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La camiseta del Potro

En el buzo de Olave un homenaje permanente Servicios de ESPN.com

BUENOS AIRES- Las lluvias hacen que suba la lechuga, el puerro y la cebolla de verdeo. ¡20 pesos el kilo! En cambio al tomate lo podés conseguir a 10 pesos los 2 kilos. La uva 14, la zanahoria y la berenjena, 6. ¡El limón 18 pesos! La naranja siempre 5 y la manzana más económica 12. La banana 15. Un melón lo comprás a 25 pesos. Y el kilo de sandía, 6 pesitos.

Entré a una superverdulería en Corrientes y Azcuénaga, con precios bajos y me alegró el corazón. Me había puesto mi remera de Belgrano de Córdoba que me había regalado el vicepresidente de Los Piratas.

Los chicos de la verdulería me elogiaron la remera y uno me dijo: "qué grande Belgrano, le ganó a Independiente y mandó a la B a River"... Me preguntaron donde compré esa remera y les dije que en Córdoba.

Uno de los vendedores agregó: "a mí me gusta la que tiene la cara de Rodrigo". "Pero esa no se consigue más", le dije. "Esa solo la usa Olave", remató el vendedor. "No, también se consiguen pero imitaciones. La original está agotada hace años".

La charla fue fructífera, los chicos de la verdulería amaban el fútbol, querían saber todo sobre Belgrano, sobre mi camiseta, donde la conseguí, hasta cuánto me salió me preguntaron. Pero la charla se agotaba en sí misma hasta que de pronto, entró Rodrigo.

La mañana estaba oscura y llovía intensamente. Rodrigo pidió tomates y lechugas. "Para hacerme una ensaladita", recuerdo que dijo. Llevaba puesta una campera negra y todos nos quedamos mudos, no podíamos reaccionar y lo mirábamos de arriba abajo. Me miró y me dio un abrazo: "Guaso, sos Pirata, como yo. Aguante Belgrano y viva la Mona". Lo vi lagrimear con esos ojazos que eran realmente dos faroles que iluminaban nuestra pobre existencia en ese momento.

Entró y salió rápido. Pero yo me desperté y lo seguí por Acuénaga, El Potro, cruzó veloz la avenida Corrientes y casi lo pierdo por la lluvia que actuaba de cortina blanca. Se me cruzaban todas sus canciones, las imágenes del especial que Cronica TV pasó hace un par de años sobre su vida.

¿Había muerto realmente? ¿O era un muchacho muy parecido? Pero, ¿podía existir alguien igual al Potro?

La lluvia era cada segundo mas intensa. Parecía el fin del mundo. Llovía tanto que no se veian ni las luces de los autos. En la esquina de Azcuénaga y Sarmiento ya no pude ver nada y me refugié en el hall de un edificio.

Es imposible que los lectores puedan creerme o siquiera imaginárselo, pero me pasó de forma real. No consumo drogas, no tomo alcohol, hace años que no leo un libro de Stephen King. De pronto vi por la calle un caballo blanco, un potro pura sangre que me miró y relinchó antes de elevarse en sus dos patas y salir volando por encima de los edificios de Corrientes y Azcuénaga.

Salté al centro de la calle para verlo irse. Me refregué los ojos, llovía para un fin. Pero nadie más parecía ver al hermoso caballo blanco. Me saqué mi camiseta de Belgrano y caminé por Sarmiento rumbo al Once, en cueros. La lluvia era cada segundo más intensa.

Pero no me importaba, había tenido una visión paranormal, un mensaje del Más Allá y ahora volví con el alma en paz, en silencio, mojado bajo la lluvia.