<
>

¿Podrán encausar Piratas a Vólquez?

Puede Edinson Vólquez regresar a su anterior forma? Los Piratas tienen $5 millones para que diga que sí puede. Kim Klement/USA TODAY Sports

Cuando la carrera de Francisco Liriano había tocado fondo, los Piratas de Pittsburgh le proporcionaron un refugio seguro para que trabajara y volviera a ser protagonista. Así que cuando el equipo comenzó la tarea de llenar su sitio en la rotación en diciembre, Liriano estuvo más que contento de devolver el favor y desempeñar el papel de reclutador en jefe.

A principios de la temporada baja, cuando Edinson Vólquez buscaba un hogar como agente libre, y los Piratas le ofrecían contrato por un año, él consultó a Liriano para que le diera informes. Los pitchers son buenos amigos y viven a 20 minutos de distancia uno del otro en San Cristóbal, República Dominicana, y Vólquez sabía que podía tener una opinión honesta de qué esperar.

"Me llamó y me preguntó cómo eran las cosas", recordó Liriano. "Y le dije, 'los coaches son geniales. Ellos te ayudarán para que salgas y te dejarán lanzar, te dejarán ser tú mismo'. Si él está dispuesto a aprender y mejorar, está en el sitio correcto".

Ahora que Vólquez tiene su contrato de un año y $5 millones, él intentará dejar atrás varias campañas decepcionantes en Cincinnati, San Diego y Los Ángeles, y un terrible entrenamiento primaveral, e intentará re establecerse como él mismo. La pregunta es: ¿Puede repetirse la historia?

Los Piratas tienen en el jardín central a Andrew McCutchen, Jugador Más Valioso vigente de la Liga Nacional, además de a Clint Hurdle, Mánager del Año, pero su mayor ventaja radica en su habilidad de tomar pitchers con problemas de lesiones, autoestima dañada y mecánicas inconsistentes, y transformarlos en colaboradores valiosos. Donde otros ven riesgo o causas perdidas, el gerente general Neal Huntington y su equipo de soporte ven oportunidades y "activos subestimados".

¿Los Piratas tienen un sistema planeado para corregir a Vólquez? Si la historia reciente es indicativo de algo, absolutamente. La gente en la oficina no son los únicos que tienen un interés emocional ligado a su éxito. Por lo pronto, Vólquez lució en casa durante su primera apertura del año, trabajando 5 entradas 2 tercios ante San Luis, donde permitió una carrera y tres imparables, con una base y cuatro ponches. Se fue sin decisión.

"No lo veo como un trabajo en proceso", dijo el abridor de los Piratas, Charlie Morton. "Lo veo como alguien que está en nuestro equipo. Es nuestro compañero y hará su trabajo, y espero que él tenga las mismas expectativas. Si no crees en tus compañeros, es mejor que te marches del vestidor".

Centro de Recuperación

Hace varios años, los ejecutivos de Pittsburgh comenzaron a reunirse al inicio de cada temporada baja, para identificar a pitchers que podrían ser candidatos a resurrección, reducir el número de candidatos, y comenzar a hacer llamadas para preguntar por antecedentes. Los Piratas no son distintos a otras organizaciones en ese aspecto, excepto que las limitaciones financieras de la organización hacen imperativo que encuentren joyas ocultas a un precio razonable.

Los scouts de los Piratas tienen la libertad de aportar sus observaciones, y los analistas aportan estadísticas durante el proceso. Muchas de esas estadísticas son ordinarias (splits ante zurdos/derechos, relación roletazos/elevados, efectos del parque de pelota, etc.), y cierta información es mucho más compleja, y exclusiva del equipo. "Analizamos cualquier cosa que ustedes puedan imaginarse y la sopesamos de manera acorde", señaló Huntington. El equipo de preparadores físicos, equipo médico y de "habilidades mentales" -- como los denomina Huntington --, desarrollan un rol. Pero el éxito en el método de Pittsburgh radica principalmente en que un grupo habilidoso de coaches tiene los dones para sacar lo mejor de cada pitcher. Ese grupo incluye al coach de pitcheo de Grandes Ligas Ray Searage y al coach de bullpen Eúclides Rojas, el asistente especial del gerente general Jim Benedict, el coordinador de pitcheo Scott Mitchell, el coach de pitcheo de la Liga de la Costa del Golfo Miguel Bonilla, el coach de pitcheo de Triple-A Tom Filer y todos los otros instructores a lo largo del sistema de Ligas Menores.

"No existe una respuesta única", dijo Huntington. "No se puede copiar. A veces, cuando tienes esa receta secreta, la cubres con los brazos y no la quieres compartir. Aquí, no existe receta secreta. Simplemente, un grupo de personas realmente talentosas que hacen cosas realmente buenas".

La lista de historias de éxito es impresionante:

Tras tocar fondo con record de 6-12 y efectividad de 5.34 con los Mellizos y Medias Blancas en 2012, Liriano se fue 16-8 y efectividad de 3.02 para emerger como el as del staff de Pittsburgh y ganarse la asignación en el Día de Apertura esta temporada.

Charlie Morton consiguió una efectividad espantosa de 7.57 en 17 aperturas, tras llegar a Pittsburgh procedente de Atlanta junto a Jeff Locke y Gorkys Hernández en un canje en 2009 por Nate McLouth. Pero los Piratas lo respaldaron y vieron suficiente progreso como para firmarlo a una extensión de contrato por tres años y $21 millones el pasado diciembre.

Locke, un zurdo elegante cuyo estatus de prospecto se había desvanecido en años recientes, llegó al Juego de Estrellas antes de volver a la tierra durante la segunda mitad de la temporada pasada.

A.J. Burnett promedió 9.8 ponches por cada nueve entradas el año pasado -- cifra más alta de su carrera -- con los Piratas, a los 36 años. Él dejó Pittsburgh para firmar un contrato de $16 millones con los Filis en febrero.

Las historias positivas también abundan en el bullpen, donde Jason Grilli, Mark Melancon, Vin Mazzaro y Jeanmar Gómez han logrado éxito más allá de lo que habían hecho en el pasado.

En la mayoría de los casos, los Piratas hacen sus trucos de magia con pequeños ajustes mecánicos en lugar de grandes modificaciones. Ellos incorporaron un pequeño giro de cadera similar al de Luis Tiant con Locke, modificaron uno o dos detalles en el windup de Liriano, y dejaron que Morton lanzara desde su ángulo natural de tres cuartos, para facilitar un envío más repetible.

A diferencia de algunos proyectos de recuperación de Pittsburgh, Vólquez lanzó a un nivel alto antes de que su carrera se desplomara abruptamente. Se fue 17-6 con efectividad de 3.21 y llegó al Juego de Estrellas cuando era novato con Cincinnati en 2008, antes de lesionarse el codo derecho. Mientras se rehabilitaba, él recibió una suspensión de 50 partidos por reprobar un examen antidopaje, que él clama se originó por el uso de un medicamento prohibido que le fue recetado por un médico en la República Dominicana.

Mientras muchos lanzadores brillan debido a la atmósfera amigable del Petco Park y el tutelaje del mánager Bud Black y el coach de pitcheo Darren Balsley, Vólquez perdió el rumbo con San Diego. Encabezó las Mayores con 105 pasaportes en 2012, y permitió 108 carreras limpias (cifra más alta de la Liga Nacional), mientras lanzaba para los Padres y Dodgers la temporada pasada.

Pero los Piratas vieron varios atributos que los convencieron de que Vólquez valía un contrato por un año y $5 millones. La velocidad de su recta se sostenía a 93.6 millas en 2012. El indujo roletazos el 47.6 por ciento del tiempo la temporada pasada, acorde a sus estadísticas previas en su carrera. Y a pesar de sus problemas en 2013, de todas formas logró un promedio más alto de swing-y-abanica (8.6 por ciento) que Jon Lester, C.J. Wilson y David Price.

¿Qué tan meticulosos son los Piratas con su investigación? Con ayuda del agente de Vólquez, Lenny Strelitz, Benedict rastreó video de Vólquez cuando tenía 16 años en la República Dominicana -- y más video de cada temporada subsecuente. Cuando los Piratas firmaron a Vólquez, se sentaron con él y le dieron un curso intensivo en video de conciencia de sí mismo.

Colocados lado a lado con el inmaculado video viejo, los nuevos clips eran reveladores. Los Piratas descubrieron que Vólquez había comenzado a apresurar su envío, y que lanzaba su recta más con su parte frontal que con su parte trasera. Entre más se apresuraba, más arrastraba su brazo derecho. "Eso es por intentar demasiado", dijo Searage. Y entre más gente escuchó, más perdió la visión de lo que lo había hecho exitoso desde un inicio.

"Quieres que un pitcher tenga su cuerpo bajo control, y un brazo rápido", dijo Searage. "Con él, era todo lo contrario. Tenía demasiadas especias y la sopa no sabía tan bien. Era más como una mezcla confusa".

En años recientes, los pupilos estrellas del pitcheo de Pittsburgh se han beneficiado de tiempo adicional en un campamento primaveral extendido para trabajar en los problemas. El año pasado, Liriano se quedó en Florida con Bonilla durante seis semanas mientras se rehabilitaba de una fractura en el brazo, lesión que había ocurrido cuando jugaba con sus niños durante la temporada baja. En 2012, Burnett pasó tres semanas adicionales en un entrenamiento primaveral extendido al sufrir una lesión en el ojo tras un mal intento de toque de pelota en la Liga de la Toronja.

En contraste, Vólquez entró a la guerra de inmediato. Los Piratas vieron suficientes fragmentos en el entrenamiento primaveral para pensar que en algún momento se encenderá la bombilla con alguna idea. Pero quizá se topará con algunas salidas complicadas en el camino.

"Hemos visto rectas de 94 millas en la orilla externa del plato, con movimiento", señaló Huntington. "Hemos visto impecables lanzamientos que rompen, y cambios de velocidad de swing-y-abanica. El reto es que él lo haga más consistentemente, no solamente de apertura a apertura, sino de inning a inning".

Se requiere trabajo colectivo

Searage, un ex pitcher de Grandes Ligas con Milwaukee y otros tres equipos en la década de los 80, emana una vibra como si fuera un vecino. Él es un tipo corpulento, con un bigote canoso y una actitud paternalista que de inmediato le da paz a los pitchers.

Él hace su mejor trabajo al aire libre y bajo el rayo del sol, predicando el mantra organizacional en la comodidad de la oficina del pitcher. En lugar de exhortar a los pitchers a que mantengan el contacto en la placa del montículo, Searage les dice que "ataquen la caja de bateo". Cuando ellos han llegado a su punto de transición en su envío, los exhortará a que se "mantengan por encima del hombro".

Atacar. Mantener. Los pitchers siguen escuchando las mismas frases día tras día, y eventualmente algo surte efecto.

La orden dominante de los Piratas puede ser sintetizada en unas cuantas viñetas. "Nuestra filosofía es conseguir strikes con el primer pitcheo, lanzar adentro, y obligar a que el bateador haga algo en tres lanzamientos o menos", dijo Searage. "También protegemos a nuestros compañeros y controlamos el corrido de bases".

Benedict, quien tiene historial en el scouteo y desarrollo de jugadores al igual que en funciones de coach, pasa mucho tiempo trabajando con los pitchers en la parte de la ecuación que involucra "mente y cuerpo". Él recibe un fuerte respaldo de Morton, quien carecía de confianza y tenía una reputación entre los scouts como alguien retraído (o peor aún, "suave") antes de que Benedict decidiera trabajar en su aspecto mental.

"Él realmente hace un gran trabajo en hacerte sentir que está bien ser tú mismo, contrario a alguien que intentará moldearte en algo que no eres", dijo Morton. "Las personalidades en el béisbol no lo intimidan. Él puede analizar minuciosamente a los individuos muy bien".

Los Piratas saben que no tendrán éxito con cada pitcher que pase por PNC Park. Erik Bedard pasó por ahí para una temporada para el olvido. Jonathan Sanchez y Scott Olsen tuvieron etapas breves y nada distinguidas en Pittsburgh, y Craig Hansen, afectado por problemas en el hombre, lanzó 22 innings como Pirata antes de ser puesto en libertad en 2011. A veces, las lesiones determinan la narrativa. Y en otras, como Huntington admite, "No encontramos el botón correcto para presionar".

Para el staff de Pittsburgh, no existe eso del experimento fallido Incluso los pitchers que no logran el objetivo aportan su retroalimentación, la cual puede ser transmitida de los coaches a Huntington y el resto de la oficina.

"No siempre se trata del Regreso del Año o del Cy Young", afirma Benedict. "Siempre hay valor en descubrir que, 'Esto no va a funcionar. Necesitamos hacer un lado el proyecto con este pelotero'".

Los Piratas nunca dudan a la hora de comprometerse en un nuevo proyecto. Collin Balester, un ex prospecto de los Nacionales que en el pasado se sometió a una cirugía Tommy John, pasará el verano trabajando con Benedict en las Menores. Al igual que Vance Worley, quien intenta recuperarse tras un paso desastroso por Minnesota. También vale la pena echarle un vistazo a Daniel Schlereth, una ex selección de primera ronda que abrirá la temporada con la sucursal Triple-A de Indianápolis. Los Piratas han bajado ligeramente el ángulo de su brazo, y Benedict dijo que él está trabajando para convertirse no tanto en un "hombre de fuerza en el brazo" sino en alguien del tipo "que lanza sinkers y hace que la pelota gire".

Vólquez, el proyecto actual con el club de Grandes Ligas, intentará solidificar los últimos sitios en la rotación, y ayudar a que los Piratas lleguen a una segunda postemporada consecutiva. Si él se tarda un poco en descifrar las cosas, no será por falta de esfuerzo.

"Él es muy abierto al respecto", dijo Searage. "Lo acepta, pero quiere hacerlo rápido, y eso no ocurrirá. Ahorita, él piensa en resultados y no en el proceso. Él debe apegarse al proceso".

Como puede atestiguar Francisco Liriano, el proceso es noble con aquellos pitchers que le tienen fe. Si Vólquez está dispuesto a aprender y mejorar, llegó al lugar indicado.