Es lo que está dentro suyo lo que cuenta de verdad.