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Super Bowl XVIII: El arma secreta

Marcus Allen fue imparable y pasó a la historia con una actuación que consternó la Casa Blanca. AP

MÉXICO -- La base construida con los Oakland Raiders en la década de los 80 no tardó en volver a figurar desde su nueva localidad en Los Ángeles. Pasaron dos temporadas desde su último título de Super Bowl --aún en Oakland-- para que los Raiders volvieran al máximo escenario de la NFL.

La inercia establecida por el entrenador en jefe Tom Flores colisionaba con el poderío y la ética laboral de Joe Gibbs y sus Washington Redskins, campeones defensores.

El Tampa Stadium debutaba como sede de un Super Bowl que presentaba a dos franquicias ganadoras. El camino de los Raiders seguía acompañado de varios jugadores con al menos un Anillo de Super Bowl, mientras los Redskins arrollaron la Conferencia Nacional con miras en el bicampeonato.

Ambas escuadras navegaron sin problemas en la postemporada y perfilaron un choque clásico de blanco contra negro bajo el cielo de Florida.

El mariscal de campo Jim Plunkett disfrutaba de un elenco plagado de talento estelarizado por las figuras del corredor Marcus Allen y el receptor Cliff Branch en los Raiders. La defensiva infundía terror con los futuros Salón de la Fama Howie Long, Ted Hendricks y Mike Haynes. El balance funcionó para Oakland.

La dominante ofensiva de los Redskins, que lideró la NFL esta temporada en puntos anotados, fue neutralizada a cabalidad durante todo el encuentro y la defensiva Raider sacó puntos antes del medio tiempo. Allen fue el ganador del anticipado choque entre dos de los mejores corredores en la historia del fútbol americano en ese momento, ante John Riggins.

"Riggo", Jugador Más Valioso del Super Bowl anterior, consiguió la única anotación para Redskins en Tampa mientras que Allen se encargó de la ofensiva para Los Ángeles a partir del tercer período con dos anotaciones terrestres, incluyendo una de récord con 74 yardas por piernas.

Al final, el mejor corredor también sucedió a su rival con el galardón al JMV, cuando los Raiders levantaron su tercer --y hasta hoy último-- Trofeo Lombardi tras apalear por 38-9 a los Redskins. Flores y Plunkett lograron su segundo anillo como dupla, aunque Allen es el único ofensivo de aquel equipo que está en el Salón de la Fama.

Al finalizar el encuentro el Presidente de Estados Unidos, Ronald Reagan, llamó a Flores y le expresó: "Esa fue una gran victoria. Me han metido en problemas. Ya me llamaron de Moscú. Piensan que Marcus Allen es una nueva arma secreta. Insisten que la desmantelemos".