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Demasiado fácil para Reveco

En el segundo round, Reveco noqueó a Vides Ramón Cairo

BUENOS AIRES -- Muy fácil para Reveco. Podría decirse que toda la ceremonia previa de su pelea con el panameño Manuel Vides, duró más que la pelea: en menos de dos asaltos, todo terminado. Es más, debió esperar un largo rato para concluir con el análisis antidoping, cuando le pidieron una muestra de orina, que lo que se debió emplear en el ring.

La noche "fuerte" empezó en el Villa La Ñata Sporting Club de Benavidez, Tigre, provincia de Buenos Aires, con una pelea de categoría crucero, quizás la más esperada de la noche. El ídolo local, Víctor Ramírez, expuso su cinturón Latino FIB ante el cubano Glendy Hernández. Ramírez, apadrinado por Daniel Scioli, gobernador de la provincia de Buenos Aires y fanático del boxeo, está retornando a la actividad en la que supo ser campeón mundial OMB. De hecho, fue el propio Scioli quien lo bautizó "El Tyson del Abasto". En este caso, le tocó un rival incómodo y hábil como el cubano, quien ahora suma 10 victorias (6 KO) y 2 derrotas.

Trabajando distendido y de lejos, Hernández –once centímetros que el argentino- lanzó y conectó cuantos ascendentes de derecha se le antojaron. Ramírez, avanzando con la guardia cerrada y sin combinaciones, se vio en problemas durante los dos primeros asaltos. Luego, su potencia fue decisiva, porque Hernández no podía pararlo, hasta que finalmente, en el cuarto round, vino el derrumbe. Cayó el cubano, se levantó...pero luego prácticamente se dejó caer: no tenía más reservas físicas ni anímicas... El referí argentino Mario González, de muy correcta actuación, dio el nocaut técnico. No daba para más.

Fue una explosión de la gente con esta nueva victoria, ya que Ramírez –defectos aparte, y los tiene porque se repite demasiado en los ataques a cara o cruz- está buscando una nueva oportunidad por la corona del mundo. Ahora suma 19 ganadas, 2 derrotas y 15 KO.

Si la pelea de semifondo parecía más importante que la de fondo para los asistentes es simplemente, una cuestión de óptica. Reveco, quien ahora suma 33 victorias, 18 antes del límite y una derrota, es un boxeador fino, de perfil bajo, que trata de abrirse camino en el concierto de un público que, en general, se ha visto deslumbrado por la invasión mediática de Maravilla Martínez o las explosiones provocadas por Marcos Maidana.

El campeón mundial de los moscas ha tenido exitosas salidas a México y Japón, y seguramente, necesita de oponentes que lo exijan más. En este caso, Vides fue muy poco. Con once centímetros más de altura, una experiencia internacional nula –fue su primera salida de Panamá- y con sus 23 años, no pudo con Reveco. El Cotón, a los 30, luce sólido y muy seguro de cada movimiento que realiza. Tras una intervención plástica en sus cejas –tenía una tendencia a cortarse muy fácilmente- parece estar más seguro de no dar ventajas ("Antes, cuando subía el ring, estaba pensando en qué momento iba a sentir sangre en la cara", nos dijo) y a hacer lo suyo.

Y lo suyo fue anticipar siempre con la izquierda, mandar la derecha larga y por sorpresa, y sobre todo, trabajar al cuerpo. Como si estuviera atado, Vides –quien ahora suma 15 ganadas con 9 nocauts y 3 derrotas-, no pudo hacer nada: a pesar su ventaja física, no extendió la zurda todo lo que hubiera debido. Y eso le permitò al Cotón hacer su tarea desde la primera vuelta, sin complicaciones.

Fue un monólogo, porque cuando se iban los tres primeros minutos, Reveco giró lo suficiente como para dejar de costado a Vides y filtrar una izquierda que lo tocó en el medio del pecho, un golpe al plexo solar. Cayó el panameño de rodillas y, cuando se levantó, todo indicaba que la pelea iba a terminar pronto. La campana marcó una pausa.

"Sí, era alto pero eso no me trajo problemas –dijo Reveco-; igual lo sorprendí con varias derechas largas. Tuve actitud desde el primer round, y no lo dejé armar"

En el segundo llegó la definición cuando, con un perfecto gancho al hígado, Reveco terminó con el trámite: Vides se desplomó de bruces en la lona, totalmente conmocionado y la cuenta de Tony Weeks (primera visita a la Argentina) fue un trámite. De hecho, quedó la sensación de que el panameño fue demasiado poco para Reveco, quien evidentemente, necesita de mayores rivales. Esta fue la sexta corona de su defensa.

"Eso lo dejo a Osvaldo Rivero, por supuesto que quiero peleas más exigentes, yo estoy dispuesto a aceptar más riesgos", expresó Reveco, quien es conducido por el técnico Jorge Arias y el preparador físico Diego Giménez. Ellos, junto al gran amigo Ernesto Naveira y Charly Rodríguez, quien está siempre junto al grupo en su calidad de técnico y colaborador, tuvieron un breve festejo tras la pelea.

Es que con rivales como Vides tampoco hay manera de calibrar a fondo todo lo que puede ofrecer Reveco quien, por ahora, luce como un producto de exportación legítimo; muy buen boxeo, actitud ofensiva, siempre entrenado y siempre dispuesto. Una pelea que podría proyectarlo a un primer plano de mayor exposición y rentabilidad seria con el nicaragüense Román González, su retador obligatorio, hombre de nocaut (38-0-0, 32 KO) radicado en Japón.

"Estoy trabajando desde diciembre (la pelea se postergó por lo menos dos veces) y por eso ahora me voy a tomar unos quince días de descanso, y luego vuelvo al gimnasio", dijo. Lo cierto es que las postergaciones no ayudan nunca. Reveco, quien estuvo trabajando con Daniel Brizuela, Patricio Pedrero, el Turquito Tasinaso o Matías Papa en el legendario gimnasio Mocoroa –de donde salieron nada más ni nada menos que Cirilo Gil, Nicolino Locche y Pablo Chacón- , había tenido algún problema con el brazo derecho, pero sin consecuencias.

Ahora habrá que esperar rivales más importantes y, por ende, más lucrativos. Ese gancho de izquierda al cuerpo ya se ha convertido en su marca registrada, tanto que ya nos parece un poco fuera de foco considerarlo "el sello de Pablo Chacón" su anterior entrenador. Es que Reveco es Reveco, sin necesidad de comparaciones. Se está ganando su lugar por sí mismo, con sus armas, u inteligencia y su buen boxeo, con su actitud en el ring y con su humildad en la vida.

Un campeón que está para mayores desafíos.