Bruno Altieri 10y

Inteligencia y mesura

Cinco puntos arriba con 18.1 segundos por jugar. Kevin Durant recibe el balón en una esquina, tan atrapado que ni siquiera la cámara oficial puede tomarlo como corresponde. Marc Gasol llega con el último suspiro al lanzamiento, pero, como sucede a menudo, ya es tarde.

Demasiado tarde.

Durant siente el contacto, se echa hacia atrás y lanza el triple. Un lanzamiento de otro partido. De otro planeta. El mundo que habían dibujado los Grizzlies para igualar la serie parece desvanecerse. Mike Conley anota 1-2 libres en la jugada siguiente y Kendrick Perkins (¡Sí, Perkins!), en el epílogo, envía el partido a tiempo extra.

Cuesta tanto trabajo clavarle la estocada al Thunder...

Sin embargo, Memphis lo hizo. "Tuvimos que frenar la tormenta manteniéndonos juntos, sin caernos", dijo Tony Allen al cierre del encuentro a AP.

Psicologicamente, una derrota así podría haber significado el final de la serie para Memphis. Una victoria de este tipo, ante la adversidad más grande que propone este juego (llámese, la dinámica de lo imprevisto) también puede significar algo importante, siendo el resultado diametralmente opuesto.

A saber: el Thunder no perdía en su estadio desde el pasado 16 de marzo.

"Fue un partido tremendo", confesó Dave Joerger, coach de Grizzlies a AP. "Honestamente, puedo decir eso. Más allá de la victoria o la derrota. Entiendo que ganamos, pero fue un inmenso partido para formar parte. El juego nunca estuvo terminado. Hubo muchísimas jugadas fantásticas. Un partido netamente de playoffs".

No es fácil vencer a Oklahoma City en su propio feudo. Por lo tanto, más allá de lo que significa un triunfo de esta magnitud, hay que hacer eje en cómo lo hizo. Una forma de entender, punto por punto, lo que puede venir para esta serie.

Limitar el juego en transición del Thunder. Sí, para comprender cualquier triunfo a manos de Memphis, debemos enfocar en la defensa. Ayer vimos la competencia entre un ajedrecista y un atleta de elite. La ralentización de las ofensivas de los Grizzlies, a manos de Mike Conley y Beno Udrih, combinadas con el buen balance defensivo grupal, le dieron a Joerger un ingrediente clave en la receta del triunfo. En el Juego 1, el Thunder anotó 32 puntos de contraataque. En el Juego 2, sólo 16. Las pérdidas de balón, aquí, cobran un valor fundamental; incluyendo el tiempo extra, el conjunto de Joerger sólo sufrió nueve.

La defensa de Tony Allen sobre Kevin Durant. El alero del Thunder anotó 36 puntos y bajó 11 rebotes. ¿Cómo pueden decir que alguien lo defendió como corresponde? Simple, estamos hablando de un jugador que no pertenece a este planeta. Es sobrenatural el trabajo de Durant, por lo que defenderlo bien es, al menos, limitarlo. Señala ESPN Stats que el astro de OKC promedia 36% en tiros de campo ante la marca de Allen y 56% contra cualquier otro defensor. No es sólo lo que los números fríos indican en la planilla sino lo que genera en el resto de los hombres del Thunder. Allen es una estampilla molesta, un perro de presa insoportable.

Las rotaciones defensivas en las arremetidas del Thunder. Contar con un valor como Marc Gasol en la pintura es un aliciente para los Grizzlies. Las ayudas cerca del aro son siempre precisas y, más allá del talento maravilloso de los perimetrales del Thunder, conseguir una diferencia se hace mucho más difícil cuando el centro español aguarda a sus víctimas con los brazos extendidos. Consideremos, también, la inteligencia defensiva de jugadores perimetrales como Tayshaun Prince y Courtney Lee. Luego, por supuesto, está Allen. Cuando Memphis se dedica a defender es uno de los mejores equipos de la NBA.

Ofensivas de mucho movimiento de balón. Los Grizzlies trabajaron cada ataque con la paciencia de un relojero. El baile lento de Memphis contrastó con el shock eléctrico que propone el Thunder. La disminución del ritmo en las ofensivas, por momentos, desesperó a los jugadores de Oklahoma City, principalmente a Russell Westbrook, quien sufrió atropellos innecesarios en el otro costado. Entender la velocidad de un partido es fundamental. Manejar el tempo de las acciones permite marcar diferencias en el momento indicado para no estrellarse en la primera curva. Mérito de todos los jugadores, que mostraron una gran disciplina para mantener su cometido.

Poner el balón en la pintura como primera opción. Vimos una gran cantidad de puntos de Conley y Udrih, pero esto fue lo que Scott Brooks permitió para evitar que el balón llegue con facilidad al dúo de gigantes compuesto por Gasol y Zach Randolph. Cuando la pelota ingresa en la llave, son puntos o descargas para tiradores abiertos. Los hombres grandes de Memphis componen la dupla frontal más importante de la NBA, tanto por su habilidad para anotar como por la inteligencia para pasar el balón. Los Grizzlies tuvieron, en el Juego 2, una eficiencia ofensiva de 119.2, su quinta mejor en la temporada. Nos indica ESPN Stats que Memphis tiene un récord de 13-0 cuando supera los 115. ¿Cómo lo consiguieron? Anotando puntos en lugares de máxima efectividad: 56 puntos en la pintura (28-57 en TC, 66% de efectividad). El Thunder, en esta área, tiró 20 tiros menos (18-37, 40% de efectividad).

La concentración en su máxima expresión. El tiro sobrenatural de Durant, con el partido casi definido, fue un golpe difícil de asimilar para los Grizzlies. El empate a manos de -ejem, Perkins- pareció ser una puñalada a las esperanzas. Sin embargo, con todo en contra -incluyendo la salida por seis faltas de Gasol- los Grizzlies salieron adelante. Randolph cargó con el equipo con ocho puntos en el tiempo extra, pero más allá de cualquier producción individual el plan de juego fue perfecto. Todo pasó por la disciplina para llevarlo a cabo, aprovechando siempre las oportunidades que el juego presentó. Quizás el símbolo de este apartado haya sido Mike Miller. Como diría el célebre Álvaro Martín, sangre fría corre por sus venas.

RUMBO AL TERCER JUEGO
Los Grizzlies cortaron una racha de cinco derrotas en fila en playoffs (la primera ante el Thunder en esta postemporada, las cuatro consecutivas en la anterior ante los Spurs) y enfocan con optimismo el regreso a Memphis.

"Erramos algunos tiros que podíamos convertir", dijo Scott Brooks, coach de Oklahoma City, a AP. "Denle algo de crédito a ellos. Hicieron un gran trabajo defendiendo, no nos sentimos libres. Creo que en el segundo tiempo, nuestro juego sin balón y nuestra ofensiva nos dio una chance. Lamentablemente, fallamos en un par de jugadas clave en el cierre".

Con este triunfo de Grizzlies, apoyado en la inteligencia y la mesura, la eliminatoria está de pie. ¿Podrá Durant y compañía quebrar el orden establecido fuera de casa para devolver la ventaja hacia el costado más poderoso? Todo pasará por el enfoque, el ritmo y la capacidad para sobreponerse a la adversidad.

Memphis ya demostró que tiene lo necesario. Será reacción o confirmación.

Hasta el próximo capítulo.

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