Jorge Morejón 10y

Las joyas de la corona

Los cubanos están de moda en las Grandes Ligas.

El electrizante juego de Yasiel Puig, el lanzallamas del brazo zurdo de Aroldis Chapman, la sorprendente madurez de José Fernández y los espectaculares fildeos de José Iglesias son apenas botones de muestra del buen momento que están viviendo los peloteros de la mayor de Las Antillas en el mejor béisbol del mundo.

Y es la razón por la cuál salivean los cazatalentos, que creen ver en cada jugador que sale de la isla a la próxima estrella de la Gran Carpa.

De hecho, hay muy buenos jugadores en el equipo de Villa Clara que se encuentra actualmente compitiendo en la Serie del Caribe en Venezuela. Incluso algunos que podrían dar el salto sin necesidad de pasar un día en las Ligas Menores, como sucedió con Alexei Ramírez, campocorto de los Medias Blancas de Chicago, y Yoenis Céspedes, jardinero izquierdo de los Atléticos de Oakland.

Uno de ellos es Alfredo Despaigne, poderoso slugger que ostenta el récord de más cuadrangulares para una temporada cubana, con 36 en 90 juegos, en la que remolcó 105 carreras y promedió para .326.

Despaigne, de 27 años, formaba junto a Céspedes uno de los dúos ofensivos más demoledores en la historia de las series nacionales cubanas y muchos expertos lo consideran mucho mejor bateador, aunque no un jugador tan completo como el de Oakland.

Uno que deslumbró a los especialistas durante su incursión en el III Clásico Mundial en el 2013 fue el segunda base José Miguel Fernández.

Bateador zurdo y fildeador limpio, muchos le llaman el Robinson Canó cubano, por sus semejanzas con el gran intermedista dominicano de los Marineros de Seattle.

Fernández, de 25 años de edad, es el campeón vigente de bateo, al ganar la corona con un astronómico promedio de .393 en el 2013.

Buen discriminador de pitcheos, el segunda base del equipo Matanzas es también un bateador de sangre fría para crecerse en los grandes momentos, cualidad reservada para unos pocos elegidos.

Con 23 años y un potencial inmenso está el jardinero Yasmani Tomás, quien juega para Industriales, el equipo más emblemático de la pelota cubana en las últimas cinco décadas.

Con un físico impresionante, al estilo de Yasiel Puig, Tomás es un devorador de envíos rápidos, al estilo de Gary Sheffield, aunque necesita trabajar con los lanzamientos de rompimiento.

Al igual que Fernández, Yasmani Tomás es hombre de grandes momentos y a fuerza de batazos se ganó la titularidad en el III Clásico Mundial, al que asistió inicialmente como juagdor de reserva con la selección nacional cubana.

Y al que ya parece habérsele ido el tren de la fortuna es al antesalista Yulieski Gourriel, quien deslumbró a los cazatalentos cuando apareció ante el gran público internacional en el I Clásico Mundial en el 2006.

Entonces era un prospecto de 21 años, capaz de desempeñarse a la par en la intermedia y la tercera base.

Pero han pasado ocho años y próximo a cumplir 30, tiene en su contra además la fama de achicarse ante la presión, por lo que muchos lo llaman el Alex Rodríguez cubano.

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