Carlos Irusta 10y

Boxeadores apasionados

BUENOS AIRES --
Llega el Día de San Valentín y el primer recuerdo va, seguramente, para aquella salvaje pelea en la que Ray Sugar Robinson batió antes del límite –fue KOT en el 13- a su archirrival, Jake La Motta. Fue un 14 de febrero de 1951, en Chicago, y quedó en la historia como "La masacre del Día de San Valentín" por la fiereza del combate. De hecho, Jake aguantó contra las sogas una gran paliza, pero en ningún momento anduvo con el suelo. Así que cuando termino el combate fue a decirle a Robinson algo así como "No pudiste tirarme, maldito". Con esa victoria, Robinson se alzó con el campeonato mundial de los medianos.

Pero como San Valentín está relacionado con el día de los enamorados. ¿Por qué no recordar algunas historias de amor, protagonizadas por boxeadores, que hicieron época? Tal vez la más famosa de todas sea aquella que envolvió a Edith Piaf, el Gorrión de París, con Marcel Cerdán, el campeón mundial de los pesos medianos. Los dos estaban en el pináculo de sus carreras cuando se conocieron, en Nueva York. Cuentan que fue el amor de su vida para la Piaf.

Cerdán, a su vez, uno de los grandes ídolos de Francia, dejó a su familia por la cantante. Todo fue como en un sueño. Cerdán obtuvo el campeonato mundial al ganarle a Tony Zale, por retiro en el round número 11, el 21 de septiembre de 1948 en Jersey City. Y, cuando lo defendió ante Jake La Motta (Detroit, 16 de junio, 1949) se vio obligado a abandonar por una lesión en un hombro. La revancha era inevitable y tras algún cambio de fechas –esta vez el lesionado fue La Motta- se acordó para el 2 de diciembre de 1949. Marcel tuvo que viajar a Nueva York, para firmar el contrato: allí lo estaba esperando Edith. Ese 27 de octubre de 1949 el avión estaba lleno, pero dos pasajeros decidieron cederle sus lugares. Fue una decisión marcada por el destino, porque la máquina desapareció en pleno vuelo, cerca de la isla de las Azores. Murieron los 48 pasajeros. Marcel tenía, apenas, 33 años. En su memoria, Edith escribió esa joya que se llama "Himno al amor".

Cuando a Carlos Monzón le llevaron el libro de una futura película, su técnico, don Amílcar Brusa, se cruzó de brazos. "Ahora, nada, tiene que pensar únicamente en Mantequilla Nápoles". Monzón, obediente, siguió con los entrenamientos, pero viajó a Paris con el libro debajo del brazo. La pelea con Mantequilla, organizada por Alain Delón, se efectuó en la carpa de un circo el 9 de febrero de 1974.

Fue una de las defensas más fáciles del santafecino –a pesar de su talento, Nápoles no dejaba de ser un welter natural- y Monzón ganó por abandono en el séptimo round, cuando Ángelo Dundee dijo "No va más". Nápoles, muy lastimado, había recibido una tremenda paliza. A su regreso, Monzón conoció a Susana Giménez, con quien filmó "La Mary". Ese encuentro cambió su vida. Fue un romance del que se habló durante mucho tiempo.

Cuentan que, en algunas escenas de alto voltaje –escenas que nunca se editaron-, Carlos, sin muchos miramientos, echaba a todos del set para quedarse a solas con Susana... Por supuesto, no pudieron ocultar por mucho tiempo esa relación. Se "escaparon" a Caracas, solamente para ser esperados por los fotógrafos apenas llegaron. Monzón finalmente se separó de su esposa, tras haber vivido algunas circunstancias curiosas como cuando peleó en el Luna Park con Tony Mundine, el 7 de octubre del 74 (KO 7)... Haciendo malabares, Tito Lectoure ubicó a la esposa de Carlos en un sector del estadio y, en otro, a Susana Giménez, para evitar problemas... Hasta que un día, Mercedes Beatriz, "Pelusa", la esposa de Carlos, esperó a Susana a la salida del teatro para acusarla de que le estaba robando al marido...

Cuando Monzón se retiró del boxeo, en 1977, Susana estuvo junto a él en el anuncio oficial. Luego se separaron. Una vez, cuando enseñaba boxeo en la Unión Personal Civil de la Nación en Santa Fe, Monzón nos dijo una frase que no necesito de comentarios: "Fue la mujer de mi vida. Y cuando salga la voy a ir a buscar". Allá, arriba del gimnasio, desde la pantalla de la tele, Susana sonreía. Seguramente no hubiera dudado nunca de las palabras del campeón.

Jack Dempsey se casó con Estelle Taylor, figura del Hollywood de entonces, el 7 de diciembre de 1925. Para esa época, "El Matador de Manassa" parecía estar de vacaciones, ya que no combatía desde su encuentro con Luis Ángel Firpo, el 14 de septiembre de 1923. Estelle, a su vez, había estado a punto de filmar con Rodolfo Valentino, pero la muerte del célebre actor lo impidió.

La Bella y el campeón llegaron a compartir un escenario en la comedia "The Big Fight", estrenada en 1928 y que se mantuvo a lo largo de 31 funciones en el teatro Majestic de Nueva York. Luego del casamiento, Jack hizo tres peleas más. El 23 de septiembre de 1926, perdió por puntos su título ante Gene Tunney. En 1926 venció por KO en 7 a Jack Sharkey y luego fue por la revancha con Tunney.

El 22 de septiembre de 1927, en Chicago y frente a 104.94 espectadores, Dempsey derribó a Gene Tunney en el séptimo asalto. Desobedeciendo las reglas nuevas, que obligaban al boxeador de pie a marchar a un rincón neutral, Jack le dio tiempo a Tunney para recuperarse. El referí, Dave Bary, no continuó la cuenta hasta que Dempsey obedeció. Finalmente, el campeón ganó por puntos. Luego se pudo establecer que la caída en total, duró 13 segundos.

Cuentan que, cuando regresó al hotel, bastante golpeado, Estelle le preguntó qué había pasado y el respondió, "Querida, me olvidé de esquivar". Se divorciaron en 1930 y ella se quedó con 40 mil dólares en efectivo, una casa de 150 mil dólares y 3 autos. "Si ella hubiera querido, me habría tenido con solo hacer sonar los dedos, pero prefirió su libertad", comentó Jack.

El romance entre Mike Tyson (22) y Robín Givens (24) fue una conmoción en su momento, teniendo en cuenta que Robin era toda una figura de la televisión. Todo fue muy rápido. Se conocieron en marzo de 1987. Se casaron el 7 de febrero de 1988, cuando ella le comunicó a Mike que estaba embarazada. No le fue del todo bien a Mike, sobre todo cuando apareció su suegra, Ruth, quien a los pocos meses, le pidió 5 millones de dólares para comprar una casa. Y luego, Mike depositó 10 millones en la cuenta de ambas. Para colmo, para ese mismo tiempo, Robin le informó que había perdido al bebé...

Hubo, incluso, hasta una fuerte discusión en televisión, en el programa de Bárbara Walters, que –se dice- fue el disparador para los realities. Para tener una idea de lo que generaba Iron Mike, es bueno consignar que durante su matrimonio hizo dos peleas. Una, el 21 de marzo del 88 en Tokio, o sea muy poco tiempo luego de casarse, ante Tony Tubbs: ganó por KO en 2 vueltas y embolsó 10 millones de dólares. De hecho, el viaje fue también Luna de Miel para el flamante matrimonio.

El 21 de marzo de 1988, Mike Tyson enfrentó a Michael Spkins y lo noqueó en apenas un minuto y 31 segundos. Se llevó una ganancia record para un peleador, ya que le pagaron 22 millones de dólares.

Finalmente, la pareja se divorció y según se supo, Tyson tuvo que pagar un total de 50 millones de dólares. Algunas versiones indicaban que había existido un acuerdo pre nupcial entre ambos y otras, que, justamente, no se habían tomado precauciones. Como una ironía del destino, el divorcio se llevó a cabo justamente un 14 de febrero de 1989, o sea en el Día de San Valentín...

^ Al Inicio ^