Maximiliano de Mingo 10y

Maxime Chalon: "Aquí el público se mostró mucho más respetuoso"

BUENOS AIRES -- La versión 2014 del Nacional de Clubes sigue sumando particularidades: en dos encuentros de las fechas 5 y 6, hubo referees franceses. ¿Por qué dirigieron jueces de otra nacionalidad? Se trató de un intercambio acordado por las federaciones de ambos países, por el cual Juan Silvestre y Federico Anselmi viajaron al viejo continente, y Thomas Charabas y Maxime Chalon dirigieron en el torneo organizado por la UAR.

Chalon, de 35 años, dirige en la segunda división de su país -el PRO D2-, pero además, es árbitro internacional en torneos femeninos, menores de 19 años y giras mundiales de Seven. El último sábado impartió justicia en el encuentro entre Tala y Newman, y previo a volverse a su país, dialogó en exclusiva con Scrum: "Fue una gran experiencia y creo que deberíamos hacerla más seguido", reflexionó el francés.

-¿Qué significó para vos dirigir en Argentina?

-Creo que fue una gran experiencia porque pudimos descubrir un nuevo rugby. Si bien el juego es universal, cada país lo juega diferente. El campeonato en Argentina está en un muy buen nivel, es muy fuerte y no se juega tan cerrado como en Francia.

-¿Sentís que hay mucha diferencia respecto al PRO D2?

-La diferencia es que allá son profesionales, por lo cual el nivel es un poco más alto, pero no creo que sea un gran cambio, de hecho están casi igualados. Sí me parece que acá se practica un juego más abierto.

Maxime Chalon aprovechó sus días para conocer el centro porteño. Durante su estadía visitó la Avenida 9 de Julio y quedó impresionado con el Teatro Colón. Pero más allá de sus actividades como turista, dejó una reflexión que sirve de orgullo y que en general es un pedido constante por parte de las federaciones: el comportamiento de jugadores y espectadores.

-¿Cómo fue tu experiencia respecto al respeto de los jugadores argentinos hacia el árbitro?

-Creo que aquí se respeta más que en el PRO D2. Los jugadores argentinos no hablan tanto con el réferi. Pero la gran diferencia entre los dos países es que aquí el público se mostró mucho más respetuoso que allá.

Una experiencia alentadora para los jueces y una reflexión que sirve de motivación para seguir por el camino del respeto que el rugby tanto alienta.

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