Gonzalo Aguirregomezcorta 10y

¿Cuál es el límite para Aldridge?

LOS ÁNGELES -- Estas palabras que se leen entre los dos signos de interrogación no suponen más que una afirmación infiltrada, una excusa para decir alto y claro que LaMarcus Aldridge tiene capacidad de sobra para llegar a lo máximo. ¿Pero dónde está ese techo? ¿En el cielo, el universo o el mismísimo más allá?

Y siguen las afirmaciones infiltradas. ¿Por qué tanta metáfora mediática generalizada? A día de hoy, Aldridge puede luchar no solo por el anillo de campeón, sino por el galardón de Jugador Más Valioso.

Todavía ha de pugnar contra el descaro de jugadores como LeBron James, Paul George o Kevin Durant (quién sobresalió en la victoria de Oklahoma City Thunder del martes ante Portland Trail Blazers con 46 puntos poco después de anotar 54 ante Golden State Warriors) pero pocos más tienen que darle permiso a un jugador que estadísticamente está teniendo la temporada más prolífica de sus ocho años en la NBA.

Y no solo eso, sino que sus números están impactando positivamente en la ofensiva de los Blazers, que se mantiene como la más temida de la liga para ser justos contendientes hasta el momento (109.6 puntos anotados por juego, que les colocan como líderes de la NBA y 24.5 apj que le sitúan en tercera posición).

Pero vayamos por partes.

La indiferencia histórica ha perseguido sin compasión alguna a esta franquicia del estado de Oregón. El campeonato logrado en 1977 todavía perdura como el logro más sobresaliente de los Blazers. Más adelante, llegaron a otras Finales en la campaña 1989/90 para caer ante Detroit Pistons y en la temporada 1991/92 para sucumbir ante los Chicago Bulls de Michael Jordan. Desde entonces y ya en el nuevo milenio, seis tropiezos en primera ronda de los playoffs fueron su máxima renta (2000/01, 2001/02, 2002/03, 2008/09, 2009/10 y 2010/11.

La temporada que están realizando los Blazers este año está sobrepasando los augurios más generosos y Aldridge, su bandera, se erige como una sorpresa incipiente y determinante cuando más falta hace. Las dos últimas derrotas del equipo ante Houston Rockets y el Thunder cortaron una racha de cinco victorias al hilo que les afianzaron en la tercera plaza de la Conferencia Oeste.

Y en este contexto aparece un buque insignia que está ganándose el respeto de toda la NBA. Tan solo ha vivido tres postemporadas con Blazers, su único equipo. Este año, sus números están superando sus registros individuales más altos (24.1 ppj, 11.5 rpj y 2.9 apj mientras que en su carrera registra 18.7 ppj, 8.0 apj y 2.0 apj). Bien es cierto que está perfectamente flanqueado por Damian Lillard (21.4 ppj, 5.8 apj y 3.7 rpj); Wes Matthews, que con 16.6 ppj está registrando su mejor balance anotador; Nicolas Batum (13.2 ppj, 6.7 rpj y 5.7 apj) y Mo Williams (9.5 ppj y 4.8 apj).

Gracias a ellos y a la madurez que está demostrando, Aldridge acumula 25 doble-dobles, y lleva dos juegos anotando 30 puntos y 20 rebotes esta temporada. Sus actuaciones brillan gane o pierda su equipo y a pasos agigantados, pero sin hacer mucho ruido, está logrando un espacio entre los jugadores más destacados de la liga. El premio a Jugador Más Valioso no se determina hasta que las actuaciones individuales no se pulen en los playoffs y el equipo es capaz de llegar como mínimo a una final de conferencia.

Y la última de Aldridge está siendo su capacidad para anotar con su mano mala. Diestro por naturaleza, en las últimas citas está usando la izquierda para finalizar jugadas bajo el aro.

"Siempre lo he hecho, pero ahora me veo con la confianza necesaria", afirmó el jugador esta semana.

Y es que precisamente esa confianza es la que determinará su futuro. Queda mucho, pero en este punto, cuando la temporada llega a la mitad, Aldridge está demostrando versatilidad y solidez en sus diversas versiones. Se está amoldando a la perfección a esta camada de ala-pívots capacitados para brillar en varias zonas de la cancha y su descaro sobre la duela le pueden llevar a la cima en una temporada que hasta el momento está resultando de ensueño.

¿Cielo, universo, más allá? Todo vale cuando confianza y calidad brillan por su presencia.

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