Michael Wilbon 10y

Se busca un anotador en el 'clutch'

CHICAGO -- Son los 12 minutos que deberían impulsar a los directivos de los Bulls a la acción extrema en una temporada baja que llegará antes de lo que cualquiera de ellos hubiera esperado.

Doce minutos, cuatro conversiones. Doce minutos de lanzamientos errados, pérdidas de balón, violaciones de 24 segundos, confusión, ineptitud y, por último, un tiro libre errado.

Doce minutos, el equivalente a un segmento completo de básquetbol, y todo lo que los Bulls consiguieron, jugando en casa, fue una fuerte carga al aro de Joakim Noah, un tiro en salto de Kirk Hinrich, una clavada de Taj Gibson que al parecer sacudió todas las partes del aro, y una bandeja de Noah.

Ocho minutos sin una sola conversión de los Chicago Bulls, 12 minutos sin más que cuatro. Es el ejemplo a seguir de cómo arruinar una ventaja de 10 puntos hacia la mitad del último cuarto del Juego 2, apenas 48 horas después de haber desperdiciado una ventaja de 13 puntos al final del tercer cuarto del Juego 1.

Si conquistar a Carmelo Anthony no es el primer ítem en la lista de prioridades de los Bulls, uno se preguntaría, ¿por qué diablos no? Agentes libres, intercambios, picks de draft, jugadores guardados en Europa -- todas las opciones deberían ser exploradas exhaustivamente para evitar otra temporada de esto. En dos partidos seguidos jugando en casa, los Bulls no lograron convertir cuando lo necesitaban, y ahora están a medio camino del verano.

Los Wizards sabían en sus corazones que esto iba a suceder cuando hicieron un empujón final desde el séptimo al quinto lugar en los últimos días de la temporada para perseguir un enfrentamiento de primera ronda con los Bulls. Sabían que podían sofocar a D.J. Augustin defensivamente con Trevor Ariza. Sabían que dos de los jugadores ofensivos más pulidos de los Bulls, Carlos Boozer y Mike Dunleavy, por lo general van a la banca en el último cuarto debido a sus deficiencias defensivas. Los Wizards sabían que los Bulls pasan rutinariamente seis minutos, ocho minutos, 10 minutos sin ser capaces de anotar.

Puedes defender y pelear hasta el infinito, y los Bulls hacen eso tan bien como cualquier otro equipo de la NBA, o incluso mejor que la mayoría. Están bien entrenados y disciplinados. Pero siguen siendo sólo dos tercios de un equipo, limitados y deficientes cuando tienen que jugar ante un oponente con un plantel completo. Vamos, nadie dice que los Bulls no extrañan a Luol Deng.

Con una marca 87-77 y 6:58 restantes en el último cuarto, un equipo con una ofensiva competente debería oler una serie empatada con una victoria para cada plantel. Pero Gibson, que tuvo un record de carrera en playoffs de 22 puntos desde la banca, falló desde corta distancia. Y Noah, quien encestó ocho de 14 en total, erró. Luego, Noah cometió una falta ofensiva tratando de avanzar y patear. Gibson cometió una falta ofensiva intentando un traspaso a Augustin.

Se podía sentir que se les estaba escapando, los Bulls cayeron en uno de esos tramos prolongados donde parece que el oponente está en medio de una potente jugada. Augustin erró un triple y luego otro tiro. Noah cometió un tremendo volumen de pérdidas de balón. Hinrich falló un largo tiro de dos puntos y luego otro tiro en salto. Creo que ya se pueden dar una idea. Sólo estaban esperando que el balón entrarse en el aro. Cualquier manera en la que un equipo puede arruinar una posesión ofensiva, los Bulls ya lo habían hecho.

Veamos, Noah es un Jugador Defensivo del Año muy digno. Pero todavía tiene que jugar al lado de una verdadera estrella ofensiva -- un jugador que sea capaz de convertir por sí mismo por aquí, hacer tiros libres por allá y hacer las jugadas que impiden que un equipo no pueda encestar nada por ocho minutos en el último cuarto y el tiempo extra en su propia cancha durante un partido de playoffs.

Los Bulls, con Derrick Rose lesionado, no han tenido eso desde hace tiempo. Ellos no tienen un solo jugador que pueda comandar una doble marca a fin de abrir la cancha para un compañero de equipo.

Augustin fue un descubrimiento maravilloso a principio de la temporada regular. No había manera, sobre todo después del cambio de Deng, de que los Bulls ganasen 48 juegos y terminasen en el cuarto lugar en la Conferencia Este sin él. Pero en los playoffs, los escoltas tan pequeños como Augustin, quien mide 6 pies, tienen que ser un talento excepcional. Con un Ariza de 6'8 pies sobre él, Augustin no anotó en los últimos 13 minutos. Comenzó encestando 8-de-14, pero terminó convirtiendo 2-de-8, y dijo después: "Simplemente son un buen equipo defensivo".

Los Wizards son buenos en la defensiva. Buenos, pero no tan buenos como para que los Bulls pasen ocho minutos sin anotar. Los Wizards se ubican en el puesto 10 entre los 30 equipos de la NBA en eficiencia defensiva. Han aprendido, a medida que avanzó la temporada, a detener a sus oponentes al final de los partidos.

"Los últimos dos años, hemos estado entre los primeros en las dos principales categorías defensivas", dijo el entrenador de los Wizards, Randy Wittman. "Este equipo tiene fe, y soy un entrenador de la vieja escuela. Vengo de Bobby Knight.

Había que jugar a la defensiva. Sigo pensando que el juego defensivo es el que logra las victorias en esta etapa".

Es así. Pero Wittman también tiene una alineación que cuenta con cinco jugadores ofensivos plenamente capaces, que son una amenaza al anotar, más tres jugadores que pueden entrar desde la banca (Trevor Booker, Martell Webster y Andre Miller, quienes combinaron para encestar 10-de-15) y hacer que la ofensiva avance mientras que los titulares descansan. Esos tres Wizards de reserva han encestado más que los titulares de los Bulls, Boozer y Jimmy Butler.

Quita las cuatro conversiones de ocho intentos desde la línea de tres puntos de Augustin y los Bulls quedaron 1-de-9 desde el arco. Esa no es una ofensiva de un equipo contendiente; John Paxson y Gar Forman tienen que abordar radicalmente esa falla esta temporada baja, que podría comenzar tan pronto como el lunes.

Los Wizards están empezando, en el momento justo, a descifrar cómo manejarse en estas instancias. Bradley Beal jugó mucho mejor en el Juego 2 de lo que lo hizo el domingo, en el Juego 1. Wall se estancó un poco; quedando 0-de-5 en el segundo tiempo y en el tiempo extra después de encestar seis de sus 10 disparos antes del descanso. Pero él calcula que estará en modo de ataque completo cuando jueguen de vuelta en casa en Washington, el viernes por la noche.

Los equipos jóvenes tienen una manera de sentir presión cuando se enfrentan por primera vez con las expectativas y los elogios, pero los Wizards también tienen el incentivo de saber que el premio por acabar con los Bulls es una fecha probable con los Indiana Pacers, que todavía tienen un montón de tiempo para volver a caer en una mala racha durante su serie de primera ronda ante Atlanta.

Los Bulls, al parecer, están atascados. Duplicaron ante los Wizards en puntos-en-la-pintura por 44-22. Los Bulls sumaron una ventaja de 18-10 en puntos de segunda oportunidad en el Juego 2. Los 25 puntos de Augustin quedaron a nueve de su record anterior en playoffs. Noah recuperó su forma con 20 puntos y 12 rebotes. Y Gibson ayudó a dirigir la remontada del segundo cuarto y terminó con 22 y 10.

Sin embargo, los Bulls perdieron otra vez. En casa. Nadie cree que los Wizards puedan fallar 12 de sus primeros 24 tiros de nuevo en D.C. el viernes por la noche o el domingo por la tarde, como lo hicieron en el Juego 2. Wall y Beal están aprendiendo poco a poco lo que se necesita para sobrevivir a estas guerras de playoffs.

Los Bulls, más que nada, han recibido un recordatorio sobre lo que no pueden hacer nada al respecto: su ofensiva. Butler jugó los 53 minutos, y Noah acumuló 46; Dunleavy y Boozer no se han sumado en el último cuarto. Necesitan puntos y saben que no tienen un lugar donde acudir para sumarlos. Lo peor de todo para los Bulls es que los Wizards también saben esto.

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