Ricardo Mayorga 10y

Las verdades de Valdano

Un coloquio de futbol de la revista española Panenka puso a Jorge Valdano nuevamente en el candelero dialéctico del futbol y fue allí en donde el ex centro delantero de la selección argentina, campeona mundial del 86, nos mostró su nueva visión de este deporte, que enloquece al planeta meses antes del comienzo del Mundial. Por su discurso pasó el intelectual del futbol por la exagerada relación de su Argentina con este deporte, habló de moda, de gastronomía, de la cancha, de Maradona, del Barça, del Madrid, del futbol de la calle y hasta de Romario.

Pero una sentencia, para algunos románticos aterradora, dejó Valdano cuando afirmó que en breve 15 clubes - aunque de verdad mencionó 16- dominarán el mundo, citando al Real Madrid, Barcelona, Manchester United, el City, Chelsea, Paris St. Germain, Arsenal, Bayern, Juventus, Roma, Inter y Milan, sumamos y van 12, pero Valdano dejó un espacio de posibilidades para equipos como el Borussia Dortmund, el Liverpool, el Mónaco y el Napoli de Italia.

Y no se equivoca Valdano con su visión global del futbol a nivel de clubes, por la acumulación de capital y de poderes que estas instituciones concentran en el Viejo Continente con suficiente espacio financiero para comprar en cualquier lugar del planeta al jugador que ellos, según sus necesidades y estilos, prefieran.

Esa sería una liga planetaria, además con el número ideal con el que sueña la FIFA (16), aunque si esta "locura" se llegara a dar, el primer afectado sería el futbol de Europa y su estelar torneo. Claro que Valdano no lo expuso así como liga independiente, sino simplemente remarcó que en ese conglomerado recaerá el poder universal del futbol y su futuro como negocio muy alejado de los sentimientos.

El barrio seguirá existiendo como tal, pero sin poder. Será la expresión primaria del sentimiento futbolero en cada rincón de la tierra, pero ese futbol parroquial no podrá competir con el mercado arrollador del futbol comercial que se concentra ya en los grandes escenarios del Viejo Continente.

En este mundo de hoy, el futbol según Valdano, es "el elemento simbólico de la globalización" ya que se ha convertido más que un deporte en una cultura y de paso en fenómeno social. No hay nada que penetre más hoy en día a través de los medios de la tierra, que el saturado calendario de futbol que muchos disfrutamos, pero que para algunos ya empieza a empalagar.

Y quizá lo mismo le ocurre al futbolista y básicamente al nuestro, al que nació en el potrero como diversión, y que hoy para ese mismo personaje el deporte que ama se convirtió en obligación. Ya no se juega para divertirse, se compite para ganar siempre y la delicia de jugar se convirtió en la obligación para producir. Es la empresa, es el negocio, es la venta, es el dinero, es el marketing, es el poder.

Todo es real ahora, pero también es cierto que ese poder concentrado en sólo algunos termina por atentar contra la calidad de las ligas mismas. Son demasiado grandes las diferencias entre equipos de las mismas ligas, y aunque hace rato se viene trabajando en el fair play financiero, siempre los poderosos tendrán los mecanismos para justificar sus ingresos y por ende el panorama no cambiará, más allá del ruido que pueda hacer hoy la Unión Europea intentando que suenen las alarmas de algunos clubes.

Como en todos los círculos de poder, las alarmas suenan, pero todos conocemos los resultados. Por ello cuando Valdano afirma "que no se pueden seguir cobrando entradas con precios exorbitantes cuando sabemos de antemano el resultado del partido", no es porque afloren los peligrosos amaños tan de moda por estos días, es porque con el desequilibrio de fuerzas, casi siempre de antemano conocemos al vencedor.

El futbol, desde que en 1974 empezó a ser presidido por Joao Havelange, cambió de filosofía, no sabemos aún si para bien o para mal. Con el "Viejo" como afectivamente lo llamaban sus más cercanos llegó la comercialización y empezaron a cotizarse los valores capitales del futbol, dejando atrás los sentimientos, el barrio, la calle y el potrero. Hoy más que nunca el futbol es empresa, es negocio y así muchos odien al futbol negocio, esa parece ser la única salvación de este deporte.

Sin capital no hay competencia y como en cada rincón del llamado mundo libre, quien tenga siempre intentará ponerle condiciones al que no tiene... Y el futbol no es la excepción.

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