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Bradley a defender su lugar

INDIO -- Tras la controversial victoria ante Manny Pacquiao, Tim Bradley debió pasar por un infierno personal que lo vio tocar fondo.

El campeón mundial welter estuvo meses sin conseguir contrincante, debió batirse en un duelo sin cuartel a Ruslan Provodnikov y luego vencer enfáticamente a Juan Manuel Márquez.

Todo eso para volver al lugar que cree que le pertenece.

"Siento que ahora es mi momento", dijo. "Hay un nuevo sheriff. Este es mi destino. Pasé por todo luego de esa pelea, me ridiculizaron, me humillaron y me hice más fuerte".

El californiano aseguró que todo lo que sucedió desde aquel junio de 2012 lo llevó por el camino hasta su posición actual.

"La controversia es lo que me hizo lo que soy hoy", opinó. "Me hizo pedazos. Luego de la pelea dije que no sabía si volvería a pelear. Lastimó a mi familia, a mis entrenadores y a todos. Tuve que tomarme una vacación bastante larga y solía llorar por las noches, pero creíamos que algo bueno saldría de eso. Fue nuestra tormenta".

Ese trayecto no fue el más ortodoxo para un campeón de su calibre, pero ayudó a definirlo todo sentido.

"Me río en la cara de las críticas porque sé quién soy como persona y como boxeador", dijo. "Fue el trabajo duro. Nada me lo dieron. Hay muchos que les construyeron la carrera. Yo peleé contra varios campeones. Para mí la suerte se llama trabajar duro".

Es por eso que este Bradley sabe lo que es llegar hasta el extremo para salir victorioso.

"En la pelea contra Ruslan aprendí que puedo soportar cualquier tipo de castigo para conseguir una victoria", confesó. "Mostré de lo que estoy hecho y hasta me sorprendí a mí mismo. Nunca quisiera hacerlo de nuevo, pero si lo tengo que hacer, lo haré. Soy un peleador y obviamente nadie quiere absorber ese tipo de castigo, pero si lo debo hacer, lo haré. Mi salud es lo más importante".
Esos dos triunfos solidificaron su récord profesional y le dieron validez a su carrera, pero una nueva victoria sobre el filipino le daría lo que más necesita: la reivindicación.

"El hecho de que la primera pelea no haya salido como esperaban, el hecho de que no recibí crédito, sentí como si hubiera perdido la pelea", dijo. "Esta pelea es la redención para mí, mi equipo y mis seguidores. Es muy importante para mí ganar esta pelea de gran manera. Si pierdo esta pelea, será como si hubiera perdido la primera también".

El denominado "Desert Storm" contó que Joel Díaz le hizo pasar por un campamento extremo.

"Estoy entrenando como una bestia", avisó. "Es la pelea más importante de mi carrera. Si estuviera económicamente estable esta sería [la última]. Me retiraría, pero quiero convertirme en una superestrella en este deporte".
El objetivo es simple: despejar todo tipo de dudas.

"No me preocupo por los jueces, para serte sincero, pero te diré que no llegará a los 12 rounds", remató. "No puede llegar a 12 rounds por todo lo que pasó en la primera pelea".

Para eso, Bradley prometió no darle respiro al Pacman.

"La clave fue básicamente seguir las instrucciones de mi esquina y nunca tomarme un round de descanso", dijo. "En la primera pelea Manny descansó en algunos rounds y sentí que no estaba peleando cada minuto de cada round como yo lo hice. Los jueces vieron eso y al final pude moverme y hacerlo errar y frustrarlo".

El oriundo de Cathedral City dijo en esta ocasión la experiencia adquirida en el pasado reciente le jugará a favor, y que su rival no sabrá qué estilo esperar.

"Tengo experiencia en peleas grandes y hemos trabajado con mi equipo sobre mi arte", observó. "Pasé el 2013 sin derrotas, con una pelea ante Ruslan Provodnikov en la que aprendí mucho de mí mismo. Le gané a uno de los mejores contragolpeadores como Márquez. Mi confianza está por el cielo y confío en mi habilidad porque le gané a dos estilos, uno de presión y uno de boxeo. Puedo hacer todo sobre el ring".

Bradley agregó que esta vez estará listo para la intensidad de Pacquiao.
"Ya estuve con él en el ring", recordó. "Sentí su poder, sentí su velocidad y sé que soy mucho más inteligente que él. Conozco sus tendencias".

El californiano es consciente que el triunfo debe ser contundente, y se mostró confiado de que su rival no lo lastimará.

"Si Manny Pacquiao no me pudo noquear con los dos pies lastimados, no va a poder noquearme con dos pies saludables", opinó. "No sucederá. Soy más inteligente, sabio que cuando peleamos en 2012".

Por lo contrario, el actual monarca de la Organización Mundial de Boxeo dijo que él sí puede enviarlo a la lona.

"Absolutamente lo puedo noquear", disparó. "No soy el más grande noquear pero tengo fe que puedo hacerlo. Creo que todo es posible si te lo propones y mi mente está fija en eso".