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Un estímulo para Radamel

BUENOS AIRES --
Con la noble intención de dar consuelo y con su inveterada pretensión de ser el gran protagonista aun de las historias ajenas, Pelé dijo que, al igual de Radamel Falcao, sufrió una lesión antes del Mundial de 1970, pero que el contratiempo no le impidió jugar el torneo y consagrarse campeón.

Aunque no existan elementos probatorios del problema físico mencionado más que la memoria de O Rei (sí constan, en cambio, sus lesiones en los campeonatos de Chile y, especialmente, Inglaterra, donde le pegaron a mansalva), se supone que el delantero colombiano debe sentirse confortado por las palabras del brasileño.

Si revisa los archivos, Radamel, quien acaba de ser operado luego de romperse los ligamentos, encontrará que no son pocos ni irrelevantes los futbolistas que, como él, fueron descartados para un Mundial por lesión y llegaron vivitos y coleando. Y hasta se llevaron la copa.

El caso más resonante es el de Ronaldo, el genial brasileño a quien su tendón rotuliano tuvo al mal traer durante los dos años previos a la cita de Corea y Japón.

Reapareció en abril de 2000, luego de una primera recuperación, y volvió a lesionarse en un partido de Copa ante Lazio, en épocas en que vestía la camiseta de Inter.

La desgracia lo mandó a rehabilitación un año, de modo que, a medida que se acercaba el Mundial, no muchos apostaban a que llegaría en buenas condiciones. Sin embargo, el DT, Luiz Felipe Scolari, confió en la fortaleza del futbolista.

No se equivocó: Brasil obtuvo el ansiado pentacampeonato y Ronaldo, que por entonces lucía un pintoresco flequillo triangular, resultó el hombre clave y goleador.

Tan lejos como Ronaldo llegó Francesco Totti en el certamen de 2006, en Alemania. El italiano fue víctima de una fractura de peroné, acompañada por la rotura de ligamentos del tobillo, en un partido Roma-Empoli, a sólo cinco meses del Mundial. Los médicos eran pesimistas, pero el hábil mediocampista participó del último torneo ganado por Italia.

No alcanzaron lo alto del podio pero estuvieron muy cerca los holandeses Robin van Persie y Arjen Robben, dos piezas irremplazables en el equipo que disputó la final sudafricana ante España.

El primero pasó por el quirófano siete meses antes del Mundial por culpa de su tobillo, mientras que Robben se repuso de una seria dolencia muscular casi en la fecha en que comenzaba la competencia. De hecho, no estuvo en el primer encuentro.

Ambos integran una horneada de futbolistas holandeses brillantes, aunque, como sus antecesores de 1974 y 1978, tuvieron que resignarse al segundo puesto.

En ese mismo Mundial, la estrella marfileña Didier Drogba también estuvo con un pie afuera hasta último momento. La causa: una fractura de cúbito en un encuentro preparatorio frente a Japón.

Son todos ejemplos alentadores para la convalecencia de Radamel Falcao. El Mundial, se ve, no es un sueño imposible.