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Barcelona y Messi se reconciliarían

BARCELONA -- Messi no se plantea dejar el Barcelona ni el Barcelona se entiende sin Messi. Condenados a entenderse por lo que su figura significa, el divorcio entre el futbolista y los dirigentes del club, sin embargo, es a cada día que pasa más evidente y la catarata de noticias que se escupen continuamente no hacen más que enrevesar una situación que se demuestra ya explosiva.

"Leo no se quiere marchar del Barça. Es tan fácil como eso", resumió una fuente cercana al futbolista argentino, sin querer detallar nada pero mostrando especial interés en dejar claro que desde el entorno del '10' nadie ha dado paso alguno en este sentido. Y el club? Ese es otro cantar.

ESPN detalló el pasado jueves todo lo sucedido alrededor de la Pulga este último año para entender el depresivo presente que le acompaña y que deportivamente ha arrastrado al equipo de Gerardo Martino a un callejón sin salida. Pero en el universo azulgrana lo que ocupa y preocupa es el futuro inmediato y saber qué camino tomará la relación entre la estrella azulgrana y la directiva encabezada por Josep María Bartomeu.

"Leo ni está en el mercado ni el club ha pensado en ningún momento traspasarle", afirmó un portavoz autorizado del Barça, rechazando de plano la información ofrecida por TV-3 respecto a que Messi sospecha que todo el desgaste está encaminado a que sea el jugador quien dé el paso para forzar su salida.

Desde el entorno del argentino se mantiene silencio pero igualmente se contempla con incomodidad la continuación de noticias que van apareciendo para minar el ambiente. La aparición de los nombres de PSG o Manchester City, otra vez, disgustan por cuanto se entiende que se da una imagen distorsionada del jugador, más ocupado en asuntos contractuales que deportivos. Y más en este difícil momento por el que se atraviesa en el Camp Nou.

Hace meses que Messi se siente ninguneado por el club. Si en su momento el entorno del futbolista acogió con disgusto las cifras que se descubrieron en el contrato de Neymar, el paso de los meses no ha servido para reconducir la situación. Sería simplista decir que al '10' le enfureció descubrir que el brasileño ganaba, gana, más dinero que él.

La realidad, tanto en su caso como en otros del vestuario, es que se entendió que el club no había actuado correctamente y que había roto los códigos de la plantilla al considerar a un recién llegado por encima de jugadores que lo habían ganado todo con el Barça. Con Messi a la cabeza, claro.

En los últimos meses se fueron adecuando las cosas. Pero no todas, porque el caso principal, el de la Pulga, siguió enquistado y alrededor de él los mensajes interesados se fueron, se han ido repitiendo desde todos los ángulos.

Ahora, llegados a un punto que se antoja definitivo, la prioridad absoluta en el Barça pasa por planificar el futuro deportivo con Leo en el centro de la escena. Y para ello se entiende primordial cerrar todas las heridas con una simple foto: la del argentino estrechando la mano del presidente como imagen del acuerdo definitivo de su nuevo contrato. No se contempla tan fácil, pero sí necesario.

Desde el club se afirma que las negociaciones van por buen camino y se filtra que el acuerdo está próximo. En el entorno se sospecha que no es así y de acuerdo con fuentes próximas a los allegados al futbolista se da a entender que aunque el Barça se acerca a las posiciones iniciales exigidas por sus asesores, el club va incluyendo alternativas difíciles de entender y más aún de aceptar.

A la espera de la llegada a Barcelona de Jorge Messi, la pasada semana se produjo una reunión al más alto nivel en la que Javier Faus, Toni Freixa y Raúl Sanllehí trasladaron al abogado de la familia del argentino, Cristóbal Martell, una nueva propuesta en la que se incluían diversas opciones de patrocinio compartido que fue rechazada de pleno por éste, por cuanto perjudicarían sus intereses personales.

A la vez, y para enfado de los asesores de Leo, algunos puntos que se daban por supuestos en el contrato habían desaparecido y en esta situación no es difícil comprender el disgusto del jugador, cansado como está ante una situación que escapa a su entendimiento.

"Rosell dijo en diciembre que en dos meses estaría todo arreglado. A finales de febrero lo repitió Bartomeu. Acabando abril todo está igual", apuntó fríamente una persona próxima a los asesores de Messi, quien admitió que el hartazgo empieza a ser real entre los familiares del '10', empezando por su padre Jorge, quien no entiende la razón por la cual desde la directiva se alarga el conflicto.

Una vez quedó claro que los derechos de imagen que pretendía incluir el club en el nuevo contrato estaban fuera de discusión, la fiscalidad se catapultó como nuevo punto de fricción, sumándose a la diferencia primordial: los Messi pretenden dar más peso al fijo del salario mientras la directiva insiste en rebajar al máximo esa cantidad para aumentar los bonus. Y entre una cosa y otra el conflicto sigue sin acabar.