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El hincha quiere saber

BUENOS AIRES -- El presidente del Barcelona, Sandro Rosell, no es noticia esta vez por una resonante contratación, sino por un escándalo derivado de una resonante contratación.

Según confirma el diario catalán Mundo Deportivo en su versión digital, el directivo renunció a su cargo a raíz de una investigación que lleva adelante el juez de la Audiencia Nacional Pablo Ruz por supuestas irregularidades en la compra del Neymar.

La tan comentada transferencia del ex jugador del Santos dio lugar a la sospecha desde el primer día. Al parecer, entre el valor de la operación declarado por el Barcelona y lo que denunciaron algunos medios, incluidos los brasileños, existe una diferencia de cerca de 40 millones de euros. El faltante habría ido a parar a los bolsillos del padre de Neymar, representante del crack y titular de la empresa N&N.

Según la aritmética fina, los números oficiales hablan de un pase de 57 millones, mientras que los desconfiados insisten en que se pagaron alrededor de 95.

Lo más interesante de la cuestión es que la causa abierta en el juzgado de Ruz fue impulsada por un socio. En uno de los clubes más importantes del mundo, dominado por los acuerdos con las empresas, donde el público tiene el aspecto de un consumidor pasivo del producto fútbol (un producto excelso en este caso), el hincha y socio Jordi Cases se puso firme. Y llevó al presidente (no al club, aclara) a los despachos judiciales.

El activismo en las plateas del Nou Camp no es nuevo. Hace un tiempo, un grupo en el que participaba Cases intentó que los socios decidieran con su voto la validez del cambio de sponsor en la camiseta, cuando entró en escena Qatar Airways, compañía recibida con bombos y platillos por las autoridades del club. También denunciaron las presuntas conexiones de Rosell con la reventa de entradas.

Empecinado en auditar desde su modesto lugar la gestión de Rosell, Jordi Cases, farmacéutico de profesión, comenzó a seguir el caso Neymar. Y, ante las dudas, dice, primero acudió al club en busca de una explicación.

"Sólo quería saber en concepto de qué le habían pagado 40 millones a la empresa del padre del jugador. Si me llegaban a decir: 'En concepto de nada, pero en caso contrario Neymar no habría venido al Barça', me hubiera bastado. Habría pensado que mentían, pero sólo quería una respuesta", le dijo Cases al diario español El País.

Como no le contestaron, el hombre entendió que los conductores de su club faltaban a sus obligaciones y acudió a los tribunales. Ahora es un juez el que les reclama documentos, contratos y certificaciones a todos, incluido al Santos.

Suena alentador que los socios, aunque tengan el mejor equipo del mundo, no se limiten a comprar periódicamente el nuevo modelo de camiseta diseñado por Nike y, de vez en cuando, expresen su cariño pidiendo explicaciones.