Washington Cucurto 10y

El gol que llegó a la gente

BUENOS AIRES -- Queridos lectores, el fútbol influye en nuestras vidas de la forma más inesperada. Muchas veces ni siquiera nos damos cuenta. Buenos Aires es una ciudad abierta al deporte, a los grandes goles y a los más variados acontecimientos. Diré más: la ciudad es muy permeable a la actualidad deportiva.

Hoy fui a anotar a mi hija Margarita al colegio, al jardín de infantes en verdad. Había una cola infinita por el tema que le duele al país entero: hay 6.000 niños de cuatro años sin vacantes. Me entristecí, me dio bronca. Pero es la realidad en la que vivimos.

Cuando logré ingresar al fin al colegio Sarmiento (Callao y Lavalle), vale decir que este colegio es un colegio tradicional, con miles de años, descubrí que desgraciadamente se cae a pedazos. Hace falta hacerle un arreglo general en todas las aulas, los baños, los pasillos, los techos, las baldosas del patio, etcétera.

Siempre hay obreros revocando, subidos a andamios, pintando y taladrando una obra que parece no terminarse jamás. La directora me dijo que el colegio está en reparaciones hace años y siempre demoran muchísimo. Cambian los gobiernos y los arreglos siempre quedan a medio hacer. Por lo tanto, el colegio es una especie de obra en construcción infinita y sin tiempo.

A mi alrededor pilas de ladrillos, montañas de arena, grandes pedazos de escombros, picos, palas, andamios desarmados tirados en el piso.

El patio estaba desierto, pero me sorprendió encontrar a dos obreros jugando a un extraño juego. Con dos escaleras habían hecho un arco y uno le pegaba a la pelota desde casi cincuenta metros tratando de meterla en el improvisado escenario del gol. Otro obrero, corría para atrás para tratar de impedir que la pelota entrara al arco.

Uno gritaba "la pullgaaa" y yo no entendí. Seguí de largo para meterme en la odisea de inscribir a mi hijita a la sala azul. Llovía copiosamente. De pronto, la escena me hizo acordar a un gol de Palermo, a otro de Salas en River, otro de Francescoli a Independiente. Goles desde mitad de cancha. Otro de Chilavert a River y la lista sigue.

Independiente y River deben ser los equipos a los que les han hecho más cantidad de goles desde mitad de cancha. Pero esto recién lo pude asociar mucho tiempo después...
Cuando salimos del colegio los obreros seguían practicando ese juego de pegarle a la pelota con precisión. Cuando llegamos a casa recién me enteré de que el "Pulguita" Rodríguez, genial delantero de San Martín de Tucumán, había hecho un golazo ante Independiente. Ahí comprendí todo, los obreros estaban imitando al último gran gol del fútbol argentino.

En un lugar inesperado, bajo la lluvia torrencial, el fútbol volvía a aparecer en mi vida de la forma más extraña. ¿Sería un mensaje para mí? ¿Qué quería decirme la vida al mostrarme a esos dos obreros pegándole a la pelota en un establecimiento público?

El fútbol y su magia. El fútbol y su trascendencia más allá de todo.

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