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Dallas aprendió la lección

DALLAS -- Por momentos, los Dallas Mavericks parecieron haber aprendido la lección o las dolorosas cátedras recibidas por parte de los San Antonio Spurs.

Los Mavericks jugaron defensiva en todos los sectores de la duela; dispararon al aro menos forzados, cuidaron el balón, provocaron errores del rival y al final aplastaron a los Spurs 113-92.

Por fin vieron la luz frente a un equipo que los había derrotado 10 veces consecutivas, incluidas cinco esta temporada; la quinta la más reciente y dolorosa, apenas el domingo cuando Dallas estaba arriba por 10 puntos y menos de ocho minutos por disputarse.

Ahora, los Mavericks volverán a casa con la serie de primera ronda de postemporada igualada a un triunfo por bando y todavía con la esperanza de convertirse en el sexto equipo sembrado octavo en una conferencia que elimina al mejor.

Pero para eso falta mucho, al menos otros tres partidos de los que dos se disputarán en el American Airlines Center del centro de Dallas, donde los Mavericks de nueva cuenta deberán jugar de manera casi perfecta para aspirar a otro triunfo.

Igual como hicieron este miércoles, cuando a la defensiva arrebataron 22 balones a los Spurs, que en la temporada regular promediaron 14.4 bolas perdidas por partido.

Los Mavericks en cambio, apenas soltaron siete balones, incluidos cuatro cuando el partido estaba decidido por completo.

Abajo del tablero, limitaron mucho más a los Spurs que en el primer partido; los rebotes ofensivos de Dallas fueron 14 contra sólo nueve de los anfitriones.

Y de no ser por Manú Ginóbili, la paliza sobre los Spurs hubiera sido de mayor escandalo.

El argentino anotó 27 puntos en 23 minutos de juego y junto a los otros dos estrellas de San Antonio, Tim Duncan y Tony Parker, fueron los únicos que estuvieron en doble dígitos ofensivos para su equipo.

Pero la defensa de Dallas sólo permitió 12 puntos a Parker y 11 a Duncan, quien había anotado 27 unidades en la victoria casi milagrosa de los Spurs en el primero de la serie.

Es cierto que San Antonio estuvo para el olvido en casi todos sus departamentos. Ni siquiera aprovecharon los regalos de los Mavericks.

Por ejemplo, anotar menos de 63 por ciento de sus disparos desde la línea de falta es vergonzoso para cualquier equipo de la NBA; más si se trata de los Spurs que son los campeones reinantes del Oeste y pusieron la mejor marca de toda la liga en la reciente temporada regular.

"Hicimos cosas que los sacaron de su zona de confort", dijo a la prensa en San Antonio el guardia español de los Mavericks, José Calderón. "Los estamos sacando de ritmo y estamos cuidando el balón".

Esta vez, Calderón, el jugador de Dallas que estuvo más en boca de todos después de la derrota del domingo apareció; tardó en aparecer pero ahí estuvo.

El movedor de bola español de los Mavericks se recuperó de otra primera mitad de pesadilla el miércoles para anotar 12 puntos en el tercer periodo, apenas después de que minutos antes del descanso, los Spurs habían achicado una desventaja de 16 puntos a cinco con una corrida de 10-0 cuando de nuevo parecía que los Mavericks no podían anotar ni por milagro.

Después de fallar sus primeros cuatro disparos, Calderón anotó tres canastas consecutivas, incluida una de tres puntos que enfrío de nuevo a todos San Antonio. Al final totalizó 12 puntos y cinco asistencias.

Comenzó a distribuir el juego con una mayor auto confianza tan evidente como fue su gran temporada regular.
"Mi mensaje para él fue sólo que siguiera agresivo e hiciea lo que necesitábamos que hiciera", dijo el entrenador de los Mavericks, Rick Carlisle, en conferencia de prensa al finalizar el partido en el AT&T Center de San Antonio.

Monta Ellis y Dirk Nowitzki también aparecieron cuando se necesitaba.

Aunque ambos siguen abajo de sus promedios de temporada, Ellis anotó 21 puntos, la mayor cantidad entre los Mavericks, y Nowitzki 16.

Sin embargo, la gran diferencia además de Calderón fue Shawn Marion, quien encestó sus primeros siete tiros para al final marcar 20 unidades, sumadas al gran desempeño defensivo con el que mantuvo a raya a Duncan casi todo el partido.

El armador suplente Devin Harris mantuvo un nivel similar al del domingo, este miércoles con 18 puntos, después de anotar 19 en el primero de la serie.

DeJuan Blair y Vince Carter también salieron de la banca para cooperar con 16 puntos, ocho por cabeza.

Blair tuvo una juada defensiva que fue clave en los minutos finales del tercer periodo, al arrebatar un balón a Ginóbili y lo llevó hasta el otro lado de la cancha para dos puntos y el eventúal 86-70, que daba 16 puntos de margen de maniobra a los Mavericks.

Pero la gran diferecia fue la fortaleza física y mental de un equipo que ha sido el cliente más frencuente que pueden tener los Spurs y que había regalado el primero de la serie.

Dallas nunca aflojó y menos soltó el pie del acelerador. Con la ventaja de más de 20 puntos, sus titulares seguían en la duela con menos de dos minutos por jugar.

Ahora falta ver si los Mavericks podrán aguantar el ritmo y los ajustes, que con seguridad el entrenador Greg Popovich ya pensaba cuando ni siquiera había terminado el partido del miércoles por la noche.

"Esto está lejos de terminar, sólo estamos a 2/7 para que finalice", dijo Carlisle. "Es una tarea monumental, pero estamos aquí para ganar, no sólo para dividir los primeros dos partidos".

El Juego 3 de la serie se jugará en Dallas el domingo, a partir de las 4:30 p.m. tiempo del Este.