Jordi Blanco
Corrresponsal
10y

¿Leo Messi al Real Madrid? Imposible

BARCELONA.- ¿Messi al Real Madrid? Imposible. Leo es barcelonista 'de cuna'. Criado futbolísticamente en el Camp Nou, imaginarlo con el 'enemigo' suena utópico por muchos problemas que pueda atravesar su relación con la dirigencia del club. Y, sin embargo, las palabras, las advertencias, de Hugo Sánchez provocan sudores fríos entre la hinchada azulgrana. ¿Por qué? Porque ya sufrieron en el pasado diversos capítulos de este tipo. Trasvases imposibles que acabaron siendo realidad.

"Me voy porque no le aguantó más". Son palabras de Michael Laudrup, dos días después de perder el Barça la final de la Champions en Atenas, en mayo de 1994 y dirigidas a Johan Cruyff, su entrenador. En una atestada sala de prensa, en el Camp Nou, el genial delantero danés se despedía así del FC Barcelona... Para presentarse poco después en el Bernabéu con la camiseta del Real Madrid.

El barcelonismo recibió aquella decisión de Laudrup como una puñalada y la pancarta que colgó siempre en la grada del Camp Nou con la leyenda 'Enjoy Laudrup' desapareció, siendo conocido desde entonces como 'Judas'. No fue el primero... Ni tampoco el último.

La rivalidad entre Barça y Real Madrid, mayúscula, salpica a cualquier futbolista que se atreve a cambiar de club. Muchos más han sido lo que han abandonado la capital catalana con destino al Madrid y todos ellos, perdonados o no con el paso de los años, han dejado un poso de amargura entre la hinchada azulgrana.

BOSTON-BARCELONA
La relación entre los dos gigantes del fútbol español podría equipararse a la que en Estados Unidos protagonizan los Medias Rojas de Boston y los Yankees de Nueva York y así puede comprenderse desde la capital de Massachusetts lo que se sintió en Barcelona cuando Luis Figo en el verano del año 2000 renegó de su propio juramento para marcharse al enemigo.

Debió ser lo mismo que los fans de los Medias Rojas sufrieron cuando en 2005 Johny Damon abandonó Boston con destino a Nueva York.

En la novela Boston-Nueva York hasta una maldición cayó en los Medias Rojas cuando dejaron ir a Babe Ruth a los Mulos de Manhattan.

O la traición con que acogieron el fichaje de Roger Clemens en 1999, un jugador que sentían como propio y que tras un año en Toronto desembarcó en los Yankees despreciando al equipo de su vida.

Eso hizo Figo. O eso sintieron los hinchas del Barcelona. Amado, idolatrado y siendo considerado un culé más, íntimo amigo de Pep Guardiola, firmó un precontrato con el entonces candidato a la presidencia del Real Madrid, Florentino Pérez, comprometiéndose a fichar por el club merengue si este ganaba las elecciones. Lo hizo, pagó los 60 millones de euros que costaba su libertad y lo arrancó del corazón de los barcelonistas para convertirlo en su primer 'Galáctico'.

La herida de Luis Figo, de hecho, sigue sin cerrarse en Barcelona por cuanto apenas dos días antes de su fichaje seguía proclamando su incondicional amor por el Barça. Quedó atrapado por la firma de su representante y es sabido que se marchó a su pesar... Pero con el paso del tiempo olvidó su cariño azulgrana y nunca ha dejado escapar la ocasión para dar a manifestarse mucho más madridista. Y eso no se le perdona.

Diez años antes que Figo había tomado ese mismo camino el primer canterano que convirtió en ídolo Johan Cruyff. Fue Luis Milla, en 1990 y al cabo de dos temporadas llevando la manija del fútbol azulgrana. Pidió un aumento de sueldo, el entrenador lo consideró desmesurado, le ofreció el Real Madrid el doble de salario... Y aceptó sin pestañear.

El club merengue pagó su cláusula de rescisión (1.8 millones de euros) y Milla desapareció del Camp Nou. Nadie le echó de menos... Y es que su puesto lo cubrió Cruyff con un jovenzuelo flaco y desgarbado que se llamaba Pep Guardiola.

Milla fue el primer canterano ilustre de una lista que cierra, por ahora, Albert Celades, quien como en el caso de Roger Clemens, pasó por otro club antes de consumar su 'traición'. A Celades, quien jugó con los Red Bulls de Nueva York en 2009, le catapultó desde la cantera azulgrana Johan Cruyff en 1995 y en 1999 se marchó al Celta... Para desembarcar un año después, a la vez que Figo, en el Real Madrid, al que perteneció los siguientes tres años con discreto rendimiento.

LUIS ENRIQUE Y EL NIBELUNGO
Esta larga, y dolorosa lista, apenas tiene un nombre con el camino inverso. El protagonista fue Luis Enrique. El asturiano, canterano del Sporting, fichó con apenas 20 años por el Real Madrid en el verano de 1990. Futbolista de mucho carácter se ganó a la hinchada del Bernabéu y fue, como en el caso de Figo, odiado por los aficionados del gran rival.

Hasta que al acabar su contrato en 1996 sorprendió no aceptando la renovación y fichando por el enemigo. Luis Enrique, hoy entrenador del Celta y cuyo nombre se relaciona como posible sustituto de Gerardo Martino en el banquillo del Camp Nou, jugó con el Barça ocho temporadas, llegó a ser capitán y se convirtió en un ídolo para la misma hinchada que tanto le había odiado.

Puede considerarse el único de todos los 'traidores' a la causa que cambió el Real Madrid por el Barcelona en la era moderna del fútbol. Y en una relación que comenzó en 1988 Bernd Schuster, el 'Nibelungo', el alemán acaso más amado por la afición del FC Barcelona desde que llegó en noviembre de 1980 y que tras una serie de desencuentros con la directiva del club azulgrana se marchó al gran rival.

Jugadores, todos ellos, con una historia propia y que en mayor o menor medida siguen con esa consideración para unas aficiones que no olvidan lo que hicieron. Es lo que tiene esa rivalidad mayúscula que en las últimas décadas les puso en el ojo del huracán. Nada que ver con los albores del siglo pasado.

Porque en Boston nadie debe tener marcado el nombre de Babe Ruth, el genial jardinero que en 1919 abandonó los Medias Rojas por los Yankees, obligado eso sí por el propietario del club, Harry Frazee, quien financió con los 100 mil dólares que recibió de su traspaso... una obra de teatro.

En el Barça ocurrió algo similar, no tan cómico, en 1933, cuando el Barça permitió a su ídolo Pep Samitier marcharse al Real Madrid, porque no le podía pagar lo que éste demandaba.

Claro que nadie en aquel entonces le consideró un 'traidor' en la medida que con el paso de las décadas adquieron esos otros nombres míticos.

¿Messi al Madrid? Es imposible. O eso es lo que parece.

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