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Wondolowski sueña con el Mundial

Chris Wondolowski cierra los ojos y sueña. El delantero de 31 años de los San Jose Earthquakes y la selección de Estados Unidos cierra los ojos y sueña con estar en el Estadio das Dunas de la ciudad de Natal el 16 de junio. El himno estadounidense está sonando y él está allí, cantándolo junto a sus compañeros con la número 17 en su espalda, antes de enfrentarse a Ghana. Es su debut mundialista, la recompensa de un goleador tras años de nadar contra la corriente.

"Eso es lo que uno siempre espera poder lograr, lo que uno sueña, por lo que uno siempre trabaja. Eso es algo que uno siempre quiere conseguir, ayudar (al equipo) a vengarse. Ese será un partido importantísimo, ellos son una muy buena selección y va a ser muy difícil vencerlos", dijo Wondolowski.

Wondolowski habla de venganza porque él, al igual que 300 millones de estadounidenses, todavía tiene la espina clavada del 1-2 en Octavos de Final del Mundial 2010, cuando él estaba en el vestuario de los Earthquakes viendo cómo el ghanés Asamoah Gyan convertía el gol definitivo que sellaba la suerte de EE.UU. por televisión.

"Yo estaba en el vestuario viendo el partido durante la mañana antes de entrenar. Lo importante es tomar las cosas un partido a la vez y batallar con todo por 90 minutos. Nosotros podemos dar pelea y conseguir un buen resultado contra cualquier rival, especialmente jugando para (Jürgen) Klinsmann. Esa es nuestra estrategia, pero lo primordial es salir a la cancha y conseguir los tres puntos contra Ghana".

Ese tipo de determinación no es nada nuevo para Wondolowski, quién ha tenido al Mundial de Brasil 2014 entre ceja y ceja tanto como el arco contrario. El artillero californiano ha anotado 82 goles desde que terminó el Mundial 2010, más que Donovan, Dempsey, Altidore o cualquier otro jugador estadounidense dese ese entonces.

Claramente, Wondolowski es un soñador ambicioso, el jugador que llegó a ser ignorado por las universidades "grandes "de California y del país y se desempeñó en la anonimidad de la Universidad de Chico State, el que tuvo que pelearla y terminó siendo seleccionado por los Earthquakes en la última ronda del draft suplementario del 2005, detrás de varios jugadores que no terminarían jugando ni un minuto en la MLS.

La gente comenzaba a familiarizarse con este romperredes a medida que llegaba cada gol suyo, pero su momento consagratorio llegó el pasado miércoles 2 de abril, cuando Klinsmann lo puso como titular en el amistoso contra México y él no decepcionó, convirtiendo el gol que puede valerle un lugar en la lista de 23 convocados a la Copa del Mundo.

"Yo ví cómo Clint Dempsey le pasaba la pelota a Tony Beltrán (por la derecha) y yo iba a enfilar hacia el primer palo", dijo Wondolowski, autor de nueve goles en 19 partidos para Estados Unidos desde el 2011. "Pero cuando me di cuenta que Michael Bradley iba corriendo hacia allí yo simplemente empecé a retrasarme, y cuando vi que (Bradley) peinó la pelota yo me concentré en no dejar de correr y por suerte pude barrerme para empujar la pelota a la red".

Ese era el 2-0 que hacía enmudecer (o enloquecer) a todo el estadio de la Universidad de Phoenix en Arizona, el gol que le dio la razón a un Klinsmann orgulloso que habló con "Wondo" tras el partido.

"Él me dijo que hice un buen trabajo, que tuve un buen partido y que con suerte estaríamos en contacto en el futuro", dijo Wondolowski, quien también fue parte de la preparación especial del conjunto de las barras y las estrellas en Brasil durante el mes de enero, una experiencia que le permitió "familiarizarse con lo que pretende el cuerpo técnico". No es casualidad que él haya puesto a esas lecciones a buen uso tres meses después.

Wondolowski no se define solamente por lo que es como jugador dentro de la cancha, sino que también se dedica a ayudar a difundir el deporte entre la comunidad indoamericana de los Estados Unidos como embajador de la fundación N7 de Nike.

Wondolowski es descendiente de la tribu Kiowa y hasta tiene un nombre indio, Bau Daigh, el cual significa "Guerrero que Llega Desde el Otro Lado de la Colina". Él todavía se involucra en ceremonias de la tribu y su camiseta es exhibida en la sección indoamericana del Smithsonian, un verdadero orgullo para su pueblo.

"Es parte de quién soy, parte de mi vida, yo estoy orgulloso de ser indoamericano y, tú sabes, simplemente de tener esa herencia india con toda la historia que esta conlleva. Yo trabajo con programas como N7, el cual ayuda a chicos que no son tan afortunados".

Según Wondolowski, "la depresión y los suicidios son muy comunes allí (en la comunidad indoamericana), pero cuando estás jugando a un deporte y puedes contar con un equipo como respaldo eso te cambia la manera de pensar sobre la dinámica de tu vida. Yo creo que el deporte te puede ayudar a manejar otros aspectos de tu vida, y esa es una de las cosas que nosotros promovemos".

Hoy en día es muy común que los futbolistas profesionales se pasen más tiempo jugando con Messi y el Barcelona en los videojuegos que viendo al Barcelona de verdad por televisión, pero ese no es el caso de Wondolowski. A él le encanta ver futbol y le gusta emular a dos estrellas del futbol europeo en particular: Wayne Rooney, el delantero inglés del Manchester United, y Carlos Tevez, goleador de la Juventus, ya que "ellos dos son habilidosos pero juegan como bulldogs. Corren, juegan y pelean duro por cada pelota".

Cuando se trata de su propio futuro, Wondolowski todavía no pierde la esperanza de emigrar al futbol europeo algún día y dice que, a pesar de que sigue de cerca al futbol inglés, al italiano, al español y al alemán por TV, la liga que le caería como anillo al dedo por su estilo de juego sería la holandesa. Teléfono, Ajax.

"Yo siempre intento mantenerme atento. Estoy muy contento en donde estoy actualmente y entusiasmado por jugar en el nuevo estadio (de los Earthquakes) el año que viene, pero sí me gustaría poder jugar en Europa si se presenta la oportunidad de hacerlo. Es algo que yo creo que podría hacer bien. Yo siempre voy a estar dispuesto a escuchar si llegara a haber alguna oferta".

Antes de despedirse, Wondolowski debía terminar la siguiente oración: "El 16 de junio, me veo en…"

Wondolowski no dudó. "Me veo en Brasil. Ese siempre será mi objetivo y creo que lo puedo conseguir si sigo trabajando duro".

Con goleadores como él, quizás el "Grupo de la Muerte" no terminará siendo tan letal como muchos creen para Estados Unidos después de todo.

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