Israel Gutiérrez 10y

Bosh, especialista a la distancia

MIAMI -- Ustedes pensarían que cuando los ganadores de los últimos cinco galardones al JMV -- LeBron James (cuatro) y Derrick Rose (uno) -- estuvieran sentados en sus respectivas bancas vistiendo trajes, no habría mucho de la confrontación del domingo entre los Chicago Bulls y el Miami Heat que fuera particularmente apantallante.

Interesante, sí. Greg Oden arrancando como titular, que tuvo cierto potencial, pero que terminó con estadísticas similares (5 puntos, 5 rebotes, 13 minutos) a las que arroja cuando ingresa como reemplazo.

Alentador, seguro. Dwyane Wade casi con un triple-doble (23 puntos, 10 rebotes, 7 asistencias), un partido después de la noche en donde metió 24 puntos y 10 asistencias en Oklahoma City, que quizá haya puesto en su lugar a algunos críticos que dudaban acerca de su estado de salud.

Pero si ustedes querían algo alucinante, necesitaban esperar hasta el final del partido. Necesitaban revisar la hoja de estadísticas y dejar que algunas cifras los golpearan en el rostro.

De entrada, estaba el número 9. Fue la cantidad de triples que intentó uno de los mejores "alas-pívots" de la liga.

Chris Bosh, a quien el entrenador del Heat Erik Spoelstra de hecho coloca en una "posición híbrida", comenzó el partido acertando sus primeros dos intentos de triples para abrir la anotación de Miami. Y luego siguió lanzando, acertando dos de sus últimos siete intentos.

No es complicada la idea de que un hombre grande intente y acierte algunos triples. Lo que sí es complicado es que vengan de Bosh quien intentó un total de 60 triples en sus primeras dos temporadas completas en Miami.

No se trata de Dirk Nowitzki ni de Kevin Love, quienes a inicios de sus respectivas carreras establecieron que eran capaces de acertar triples. Bosh es un jugador que comenzó a extender su rango en el décimo año de su carrera, porque era lo mejor para Miami. Y lo hizo relativamente rápido.

Spoelstra recuerda el proceso de extender el juego de Bosh más allá de la línea de 3 puntos, comenzando cuando se lesionó en el primer juego de la semifinal del Este en 2012, contra los Indiana Pacers.

"A partir de ahí, comenzó a incrementar poco a poco", dijo Spoelstra. "Cada año, nos hemos sentido un poco más cómodos cuando él juega en el perímetro, pero él se reinventó no solamente luego de 10 años en la liga, pero por la necesidad de este equipo. Porque al inicio, sabíamos que eso le daría entrada a muchas críticas. ¿Qué es lo que hace ahí? ¿Qué hace un hombre grande intentando triples?

"No es el primer hombre grande lanzando triples. Y el ritmo es crítico para nosotros".

Después de la temporada pasada, cuando acertó solamente 21 de 74 (28.4 por ciento) de larga distancia, el nivel de comodidad de Bosh se ha incrementado rápidamente. Él va con ritmo para intentar exactamente 100 triples más de lo que hizo la temporada pasada, y encestar 63. Bosh recuerda discutir la extensión de su rango con Shane Battier antes de finalmente hacerlo.

"Veía a nuestra ofensiva", recuerda Bosh. "Yo jugaba como ala-pívot en esa época, comenzando el juego conmigo y con [Udonis Haslem]. Shane y yo platicábamos y me decía, 'Da un paso hacia afuera. Puedes conseguir más puntos por posesión, ayudar al equipo".

Él recuerda que pensaba, "Está lejos. Muy lejos".

Y en menos de dos temporadas, él se siente tan cómodo de larga distancia, que tiene problemas para clasificar exactamente qué tipo de jugador es.

"Ahora soy un francotirador… o algo así", dijo. "Estoy en un área sin definir. Ya no sé lo que soy. Pónganme donde quieran".

Pónganlo contra uno de los mejores hombres grandes a la defensiva de la liga, Joakim Noah, y Bosh puede meter 28 puntos con 10 rebotes, sin tener que penetrar tanto, tal y como lo hizo el domingo.

"Él está tomando los tiros correctos", dijo Spoelstra. "Es un tirador excelente. Ha sido increíblemente certero desde 18 pies durante mucho tiempo. Tomó un poco más de trabajo para extender ese rango".

Las otras cifras que impactaron un poco más llegaron del lado de los Bulls -- cortesía de D.J. Augustin y Tony Snell.
Comiencen con los minutos: casi 74 de forma combinada.

Ahora, los Bulls estaban sin Jimmy Butler (lesión en las costillas), así que los minutos de Snell se elevaron, pero considerar que un equipo que ciertamente tendrá ventaja de campo en la primera ronda de los playoffs juegue con esos dos elementos por tanto tiempo es prácticamente imposible de comprender.

Así que si ustedes están pensando, "Momento, esos hombres no son tan malos", necesitarán leer el resto del box score.

Austin se fue 0 de 10 en tiros de campo, y Snell se fue 2 de 10, en gran parte contribuyendo a que Chicago acertara solamente 35.8 por ciento en tiros de campo.

Los Bulls no tenían opciones para reemplazar a Augustin, incluso si Tom Thibodeau quería. Y los reemplazos potenciales para Snell incluían a una selección de segunda ronda (Erik Murphy) y dos promociones de la D-League (Jarvis Varnado y Tornike Shengelia). Todo se reduce a mostrar lo mágico que Thibodeau puede ser como entrenador.

O quizá lo más adecuado sea llamarlo hipnotista.

Thibodeau, con alguna ayuda del propio Señor Incontenible, Joakim Noah, ha convencido a este grupo de que debe ser capaz de competir consistentemente con equipos como Miami, incluso si LeBron James hubiera jugado. Y, normalmente, este grupo de los Bulls lo hace, independientemente de quién juegue.

¿Quieren conocer más de las tácticas de Thibodeau? Solamente escuchen sus comentarios después del partido.
"Debemos ser más duros", dijo. "Cuando las cosas no marchan bien, no puedes permitir que los tiros errados te quiten la intensidad. Se le llevan al otro costado. No puedes hacer eso. No contra un equipo como éste.

¿Más duro? ¿Es así de simple o está jugando con las mentas? ¿Se da cuenta a quién pone a jugar por 30 o más minutos por partido, correcto?

Lo que sea, ha hecho que sea candidato para ser el Entrenador del Año cada temporada que ha estado en la banca de Chicago. Ya ganó uno, y será difícil quitarle el premio a Jeff Hornacek este año, pero honestamente Thibodeau tiene un gran caso a su favor cada temporada.

Porque incluso con esas actuaciones de Augustin y Snell, el Heat no pudo despegarse de los Bulls sino hasta finales del tercer periodo.

No es que Spoelstra no sea digno de su propio elogio. La victoria del domingo fue la número 300 de su carrera en apenas su sexta temporada, y es su mentalidad innovadora de básquetbol y su insistencia de que sus jugadores se "reinventen" constantemente la que tiene a los jugadores del Heat constantemente retándose a ellos mismos.

Pero Thibodeau está en otro planeta gracias a su intensidad contagiosa. Tanto así, que una simple risa, que dejó ver durante una entrevista previa al partido transmitido por ABC, provocó oleadas en Twitter, y generó varios archivos GIF animados de esta rara imagen.

Así que quizá no fue tan entretenida como hubiera sido una batalla entre LeBron vs. Rose.

Pero la confrontación entre Bulls y Heat encontró una forma distinta para dejar a la gente sacudiendo la cabeza.

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