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Más de lo mismo: Floyd fue superior

Floyd Mayweather sudó para vencer a un aguerrido Marcos Maidana Mark J. Rebilas/USA TODAY Sports

Floyd Mayweather ganó tal como se preveía, con mucha calidad técnica. Marcos Maidana perdió como se presumía: dando guerra al inicio y diluyéndose después de la mitad del combate. Otra vez la técnica y la velocidad hicieron la diferencia. Los puntajes que le dieron la victoria al estadounidense coincidieron con mi visión de la pelea. En absoluto pudo existir un empate, Floyd fue superior al argentino.

Pero vamos a la pelea. De antemano se sabía que Marcos Maidana tenía una sola herramienta a su favor: la pegada. Para aumentar el poder, la estrategia fue aumentar de peso y poner toda la presión al inicio. El plan dio resultado, Maidana consiguió la corta distancia y pudo lanzar sus golpes. Hasta los más peligrosos. Pero fueron más ruidos que nueces, nunca logró conmover al estadounidense.

Mayweather sabía que enfrentaba a un rival peligroso, un temible noqueador que mandó a la lona a más del 80% de sus rivales. También sabía que vendría como un toro a hacer prevalecer su peso y para ello se preparó: lo esperó, lo dejó golpear, lo ayudó a cansarse y después del quinto asalto empezó a marcar el ritmo, a conectar y a esquivar trallazos de Maidana que llegaban en cámara lenta.

Después del quinto episodio, Maidana no lo encontró, Maidana lanzaba y marraba, Floyd lanzaba y conectaba. Los golpes del estadounidense fueron medidos, pero efectivos y espectaculares.

En mi conteo personal le vi ganar siete asaltos a Mayweather y cinco a Maidana. Nunca, pudo haber un empate (114-114) que vio uno de los jueces, pero hay que respetar su perspectiva.

Floyd Mayweather mostró este sábado en Las Vegas no solo su vigencia, también la capacidad de manejar los momentos difíciles del combate sin alterarse. Su técnica es superior, aunque no nos guste su elusividad. Nunca perdió la perspectiva, trabajó el golpeo con precisión milimétrica y lo que más temíamos, el acoso del Chino sobre las cuerdas, terminó en un juego del gato y el ratón. El argentino pareció un novato.

Y es que en el gran escenario para hacer prevalecer su poder, fue donde se equivocó el argentino. La distancia que logró fue corta demás. Cuando Mayweather lo esperaba sobre las cuerdas, Maidana insistía en echar el cuerpo sobre Floyd y soltar golpes descendentes, tipo martillo, algo que le dio buen resultado contra Adrien Broner. Sin embargo a Mayweather no le hizo ni cosquillas.

También se equivocó Robert García al no corregir esa atroz manera de aprovechar el espacio reducido. El Chino necesitaba una luz de más distancia, necesitaba dar un paso atrás para darle recorrido a sus golpes. Pero no lo hizo, después se cansó y la pelea se transformó en el show habitual de Floyd: técnica y velocidad.

Extrañamente los dos hablaron de una revancha al final del combate, algo que poco se entiende. Maidana no tiene con qué doblegar a un rival con la categoría de Mayweather. Tal vez, la falta de rivales a modo y disponibles para Floyd, pueda ser la única razón de programar una revancha casi inmediata. Tal vez las necesidades comerciales tengan su peso y las palabras del CEO de Golden Boy Promotions, Richard Schaefer anunciando una nueva batalla entre los dos rivales, está confirmando esa presunción.

En resumen, fue una batalla más entretenida que las anteriores, pero como también lo presumíamos nunca gobernó la emoción. Maidana tuvo corazón y lanzó muchos golpes, que claramente no alcanza. Floyd hizo lo justo, lo necesario y lo que necesita habitualmente para convencer a los jueces. Nada más.

¿Y el futuro? Ya lo dijeron, una revancha. Así esta de pobre el panorama alrededor de Floyd Mayweather, no tiene rivales redituables "a elegir". Ahora habrá que esperar los resultados de la venta del PPV para saber si esa pobreza repercutió también en la recaudación.