Bernardo Pilatti 10y

Floyd y Mikey, perdón y castigo

La paradoja que dejó el boxeo del fin de semana tiene nombres y apellidos: Floyd Mayweather y Miguel Angel García.

Cuestionamientos injustos o no, criticas acertadas o no, pero un amplio sector de la masa adepta al boxeo no le perdona a Mikey Garcia su actuación, su trabajo técnico-especulativo y por sobre todas las cosas, que no haya logrado noquear a Juan Carlos Burgos en su batalla del sábado.

¿Y por qué mencionamos a Floyd Mayweather? Muy sencillo, se castiga a Mikey con aquello que se le perdona a Floyd. Nos referimos al trabajo elusivo, especulativo, el volumen de golpes a base de números de calculadora y el eterno romance de Mayweather con las tarjetas de los jueces.

Mikey García, ante un rival duro, más grande, con mejor distancia y con un poder de respeto en sus manos, apeló en parte a las mismas herramientas que Floyd. Cuando recibió un gancho de izquierda que casi lo manda a la lona en el segundo asalto, mudó el dibujo de su estrategia y buscó la vía coherente para ganar la pelea. Trabajo técnico y suma de puntos round por round, sin renunciar a la ofensiva.

La pelea terminó bajo algunos silbidos. Tantos como para ser tenidos en cuenta. El cuestionamiento se trasladó a los foros y proliferaron las voces que minimizaron la victoria. "No pudo noquear" "No tiene la misma pegada en un peso superior' 'No es tan bueno Mikey como lo pintan" "No se animó a fajarse" y otros conceptos similares.

Creo que quienes aducen ese tipo de cuestionamientos, están equivocados o no están midiendo los méritos con neutralidad de criterio. En una palabra; son injustos con Miguel Angel García y aún peor que ello, son injustos con la calidad de su rival: Juan Carlos Burgos.

El combate del sábado en el Madison Square Garden fue una lucha de estrategias, donde predominó la inteligencia de un campeón y su esquina, los cuales tienen muy claro el guion que deben cumplir en cada pelea para llevarse la victoria por la vía rápida o durante los doce asaltos.

Para el último round, con un García que dominaba totalmente la batalla, su hermano Robert le pidió que no arriesgara, sin renunciar en la ofensiva. Burgos es la clase de Guerrero que puede dar vuelta una pelea con un solo golpe, aunque luzca agotado y vencido. Ignorar esa posibilidad, sería propia de un entrenador sin jerarquía e impropia del que muchos consideran el mejor de todos (Robert García).

Miguel Angel García ha venido corrigiendo errores en su estilo desde que asomó como una de las grandes promesas del boxeo de elite. Ya dijimos que fue lastimado temprano en su pelea anterior (ante Rocky Martinez) y trabajó duro para mejorar el bloqueo central cuando se abre para golpear por afuera. Burgos lo intentó en los primeros asaltos por la misma vía y no pudo encontrarlo.

El mexicano apeló entonces al contragolpe en corto, por encima de ese bloqueo y le dio resultado. Mikey estuvo a punto de ir a la lona en el segundo asalto. Para el tercero, Mikey le devolvió la receta cuando lo lastimó con una izquierda en gancho. A partir de ese momento ya Burgos no fue el mismo y recurrió a lo que mejor hace, trabajar a la defensiva apostando a un descuido del oponente. García mantuvo la ofensiva, pero le dio el respeto merecido a la pegada de Burgos, al que muy temprano también supo que no lo podría noquear. Por ello fue acertado establecer un plan de 12 asaltos.

Y es verdad, utilizó un boxeo parecido al de Floyd. Moverse, evitar ser golpeado, lanzar rápidas combinaciones que no siempre llegan a destino y sumar, sumar puntos. ¿Eso es malo acaso? Es verdad que no noqueó. ¿Y acaso enfrentaba a un bulto o nadie le pasó una mirada al palmarés de Burgos? Mikey dijo que enfrentaba a un tipo duro, con una altura y alcance que lo complicó, por eso apeló a su velocidad.

Ahora no sabemos lo que ocurrirá en su próxima pelea. Todo apunta a que el rival será por fin el cubano Yurioskys Gamboa. Sobre el mismo, García le dijo a ESPN Deportes Radio que "el estilo de Gamboa le dará más pelea, él (Gamboa) es explosivo y hace que la pelea sea más interesante para el público".

En sus últimas dos peleas, Mikey García enfrentó al campeón reinante en 130 libras y después al más complicado de los rivales disponibles. Ahora va por un rival (Gamboa) al que muchos consideran mejor dotado tanto en velocidad como en capacidad técnica. Sin considerar aún un posible resultado, es injusto negar las condiciones de Mikey García y su trabajo de la última batalla. Si se persiste en criticarlo, justo sería también cuestionar a Floyd Mayweather por ganar de la misma manera.

También sería injusto no recordar que Floyd elige rivales y Mikey enfrenta lo mejor. ¿Alguien imagina acaso a Floyd enfrentando a un hombre más grande, más fuerte, más sólido, con mejor extensión de brazo y que te espera, te espera hasta cazarte y tumbarte con un contragolpe? Quien lo olvide, no entenderá la razón del título. Es decir, tampoco entenderá este artículo.

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